Mientras iba en el taxi no paraba de golpear ligeramente con mi puño el asiento vacío junto a mí. Pensando que al taxista quizás le molestaba deje de hacerlo y comencé a morder mis uñas en lugar de mi labio inferior. Hacía estas cosas cuando estaba nerviosa y hoy justamente lo estaba. Mis nervios aumentaron cuando le pregunte al taxista:
- ¿Falta mucho para llegar?
Y él me respondió: - Falta muy poco.
Estaba nerviosa porque me encontraría con mis antiguos compañeros de la secundaria. Después de 8 años la escuela decidió hacer una reunión para que nos encontremos y hablemos sobre como nos había ido luego de terminar la etapa escolar. No entendía mis nervios. Estaba orgullosa de lo que era hoy en día. Pase de tener un cuerpo con problemas alimenticios a tener uno muy atractivo, trabajo de lo que me gusta, hace poco me ascendieron , deje la casa de mis padres y vivo sola en un muy bonito departamento, y estoy a nada de comprometerme con un hombre trabajador que actualmente se encuentra en un viaje de negocios.
El taxi paro y el taxista giro hacia mí.
- Señorita, llegamos.
Despegue mi vista de la nada y lo mire. Sacudí mi cabeza y busque en mi bolso el dinero para pagarle. Le pague y baje tratando de mantener el equilibrio sobre mis zapatos. Sentí al taxi detrás de mí arrancar e irse. Respire profundo y deje de mirar el edificio para entrar en el.
No sabía donde sería la reunión pero supuse que en nuestra antigua aula. Al llegar a la puerta – que estaba abierta – mis pies quedaron clavados en el piso con miedo a entrar. Dentro ya había unos cinco antiguos alumnos y compañeros. Tres chicos y dos chicas. No reconocí a casi ninguno, solo a uno. Como olvidarlo sí hoy en día era una súper estrella del pop.
Trate de no mirarlo porque si el seguía teniendo un efecto en mi lo miraría hipnotizada por horas.
- Hola.- salude por educación a todos en general y me senté en medio de las dos chicas, frente a él.
Sentía su mirada en mí y eso hacía que mis nervios sean imposibles de medir. Lo mire y sonrió apenas. No hice ninguna expresión en respuesta, mire hacia los otros cuatro para confirmar que cada uno estaba en su mundo y no nos prestaban atención.
Volví a mirarlo y el seguía con esa pequeña sonrisa. ¿Acaso me recordaba?. Lo mire seria alzando una de mis cejas y el rio bajito.
Todos nos giramos la cabeza hacia la puerta al escuchar personas venir. A los segundos quien había sido nuestra profesora entro acompañada de dos chicas y un chico.
- Creí que vendrían mas.- hizo una mueca de pena y tomo asiento junto a los otros tres.- Chicos, que grandes están, siendo sincera no los reconozco – rio - ¿Qué les parece sí se presentan como cuando empezaron la secundaria conmigo?
Todos asentimos y empezaron a presentarse como hace años, como ella lo pidió. Cuando me toco a mi volví a respirar profundo y hable.
- Soy ____ Striker y tengo 25 años.- sonreí apenas y vi como todos parecían sorprendidos.
Y luego de unos pocos minutos le toco a él.
- Soy Justin Bieber y tengo 26 años.- su voz era la melodía más hermosa para mis oídos. Ronca y sensual. Una maravilla.- Pero seguro eso ya lo saben.- bromeo.
Como extrañaba sus bromas egocéntricas.
Claro que lo sabíamos si al año de terminar la escuela el empezó a aparecer en todos lados: en la televisión, en la radio, en las revistas y hasta en artículos o ropa para adolescentes.
Todos soltaron una pequeña risa.
- Aun conservas tu sentido del humor, Justin.- la profesora le sonrió.
- Siempre, profesora Miller.
Las presentaciones terminaron y ahora el tema de conversación era sobre los objetivos que nos habíamos propuesto y concretamos. Siempre había deseado viajar por el mundo y gracias a mi trabajo lo había logrado conociendo varios lugares. Derek, mi futuro prometido también había ayudado en eso pero no lo nombre en ningún momento. Sería como invitarlos a pedir ser invitados a la boda y no quería eso.
Los nervios pasaron y Justin dejo de mirarme desde el momento en el que dije mi nombre. Por lo visto no me había reconocido. Como los demás que se sorprendieron al escuchar que yo era ____ Striker. Sabía que a más de uno sorprendería como mis cambios. No pude evitar sonreír por dentro orgullosa.