única parte

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En la antigua Grecia, donde los dioses caminaban entre mortales y tejían historias que resonarían a través de los siglos, la tragedia y la belleza se entrelazaron en la historia de Taepho y Hyajiminth. Taepho, el dios del sol, la música y la poesía, era conocido por su divina hermosura y su destreza en todas las artes. Sin embargo, su corazón fue tocado de una manera que ningún rincón del Olimpo había experimentado antes: se enamoró de Hyajiminth, un joven espartano de asombrosa belleza.

Hyajiminth, con su figura esbelta y cabellos dorados que rivalizaban con los rayos del sol, cautivó el corazón de Apolo desde el momento en que sus ojos se encontraron en los campos de Esparta. Los días pasaban mientras Taepho observaba a Hyajiminth, fascinado por su gracia y encanto natural. La armonía de sus risas resonaba como música en los oídos del dios, y cada palabra de Jacinto era una poesía que llenaba su ser.

Un día, Taepho decidió acercarse Hyajiminth mientras participaba en un juego de disco con sus amigos espartanos. El sol brillaba intensamente en el cielo, iluminando el campo donde la competencia se llevaba a cabo. Taepho, con su destreza divina, tomó el disco en sus manos y lo lanzó con gracia. El disco cortó el aire, desplazándose hacia Hyajiminth con la velocidad del viento.

En un giro trágico del destino, una ráfaga de viento caprichoso desvió el curso del disco, llevándolo directamente hacia la cabeza de Hyajiminth. A pesar de los intentos desesperados de los presentes por apartar al joven, el disco impactó contra él, causándole una herida mortal. El campo, que antes resonaba con risas y alegría, se sumió en un silencio roto solo por los gemidos de Taepho y la agonía de Hyajiminth.

Taepho corrió hacia Hyajiminth, cuyos ojos se nublaban mientras yacía en el suelo. El dios sostuvo al joven de los rizos de oro en sus brazos, impotente ante la realidad que se desarrollaba ante él. Las lágrimas de Taepho caían sobre el rostro pálido de Hyajiminth, mientras su amor se convertía en un lamento desgarrador. En ese momento, la inmortalidad de Taepho se volvió una carga pesada, ya que no podía salvar a aquel que amaba.

La noticia de la tragedia se extendió por Esparta, envolviendo la ciudad en un lamento colectivo. Los campos que alguna vez fueron testigos de la alegría de Hyajiminth ahora estaban teñidos con el dolor de su pérdida. Taepho, en su desesperación, buscó respuestas en el Oráculo de Delfos, anhelando comprender por qué el destino le arrebató a su amado.

El Oráculo le reveló que la muerte de Hyajiminth no era solo un trágico accidente, sino una manifestación de la inevitabilidad del destino. Taepho, en su dolor y remordimiento, decidió honrar la memoria de Hyajiminth de una manera única. Tomó la sangre derramada del joven y la transformó en una flor de asombrosa belleza, la cual llamó "Esmeraldo". Esta flor, con pétalos de azul profundo, fue su tributo eterno a aquel que había perdido.

Taepho visitaba regularmente el lugar donde yacía Hyajiminth, dejando caer lágrimas doradas que caían sobre la tierra como rocío. Las lágrimas de Taepho dieron vida a otras flores, creando un jardín de Esmeraldos que florecía incluso en los días más oscuros. Este jardín se convirtió en un símbolo de la trágica historia de amor entre el dios del sol y el joven espartano.










¿Por qué Taepho y Hyajiminth?

Apolo también se le llamaba Febo, así que mezclé Taehyung y Phebo. El nombre en inglés de Jacinto es Hyacinthos, así que lo mezclé con Jimin.

 하신토 | Th;Jm | OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora