1 Camino a la naturaleza

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Hola esta novela es muy especial para mi porque estará concursando en la plataforma de Linet "amor de Verano" les dejare aquí parte de la historia si les gusta pueden buscarla en dicha plataforma y votar por ella, agradecere su apoyo.

La bisabuela planeaba llevarme con ella de viaje desde hacía mucho y claro a mí me entusiasmaba la idea; lejos de casa de padres gruñones del bullicio y todo lo que tuviera que ver con la ciudad, tan sólo contaba con diecisiete años ya casi dieciocho. Era como cualquier joven que viva en la cuidad, acelerada y loca, feliz, viva.

Lo que más me emocionaba era que conocería a otra parte de mi familia que no conocía, yo provengo de familias muy numerosas tanto de padre como de madre, por parte de padre descendientes de españoles y por parte de madre no tengo la más mínima idea pero no importa me encanta la idea de conocerlos, la abuela viajaba cada 2 o 3 años desde que yo tenía memoria el viaje duraba por lo menos un cuando viajaba sola el trayecto al lugar según me dijo era poco más de 8 horas en un bus de segunda clase, no es que no pudiéramos darnos el lujo de viajar en primera pero... para esa zona no llegaban los autobuses de lujo. A la vieja bisa le parecía complicado viajar hasta cierto punto en un carro de primera para trasbordar un carro de segunda más adelante, una vez me conto que a no sé quien que se le ocurrió esa genial idea tuvo que pagar doble pasaje y pérdida de tiempo cuando perdió el carro de segunda clase por un retraso en la carretera en el carro de primera así que para ella es mejor viajar en un solo carro.

Dicen que mujer precavida vale por tres (o como era el dicho) y mi abuela es una mujer precavida, algo reservada y seria pero amable y amorosa, al menos lo es conmigo. Llevo horas esperando la luz de la mañana para partir, es imposible dormir con la emoción que cargo a cuestas, deseo llegar a un mundo desconocido cargado de sorpresas maravillosas. La abuela no es una mujer de fotos, no le gustan y nunca le han gustado por ello no tiene una sola foto de su familia ni siquiera de su madre o hermanos, me gustaría saber cómo era su rostro cuando era joven así que si alguno de sus familiares tuviera alguna foto probablemente se la pida para sacarle un duplicado.

Entre mis memorias sobre viajes que son pocas sé que alguna vez fui al rancho de la familia de mi papá pero no lo recuerdo incluso hay fotos pero no logro tener recuerdo nítidos de ese viaje familiar pero ahora tengo la oportunidad de hacer un nuevo viaje para estar en contacto con la naturaleza uno que estoy segura que recordaré por siempre y que será el primero que haga de muchos a lugares alejados de la vida acelerada de la ciudad, no es que no ame todo lo que me rodea pero mi corazón siempre me late fuerte cargado de emoción cuando estoy en contacto con la tierra, las plantas, animales, los arroyos o ríos que he visitado en algún día de campo.

Ha sonado el bendito reloj anunciando que es hora de levantarse ¡Al fin! ¡Al fin! Salto de la cama, escuchó a la abuela y a mis padres sobre cuidados y recomendaciones fastidiosas que la abuela no necesita. Me han dejado en la estación con mil recomendaciones y he esperado alrededor de una hora que llegara el bus ya que la abuela prefiere esperar una hora a perder el autobús por llegar de último minuto. El viaje es largo, no creo que fuera más rápido si viajara en el coche de papá (es bastante viejo, tanto el coche como papá). La bisa me concedido viajar en el lado de la ventanilla y aunque parece aburrido voy maravilla viendo todo aquello que se pasa a mediana velocidad por mis ojos, arboles, vegetación, animales, cables de luz y la ausencia de ellos, hemos hecho varias paradas gente sube, gente baja, sonrió, bostezó, me pueden creer que en algún momento he visto gente con gallinas en las paradas ofreciéndolas en venta nunca imagine pasar por tantos lugares, la abuela me ha premiado comprando todo lo que los vendedores ofrecen como aperitivo para no morir de hambre en el camino. Les he dicho como se llama la bisa Catita, he omitido decir que está feliz su madre le vive y está entusiasmada de llegar a verle. ¡Sí, pueden creerme! ¡Tengo tatarabuela!

