¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus ojos le imploraban cerrarlos al menos por una hora, el cansancio lo sentía hasta en sus dientes, la incapacidad de querer ingerir cualquier tipo de alimento, en la boca de su estómago, ella imaginaba que habían espinas, y le causaban rechazo al comer, mera imaginación. Nunca se había imaginado tanto agobio e angustia por algo, más bien por alguien.
Las rupturas amorosas desde siempre que se ha sabido que son difíciles, complejas de superar de un día a otro, dependiendo de quién, más aún si había bastante amor entre medio.
Tanto amor y cariño que uno tiene para dar cuando estás profundamente enamorado o enamorada de alguien, el mundo se te hace pequeñito ante todo lo que tú quieres entregarle. Eso pasaba con ellos, tenían demasiado amor para entregarse, algo interminable.
Había amor, pero habían momentos de actuares insensibles. Cuando hay amor, y hay una adicción de por medio, es complejo, mas casi imposible.
Sus discusiones más bien eran peticiones de la pelirroja hacia su antes novio, Freddy, desde hace unos últimos meses, él le estaba ocultando muchos momentos de tensión y episodios de estrés, que reprimía, claro, con el alcohol. No era tanta molestia para ella, lo único que le irritaba era el aroma al alcohol emanando de los labios de él, pero, cuando su novio llegaba así a altas horas de la madrugada, lo acurrucaba como un bebé, perdonándole todos esos mensajes dolorosos que le mandaba estando en un lugar con mucha gente, con mucha música, y con sus dos principales amigos testigos de todo.
Lo adoraba, pero ella sabía que esa adicción estaba haciendo perder a ese dulce niño que ella adoraba y besaba. Sus discusiones y esos episodios no dejaban de suceder, Baby intentaba autocontrolarse en esa misma situación, porque sí, pensó en terminarle, pero, le daba terror saber que él se quedaría solo, y no es lo mejor para una persona adicta, estar sola.
Intentó de todo, intentó conseguirle ayuda. Nada. Nada de nada. Con él era como si hablara con una pared.
Fue el colmo para ella, ya tenía bastante miedo por su propia integridad si seguía con él, porque aparte de ello, Freddy era de una contextura mucho mayor que la de ella, lo que antes le generaba protección, ahora, desconocimiento.
Esperó a la mañana siguiente de una de sus salidas de su novio, él no había vuelto, hasta más tardar de las seis de la mañana, Freddy había llegado al instante a dormir al sofá, así que lo esperó hasta que estuviese totalmente consciente luego de unas horas de descanso.
Se sentó a su lado, la mirada de Baby mostraba muchas emociones, podías presenciar principalmente, nostalgia. Ella extrañaba esos ojitos radiantes de color azul de él, por las mañanas, Freddy solía casi siempre despertarla.
Él con su terrible dolor de cabeza, aún así, con la mirada de penita que le detonaba su chica, ya sabía lo que iba a pasar y decirle.
A pesar de su adicción, él era un ángel con ella, estando sobrio, jamás le gritaría o mal entendería.
—Yo ya no puedo con esto, no quiero seguir viviendo así.
Freddy sabía, sentía la mano helada de la pelirroja con la de él, que la notaba medio dormida, pero podía sentir perfectamente la mano de Liz muy temblorosa, también sintió como una pequeña gotita cayó en su mano, el rostro de la pelirroja miraba hacia abajo, específicamente hacia las manos de él, mientras las acariciaba como si fuese la última vez que lo haría.
—Corazón... créeme que lo estoy intentand-
—Ya han sido siete veces, en este mes, que me has dicho lo mismo.
Interrumpió entre dientes, ya que, si abría su boca, el tartamudeo por el llanto no se le hubiese hecho entendible, también en la manera en la que liberó este comentario, fue como si lo tuviese atorado en esas mismas siete veces que él se lo prometió.
—Perdón, pero yo ya tomé mi decisión, Freddy, iré a vivir con mis padres nuevamente, ya lo dije, no puedo seguir viviendo así.
Fue firme, a pesar de todo, le costaba mostrar firmeza en un tema que le ha quebrado desde la primera vez que lo vio llegar así.
Freddy no le iba a reprochar nada, cada que se levantaba de sus borracheras, despertaba con, aparte de un gran dolor de cabeza, una gran culpa y pena por lo sucedido, principalmente por su novia, por su niña, él sabía que no se merecía un novio enfermo, ella no merecía nada de eso, no merecía nada malo.
Estaba totalmente de acuerdo que Baby lo dejara, quizá esto era su manera de despertar y hacer conciencia de lo que está haciendo, todas esas veces que negó las ayudas profesionales porque "solo es una vez, no es todos los días, adictos son los que despiertan tomando."
Se quedó pensando, mientras sentía un auto llegar fuera de la casa de la pareja, casa que tenían tan linda decorada, muchas flores por doquier, eran las favoritas de su novia.
Era el hermano mayor de Baby, ya todo estaba preparado para su ida, sintió los bocinazos del coche, ni se dignó en bajarse y tocar el timbre, se notaba que había prisa de por medio. Los bocinazos continuos de Ennard le causaban migraña al moreno.
Sintió cómo su novia baja las escaleras con un bolso de color vino, se levantó torpemente del sofá para intentar ayudarla en llevar sus cosas pero ella se negó.
—Intenta descansar. —Fue lo único que Baby le dijo, tampoco quería mirarlo, ya no.
Freddy no negaba que sentía un dolor extraño en su pecho, la angustia del momento le estaba generando demasiado malestar físico, tanto que, la detuvo, y él cayó de rodillas, mirándola fijamente a sus ojos. Sus ojos azules estaban rojos e hinchados intentando aguantarse el llanto y aparte de dormir pésimo, solo pudo recitarle unas palabras que Baby esta vez, sintió que venían de su corazón, y no de su orgullo.
—Te prometo que me sanaré, mi amor, y volverás, y estaremos juntos, y tendremos esa familia que tanto anhelamos, ¿sí? Voy a cambiar, yo voy a cambiar por ti. Te amo.
Ella tenía una pequeña esperanza que sería así, pero sabía que era la mejor opción, alejarse de él. Se apuró porque su hermano no dejaba de tocar la bocina, ya era insoportable.
No le dijo nada, y Freddy sabía que ella estaba en todo el derecho de no responderle a eso, ya que, luego de tantas promesas, para ella parecía un juego tener que detectar si era real o una mentira total. Baby solamente le dijo una pequeña cosa.
—No lo hagas por mi, hazlo por ti.
Abrió la puerta de la casa, el sol iluminaba el lindo día, era un hermoso barrio donde vivían, ya todo florecido por la primavera, era animado, era alegre. No se demoró mucho en ya salir por completo de la casa con sus cosas, con Freddy de rodillas en la entrada principal, se había quedado así, luego de todo, le dio mucho, mucho tiempo, a reflexionar en cómo él estaba llevando su vida al abismo, a pesar de tener una linda relación con la niña de sus sueños, Freddy no podía de parar de sentirse agobiado y tenso por su trabajo, su estrés laboral estaba a otro nivel, y no es algo que haya hablado con su novia, jamás tocó ese tema, nunca.
Ahora pagaba las consecuencias de sus actuares, perdiendo al amor de su vida. Esto era el "click" que necesitaba para enfocar de nuevo su vida, para salir de lo que lo mantenía estancado.