Te escribo.
Y poco a poco me doy cuenta de que el cuadernos de poesías de esta estación solo tiene magia gracias a ti.
Al final van a tener razón y todos somos les masoquistas que buscan ser heridos y de vez en cuando, sin querer hieren. Me enamoré de ti, lo sé, porque no te paraba de pensar y porque aparte noté lo más característico de enamorarse. No de gustar.
Le das tu felicidad y tristeza a la otra persona y ella puede hacer lo que quiera con estas dos.
Te lloré. Mucho. Fue la primera vez que tuve que reconstruir mi felicidad, pero pude hacerlo, antes tu eras el motivo de esta y ahora lo era yo. Supongo que las heridas provocadas por el amor, solo se resuelven por lo mismo. Aunque este está vez tenía que ser propio. Porque sino tendrías que curar a la otra persona en lugar de a ti misme.
Te odio, llámame infantil o como tu quieras, pero me mentiste. Fingiste y dijiste amarme y ni siquiera sé para qué tanto juego.
Eres cruel.
Pero la que se llevó la fama fui yo por no perdonarte.
No me querías, no. Me utilizaste solo porque necesitabas rellenar vacíos y mi amor, joder, él es demasiado genial.
-Diciembre.
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Frases envenenadas.
RandomNo sé abrirme y le tengo miedo. Tengo miedo de que toda la mierda que tengo dentro y he estado ignorando un día me envenene o logré hacerlo más. Y no, no tengo dinero para un psicólogo, ni acepto donaciones, guapos.
