Diario de una puta

Capítulo II

Dos novios y el amor de mi vida

19 años, tanto tiempo para mí, poco para otros, solo dos novios, dos...

Pero debo comenzar con él, quien no fue ni mi novio, ni amante; nunca hubo tan siquiera un beso. Solía decir que era el amor de mi vida, ¿estaba enamorada? No lo sé, pero si eso no era amor, estuve cerca. Lo conocí en el colegio, al comienzo nunca lo vi atractivo, nunca pensé que me llegaría a gustar, es más, me acerqué a él para conocer a su amigo, que en ese entonces me gustaba. La vida y sus cosas, no sé cómo ni por qué, al conocerlo terminé loca por él.

Él se sintió atraído por mí, al principio todo iba muy bien para ser sincera; nos escribíamos todo el tiempo, en ese entonces que estuvimos de vacaciones escolares nos hablábamos por video chat, como si de conocernos toda la vida se tratara. Al regresar de vacaciones me encuentro, así de la nada que tiene una novia nueva, que sorpresa, nunca vi venir eso y tampoco me esperaba que con el tiempo se convirtiera en un buen amigo para mí; me llegó a decir hermana, ¿qué fuerte no? Así duramos un tiempo, mintiéndonos. Tuvo no una, sino dos y hasta tres novias más y yo seguía siendo esa amiga incondicional. Hasta que un día, decidí que no podía seguir, le conté toda la verdad, todo lo que sentía, le escribí y escribí sin saber que ese mensaje nunca tendría respuesta, no, nunca me respondió.

Un día, después de mucho tiempo sin hablar, al fin me dirigió la palabra, se disculpó, sin más y seguimos normal, buenos amigos. Nunca pude mantener esa relación absurda y siempre me cansaba y le confesaba todo lo que sentía, si, otra vez; me dejaba de hablar y luego se disculpaba. Hasta que, en una de las peleas, después de mucho tiempo sin hablar, me escribe y me dice todo aquello que una vez soñé escuchar de él, pensé que esta vez sí sucedería, después de tanto tiempo y tantas cosas el destino nos había encontrado, pero algo en mi me sabia que aquello no era cierto, que no podía ser verdad, por qué ahora, por qué así, por qué de la nada siente tantas cosas por mí; eran las preguntas que constantemente me hacía y un día obtuve todas las respuestas. Todo era mentira, solo quería intentarlo conmigo ya que era la única que en tanto tiempo no lo había dejado de querer, el dijo, no a mi, a una amiga, que yo lo iba a lastimar, yo no era una persona con la cual se podía tener algo serio, ¡excusas!, a mis oídos absurdas excusas. Cuando una persona de verdad quiere a alguien, no ve el pasado, no juzga, no discrimina ni se guía por comentarios de terceros. Así, una vez más al pasar un tiempo sin hablarnos regresó, volvió a escribirme, una vez más diciéndome que todo el tiempo yo le había gustado, que esperaba y no fuera demasiado tarde y con el dolor de mi alma, con lágrimas en los ojos, sí, un poco de drama no cae mal, le dije que no podía, le dije adiós... Hoy en día no hablamos, a veces me da por saber cómo está, pero me doy cuenta que ya lo superé y desde entonces no he vuelto a ser la misma. Ahora más mala, más hija de puta, pero digna, siempre digna.

Sí, ahora sí, mis dos y únicos novios hasta el día de hoy. Nada especial, a veces hasta pena me da contarlo.

Con el primero duré un mes, vivíamos a una distancia algo larga y tal vez como no llegué a sentir nada especial por él, al pasar los días me aburrí y a pesar de eso no terminamos precisamente por esa razón, resulta que me había sido infiel, ¿qué tal? Las personas y sus cosas. Ahora de vez en cuando me escribe, dice que soy el amor de su vida, ¿el amor de su vida yo? La mala, la puta. ¿Cómo podría alguien estar enamorado de mí?

Llega el segundo, muy atractivo, mayor que yo, justo como me gustan. ¡Sorpresa!, al pasar los días me aburrí. A pesar de ser mayor, tenía de cerebro una nuez, era vacío y sí, a pesar de ser una puta, me gustan los hombres interesantes, inteligentes; los que no tienen tema de conversación solo sirven para una cosa, sexo. Sé lo que todos están pensando, me acosté con él y lo dejé, pero no, ni sexo, ni tiempo, solo duramos un mes y adiós.

Me da tanto miedo enamorarme pero siempre ando en busca de eso. Todos decimos odiar el amor pero estamos a la espera de él. ¿Todos fuimos hechos para el amor? Quizás yo no o quizás no ha sido el momento o no han sido las personas; pero quisiera que la vida me diera más a probar de eso bonito que tienen las relaciones, digo, mientras espero...