En la cima de un acantilado en el fin del mundo vivía un hombre anciano que a visto muchos mundos.
El solo se sentaba y observaba el infinito, esperando que algún día surgiera algo distinto.
De forma común empieza su rutina, un vaso de agua tibia y gafas para mejorar su vista.
Se mueve a su lugar favorito, una silla bajo el suave sol con una vista distintiva.
Solo espera viendo el mar y el cielo, relajándose con la brisa del viento.
De forma inesperada surge una luz angustiada, revoloteando sin camino y desvaneciéndose con cada suspiro.
El anciano solo observa como la luz se va extinguiendo, esperando que esta haya vivido felizmente en el firmamento.
La luz de repente en un ultimo esfuerzo intenta elevarse una vez mas a los cielos, justo antes de desaparecer es llevada por el viento directamente hacia el hombre que la observaba boquiabierto.
El viento con una dulce voz le dice al anciano "Esta estrella se a desviado y espero que tú le brindes asilo, su momento aun no a llegado y se que tú compañía as ansiado".
El anciano solo atina en asentir con su cabeza, envuelve la joven alma y se la lleva a su morada.
Una habitación cálida para reponer energías, el pequeño destello muy cansado estaría.
El anciano solo le dirige unas palabras "Estas muy lejos de tu dulce morada, ¿como as llegado tan lejos del firmamento? ".
La pequeña luz aun dormitante solo le responde "E caído sin darme cuenta alguna, ni siquiera se cual es mi fortuna".
El anciano le responde "Tu fortuna a sido buena pues el viento te a traído, tu hora aun no llega y eso ya esta decidido, descansa en paz pues pronto volverás a donde perteneces y disfrutas estar".
La luz aun exhausta su brillo vuelve a cesar, dormida bajo el velo de la luna blanca segura de que un día volverá.
El hombre está tranquilo, las visitas el agradece, mirando por la ventana el viento se le aparece.
¿Como esta la joven estrella?" El viento le pregunta "Se que ella algo rebusca bajo la luna".
"Ella estará bien" le responde el anciano, "todos cuando jóvenes añoramos lo extraño".
El viento solo asiente y se despide con un dulce beso, "Cuídala bien, yo ya pronto regreso".
Pasan los días y el viejo se pregunta "¿Cuanto faltara para que la estrella reluzca?".
La joven estrella aun débil por su aventura le pregunta al anciano "¿Como as llegado hasta este lugar desolado?".
El anciano le responde "Llegue hace tiempo mirando los cielos, donde todas tus hermanas te observan con anhelo, no venía solo, siempre estaba acompañado, y la bella luna siempre iluminaba mi lado".
La pequeña le responde "Así que eras un viajero, !Que emocionante experiencia!, cuando pueda emprender vuelo no pienso quedarme quieta".
El viejo la mira viendo la aventura en sus ojos diciéndole "En una pequeña fugaz entonces te convertirás, conociendo muchos mundos y aventuras tendrás".
Pasan los días y la pequeña ya está fuerte, como recién forjada reluce hasta los dientes "Es hora de partir mi buen cuidador, te agradezco todo lo que has hecho hasta el día de hoy, te juro que siempre volveré a hacerte una visita y siempre pensare en tu alma bendita".
En un gran destello la pequeña despega, dejando atrás de ella polvo de estrellas.
El viento se aparece preguntando al anciano "¿Son lagrimas lo que veo? Si que te has encariñado".
El anciano le responde limpiando su rostro "Una buena amiga me dejaste, visitas me promete, mas le vale a ella que sea frecuente".
El viento lo acaricia y le responde con dulzura "Te aseguro que la veras pronto, ella es cosa dura".
Pasan los días y el viejo vigila, desde la ventana de su cuarto el cielo todavía.
De la nada ve como un destello singular.
Baja a todas prisas para el cielo iluminar.
Es la joven estrella brillante como nunca.
"Te dije que te visitaría más tarde que nunca".
El viejo solo atina a invitarla a pasar, comparten historias nuevas que sin su anterior encuentro no podrían nunca pasar.
Con fotos de el universo la estrella de nuevo se despide "Ya nos veremos pronto, por favor no me olvides".
ESTÁS LEYENDO
Pequeñas historias
General FictionPequeños escritos que no forman parte de una historia mayor, algo asi como cuentos cortos.