Prologo.
-Dios mío, pequeña ¿Estas bien? No te duermas te llevare al hospital.-le dije desesperado, su pequeño cuepo estaba en mi brazos, no conocía aquella chica pero despues de haber chocado mi auto contra ella no puedo dejarla en medio de la calle así sin más.
-¡No, No!-nego llorando, observaba hacia el callejon oscuro que se encontraba en la calle del lado.-Por favor llevame a tu casa, donde sea, te lo ruego.
Trague saliva antes sus palabras, ¿Estaba escapando de alguien? por su mirada de susto observando aquel lugar y su desesperacion parecia que sí, asentí en silencio dudando en sí se encontraba bien como para llevarla a mi casa y no a un hospital.
-¿Estas segura? Puedes tener algo roto.-mencione tomando su cuerpo en mis brazos levantandola, era tan liviana que no me costo ningun esfuerzo levantarla.
-Sí.-aseguro respirando rapidamente observando mi rostro y luego al callejon.-Salgamos de aqui, por favor.
-Esta bien.
No conocía nada de aquella niña, niña porque no pasaba los dieciseis, pero supe desde que vi aquellos ojos verdes que no saldría tan pronto de mi cabeza, ni de mi vida.
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