Nueva vida

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Me llamo Melanie Sadhil Diez, tengo veinte años, soy hija del corrupto y multimillonario Efrain Esteban Diez, muchos creen que mi vida es perfecta por la simple y sencilla razón de tenerlo todo, pero, no es así.
Ahora mismo soy llevada a jalones hacia la iglesia donde contraeré matrimonio con alguien que no amo.

-¡Melanie Sadhil Diez Jarabo, te casaras con Aldahir Solé quieras o no! - gritoneo mi padre dentro del auto.
-¡Entiende que yo no me quiero casar con él, esto es injusto! - Respondí de la misma forma.
-¡No me hables así estúpida! - sentenció dándome una bofetada - yo solo quiero lo mejor para ti.
-¿Y quien dice que esto es lo mejor? - murmuré.
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-Aldahir Solé Arámbula, ¿aceptas por esposa a la señorita Melanie Sadhil Diez Jarabo, para amarla, cuidarla y respetarla todos los días de tu vida, hasta que la muerte los separe? - pronunció el sacerdote.
-Si, acepto.
-Y tu Melanie Sadhil Diez Jarabo,¿aceptas por esposo a Aldahir Solé Arámbula para amarlo, cuidarlo y respetarlo todos los días de tu vida hasta que la muerte los separe?
-… - cerré los ojos imaginándome todo lo que me quedaba de vida, mis sueños aun por conseguir.
-¿Señorita, esta usted bien? - interrumpió el sacerdote.
- No, no acepto.
Dicho esto deje caer el ramo, quite el velo que me cubría y levante un poco mi vestido para salir corriendo.
Las miradas con asombro y los gritos coléricos de mi padre no se hicieron esperar, al salir de la iglesia, me subí en el auto en el cual habíamos llegado y le pedí al chófer que por favor me llevara a a casa, y así lo hizo.
Al llegar baje del auto y le dije que si me esperaba un poco, a lo que accedió, entre a la casa y subí a mi habitación, me quite el vestido y las zapatillas, cambiándome por algo más cómodo, tomé mis dos maletas, mi mochila, el boleto de avión que era de la luna de miel y mis ahorros no era mucho pero por lo menos podría sobrevivir un par de meses.
Baje corriendo las escaleras como niña pequeña, salí y subí mis maletas al auto.
-¿Me podrías llevar al aeropuerto, por favor Adán?
-Claro Melanie, dentro de poco estaremos allá.
Sus palabras poco tiempo después se hicieron verídicas estando en menos de treinta minutos.
-Gracias por traerme Adán - dije bajando la última maleta.
-Sadhil, prométeme que vas a estar bien y me vas a llamar seguido.
-Te lo prometo - lo abrace - nos vemos.
-Adiós, te extrañare.
-Yo también.

Nos separamos del abrazo e ingrese al aeropuerto con las maletas en mano, pase la revisión y me encamine a abordar mi vuelo, al subir al avión tomé asiento junto a la ventana dejando mi mochila en el otro asiento, veía como el cielo se teñía de colores naranjas, amarillos y rojos dando paso a un lindo atardecer.
-Disculpe señorita
-Si dígame - levante mi vista en dirección a un hombre de cabellos largos color café claro tirando a rubio.
-¿Podría? - señaló mi mochila.
-Claro, disculpe. - sonreí.

El avión despego, yo veía con nostalgia la ciudad jamás había ido tan lejos de casa y quizá esta vez no habría retorno. Sin querer lágrimas se comenzaron a fugar por mis ojos.

-¿Se encuentra bien señorita? - dijo aquel hombre con dulzura.
-Si, si, todo está bien - inquirí limpiando las lágrimas con mi antebrazo.
-Debe ser difícil dejar a tu familia y amigos para tratar de hacer tu propia vida.
-Si que lo es - suspire.
-Una disculpa por no presentarme soy Ruben, Ruben Kelsen, un gusto. - sonrió
-Soy Sadhil Diez y el gusto es mío - le devolví la sonrisa.
-Sadhil, que nombre tan peculiar y bello.
-Gracias.

Pasaron las horas y por fin llegamos a nuestro destino Barcelona, entre a la sala de espera y marque al hermano de mi padre que residía ahí.

-¿Hola?
-Hola tío soy Mel
-Hola cariño, tanto tiempo ¿en que te puedo ayudar?
-¿Podrías venir por mi al aeropuerto?
-¿Estas en Barcelona?, ¿que haces por acá?
-Si, estoy aquí, es una larga historia.
-De acuerdo estoy cerca llego en 15 minutos ¿vale?
-Vale.

Colgué la llamada y camine hacia un café dentro del aeropuerto, compre uno y salí a la espera de mi tío. Pasaron unos cuantos minutos y él ya estaba ahí.

-¡Melanie, mi niña que gusto! - mencionó alegre dandome un corto abrazo que fue correspondido por mi.
-Lo mismo digo.
-Ven te ayudo a subir las maletas.
-Si, gracias.

Al terminar de subir las maletas abordamos el auto ¡iba lleno!, bueno no tanto, si acaso eran 5 personas 4 hombres y 1 mujer.

-Les quiero presentar a alguien, ella es mi sobrina Melanie Diez.
-Un gusto - sonreí
-Ellos son Mauel
-¡Hola! - añadió un hombre de cabello castaño semi ondulado y con barba.
-Francisco bueno mejor conocido como Frank
-¿Que hay? - aquel hombre tenía cabellos negros, largos y chinos.
-Antonio
-Dime Anono - sugirió, era un hombre con barba larga color café, cabello más largo que el mio del mismo color de su barba.
-Y por último Jesús
-¡Txus! - regaño aquel hombre con una pañoleta algo peculiar que le tapaba su cabeza - solo dime Txus preciosa.
-Ahora la dama, ella es Patricia - la señaló, una mujer con algunos 10 años más que yo, su cabello más abajo de sus hombros color azul.
-Hola - manifestó haciendo un ademán con su mano.
-Hola - le devolví el gesto.
-Javi, ¿esta pequeña es tu sobrina? - indagó Anono.
-Si, ¿porque?
-No te ofendas pero no se parece a ti, es mucho más bonita que tu - soltó una carcajada.
-Bueno basta, reprocho mi tío - debes tener hambre.
-La verdad es que si
-Bueno entonces vamos a desayunar.
-Melanie, ¿ya tienes donde quedarte? - pronunció Patricia.
-Mm... No, todavía no se.
-¿Como que no sabes?, con quien más si no es conmigo.
-Gracias tío Javi pero no puedo vivir toda la vida contigo, además pienso quedarme en la casa que me regalaste por mi "boda"
-¿Como que "boda"?, ¿y tu esposo?
-Si "boda", ¿esposo?, ¿cuál esposo?
-Cual más Sadhil, Aldahir.
-¡Ah! Él
-Si él, ¿donde está?
-En México, plantado en el altar.
-No te casaste
-No pude
-¿Porqué?
-Larga historia
-Tenemos tiempo.

No tuve más remedio que contarle lo que había pasado, de cualquier forma se iba a enterar.

-Me imagino que Efraín sabe donde estas.
-Supongo que si.
-Esta historia fue mejor que las novelas- se burlo Txus.
-Bueno en fin, ya que terminemos el desayuno vamos a ver la casa, ya esta amoblada, solo falta decorarla y comprar víveres.
-Bueno me has ahorrado los muebles. - Reí

DaylightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora