11.- La admiradora más loca

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Pov tu

Al otro día amanecí mucho mejor, luego de que Katie lo comprobara me dejo salir de la cabaña, desayunamos en el comedor y nos fuimos a nuestras actividades diarias. Tenía que acompañarla al campo de fresas para empezar a cosechar las más maduras, nos acompañaban Miranda y Sofía.

Miranda: Bien, Katie y yo por este lado, tú y Sofía en el otro – dijo señalando los arbustos de fresa

Asentimos y nos adentramos por ellos

Sofía: Yo las saco mientras tu cargas la canasta

Tu: De acuerdo – sonreí

Sofía: ¿Y cómo te está yendo en los entrenamientos? – preguntó mientras sacaba y ponía fresas en la canasta

Tu: Bien, ya domino mejor la pelea

Sofía: Es eso es genial, solo hacía falta esforzarse un poco más, ¿no crees?

Tu: Sí, eso creo

Sofía: ¿Y ya hay alguna chica que te interese? – me miró sonriendo

Tu: Bueno...la verdad es que no, no estoy interesado en una relación por ahora 

Sofía: Pero si esa fue la fuerza de tu poder cuando estuviste aquí por primera vez – dijo divertida – pensabas en alguien especial y por eso conseguiste hacer todas esas rosas

Me puse nerviosa de solo recordarlo, pero seguí negando con la cabeza

Tu: Eso no fue porque estuviera enamorada – dije mirando la cesta

Sofía: ¿enamorada? – arqueó una ceja

Tu: Quise decir enamorado – corregí rápidamente – era enamorado

Sofía: Tranquilo, cualquiera se confunde – dijo riendo

Suspiré relajándome y seguimos recolectando las fresas hasta que terminamos

Katie y Miranda tenía otras actividades al igual que Sofía y yo, por lo que nos despedimos luego de dejar las cestas en manos de los sátiros para que las llevaran a las cocinas.

Hoy sería mi primer entrenamiento de verdad con mi nueva daga, en el camino saque la pulsera para que se convirtiera en una daga y nadie viera como era en verdad o sería raro. Al llegar solo encontré a Jasón, quien al verme se acercó

Jasón: Hola, ¿ya te sientes mejor? – dijo besando mi mejilla

Tu: Que rápido asimilaste que era una chica – reí – pero evitemos esa clase de saludos o nos verán raro

Jasón: Tienes razón, eres un hombre – golpeó mi hombro – ¿esa es tu nueva daga?

Tu: Sí, me la dio mi madre

Jasón: Vamos a entrenar entonces, ahora que se quién eres no seré tan brusco

Tu: Tampoco es que me doliera tanto – sonreí

Entramos a la arena de entrenamiento, nos pusimos en posición de ataque y yo di el primer golpe. Mi daga chocó con la hoja de su espada produciendo un fuerte sonido metálico, nos alejamos luego del choque y él atacó, desvié el golpe a un costado e intenté patear su estómago, pero saltó hacía atrás al tiempo justo. 

Jasón era muy bueno y no lo culpaba, el entrenamiento en la legión, más su experiencia en guerras le daba mucha ventaja, pero al menos ya no me derribaba tan rápido como antes.

Me venció al hacer un lado mi daga con su espada de oro imperial, luego me apuntó con ella y sonrió

Jasón: No lo haces tan mal, has mejorado

He's the girl (Nico di Angelo y tu)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora