Nunca he sido una persona de demasiados amigos, todo mundo me conocía pero realmente nunca fui de llevarme muy bien con la gente que recién conocía, mis amigos los podía contar con los dedos de mis manos. Que una persona entrara en mi vida era difícil, mas no imposible, pero sí en el tiempo en el que ella lo logró.
Paulina, nombre del cual mucha gente en la escuela hablaba, unos decían maravillas de ella, otros decían pestes, y una pequeña minoría no sabían ni siquiera de su existencia. Lamentablemente cuando hablan mal de alguien te llevas una idea, muchas veces errónea, de la persona, y pues sí, ese fue mi caso en un principio.
Mi escuela era relativamente pequeña, en el sentido que todos nos conocíamos, casi todos habían estado antes en la primaria juntos, y había uno que otro que no conocía a nadie.
Ademas de cursar por las materias básicas que todos cursamos en secundaria, nos dividían por talleres que se especializaban en ciertas cosas, yo estaba en diseño gráfico y lo único que puedo decir es que estar en ese taller fue una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida gracias a las excelentes personas que conocí estando ahí.
Todos los días era aprender algo nuevo, eran un montón de risas, chismes y cosas bonitas, sinceramente la gran mayoría no se tomaba muy en serio los talleres de secundaria, y terminaban saliendo de las clases antes de tiempo. Yo siempre he sido muy aplicada y era muy extraño que me llegasen a ver fuera de alguna clase, porque ademas de que sabia que me podía traer problemas no cumplir con las normativas que se tenían, simplemente no me gustaba y no lo hacia solo por pensar en que algún tema se me podía pasar por no haber estado cuando debía. Ella era lo contrario, no le preocupaba tanto, era mas de relajarse y dejar que las cosas fluyeran, mínimo eso era lo que parecía o dejaba a entender, y no me convencía del todo, pues en repetidas ocasiones llegó a ir a mi aula.
Mis compañeras de taller eran las mejores amigas de Paulina y poco a poco me fueron acercando a ella, hasta que me volví su amiga. Tengo que aceptar que no me agradaba en un principio pero era únicamente por lo que decían los demás y es triste, porque a veces nos dejamos llevar mucho por la gente que solo quiere perjudicar a los demás y nos perdemos de experiencias y momentos que se pudieron haber aprovechado desde un inicio.
Los prejuicios salieron de mi cabeza y empecé a aceptarla tal y como era, y me equivoqué, era todo lo contrario a lo que pensaba gracias a las benditas y malditas redes sociales, era todo lo contrario a lo que las malas lenguas hablaban de ella, pero era exactamente todo lo que sus mejores amigas relataban de ella y aun mas.
Mentiría si dijera que nos vimos, y explicara exactamente como fue la primera vez que te hable, de que hablamos, si nos saludamos de beso, si nos presentaron, si dijera a pequeños rasgos absolutamente todo lo que paso, pero de algo estoy segura; estaba nerviosa.
Sentía una extraña presión en el pecho y una incomodidad que nunca había experimentado en mi vida y no entendía para nada el porqué, y eso me hacia sentirme aun mas confundida de lo que ya estaba. Ahora que lo pienso tal vez desde un principio sospeché que eras diferente a los y las demás, y me intrigaba adentrarme en su persona.
Y así fue, gracias a 3 niñas que cursaban la misma materia que yo, me acerqué a una persona excepcional, una persona que me marcó la vida, una persona que nunca voy a olvidar. Me faltan las palabras para explicar con exactitud esta historia, o tal vez no hay dicha exactitud en como se cruzó nuestro destino, simplemente pasó, tal y como las mejores historias comienzan...