Se preguntaran que he comido fritos, salados, dulces, asados de todo tipo frutas que nunca había probado y por ende ni siquiera sabía que existen ¿En un mundo globalizado? La respuesta es "Sí", ¡ah! pero vayan a creer que soy una mujer sin mundo he viajado a por lo menos una 3 o 4 ciudades he salido a paseos de campo en incontable número de ocasiones, no es mucho lo sé pero solo tengo diecisiete años, me queda una larga vida para vivir y poder contar.

La espalda empieza a dolerme, ya ni contarles como reclama mi trasero, veo la viejita a mi lado que me ha contado prácticamente la mitad de su en su tierra natal y de serles sincera que no la he escuchado ella lo sabes no es tonta pero le gusta hacerse escuchar sabe que en determinado momento volteo y pregunto cuando algo me ha intrigado y se da por satisfecha hasta que me vuelvo a la ventana he contado cerca de siete para y las 2 últimas no las he tomado en cuenta he dormido y ahora me remuevo incomoda, ¡quiero ir al baño! ¡Quiero ir al baño! ¡Quiero ir al baño! ¡Quiero ir al baño! ¡Quiero ir al baño!

La abuela me mira sus ojos me dicen que está padeciendo lo mismo que yo pero no se atreve a dar semejante espectáculo. He dejado de hacer el comentario en voz alta una y otra vez el carro no se detendrá hasta llegar a su siguiente parada ¡oh, que me gana! Debí conseguir un pañal ¡oh, que me gana! El bus ha bajado la velocidad a dado la vuelta y ahí está la parada, la bisa vuela, no sabía lo que las ganas de hacer pipí pueden lograr, ella vuela y yo también, creo que más de uno ha obtenido el mismo efecto ya que este último trayecto esta largo, salimos y sonreímos no somos las únicas varias señoras sonríen con satisfacción infinita después de descansar su preciadas vejigas, ¡Ya mero! ¡Ya mero! Sonríen y yo con ellas. Sí estoy feliz, la bisa sonríe, se le ve cansada pero feliz ¡Ya mero! ¡Ya mero! (repite con frenesí).

—Catita debimos viajar de noche odio pensar que llegaré a saludar pedir una decente cena y a dormir.

La vieja sonríe, la bisa es así, todo es siempre por algún motivo y siempre sonríe. Me imagino caminando el clima en el poblado a donde estamos llegando se presume apacible húmedo y cálido pero es los rayos el sol se están ocultando hemos cruzado varios puentes pero este, este es genial el caudaloso rio que se une a lo lejos al mar. Los rayos del sol le besan el agua brilla hay gente en las orillas del agua, mi bisa sonríe.

— Esta es la razón porque prefiero viajar de día –la bisa vuelve a sonreír- solo falta media hora y llegamos.

Observo las casas, la gente, las plantas; respiró conservo la calma, aspiro el aroma, la tierra me encanta, han casas que se observan altas la bisa se me cuenta que el rio crece y "deben" ser altas, me habla de la gente que pesca y de la gente canta. He visto una visión como esta en las películas de blanco y negro y se viene en mí el cantar y la pasión que contienen aquellos actores que vibran cuando se conectan con tanta magia.

El carro no tiene un lugar concreto hace paradas y más paradas, he cruzado el pueblecillo y me siento desesperada justo antes de que el carro se pierda entre árboles y hierba la abuela ha hecho la parada, la abuela dice que hay un par de casas y escuelas más adelante. Miro mi celular y el encantó se pierde, ¡No tengo señal!

¿Qué les parece la introducción? En esta historia realmente encontraran un amor para suspirar.

Rayco... Una sorpresa en el verano.Where stories live. Discover now