La carabela acababa de zarpar, lograba ver a varias personas despidiéndose de ellos de forma efusiva.
América.
Sonaba fenomenal, un mar de oportunidades, esperanzas y riquezas.
Debía llegar a Cuba y luego empezaría la expedición adonde se había anotado.
Comenzó a mirar por el lugar, esperando quizás ver una cara conocida, mas esto no ocurrió.
— ¿Riquezas?
Se dio la vuelta y vio un rubio afilando una navaja mientras estaba sentado en el suelo, apoyado en el mástil de una vela.
— Algo así... salir adelante —respondió—. ¿Usted?
— Oportunidad —respondió el rubio levantándose y guardando la navaja—. Roger Taylor —le estrechó la mano.
— John Deacon —le estrechó la mano devuelta.
— Bueno, felicidades, fuiste el primero en no salir corriendo tras verme —dijo.
— ¿Por qué haría eso? —preguntó John algo extrañado que el recién conocido lo tuteara.
— A los que venimos desde las cárceles y mazmorras no nos tratan muy bien —se encogió de hombros—. Robé bastante desde niño, pero no muerdo.
— Bueno, no deberíamos hacernos prejuicios del resto —sonrió John—. Por el momento te ves como alguien agradable.
Roger rió un poco.
— Nunca me habían dicho aquello, pero gracias.
El rubio mostraba normalmente hostilidad, pero a John esto no le molestó, simplemente agradeció que por fin alguien le hablase.
Cuando el sol se puso, bajaron al sótano a cenar, allí se sentaron y les sirvieron.
— Disculpe ¿No tiene nada sin carne?
Al notar que Roger giraba la vista, John también lo hizo, pudiendo notar a un hombre alto con rizos que le pedía al cocinero una ensalada, este lomiraba extrañado y le dijo que comiera.
— ¿No te gusta la carne? —preguntó Roger, al parecer le era mucho más fácil socializar que a John.
El rizado volteó a verlos.
— No, no me gusta —admitió—. Pero es esto o no comer nada. Soy Brian, Brian May.
— Taylor, Roger Taylor.
— John Deacon —dijo este en tono bajo.
— ¿Y? ¿Saben usar la brújula? ¿El astrolabio? ¿El cuadrante? —preguntó Brian.
— Ni siquiera sé qué diablos son esas cosas —admitió Roger—. Me ofrecieron una oportunidad que sería un necio si rechazara, lo mismo le sucedió a él, pero no en el mismo grado mío.
Brian pareció no entender, pero siguió manteniendo una conversación con ellos.
John se enteró que estudiaba las estrellas y los astros, sin contar que normalmente también estudiaba otras cosas.
También se enteró que Roger había vivido toda su vida en la calle, su padre había muerto en las cruzadas y por esto su madre murió de depresión, quedó huérfano con tan solo cuatro años de vida. No había tenido más remedio que robar para subsistir, pero en un descuido, lo descubrieron intentando robarle a la corona. No terminó muy bien.
— ¡Estuve tres meses tras una reja en un calabozo! —exclamó con alegría— ¡Incluso iban a enviarme a la horca! Entonces Cortés me ofreció esto, sería un completo zopenco si no hubiese aceptado.
— Espera, ¿Cortés te lo ofreció personalmente? —John abrió los ojos asombrado.
— Claro que no, envió cartas a cualquier escoria que no tuviera más opción que ir, entre ellos estuve yo —tomó un poco de vino y volvió a dejarlo sobre la mesa—. Solo tuve suerte, aunque haya sido por alguna vez en mi vida.
— Eso es bueno —sonrió Brian— ¿Qué hay de ti, John?
John pensó un segundo antes de responder, su historia no era tan trágica como la de Roger, pero tampoco tan afortunada como la de Brian.
— Siempre fui pobre...muy pobre, quise ayudar a mi familia y vine —dijo simplemente y luego sonrió.
No le gustaba hablar, y mucho menos cuando el tema de conversación lo incluía a él.
Luego de la cena fueron a sus camarotes a dormir,sería un largo viaje y una larga experiencia.
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New World [Deacury]
FanfictionJohn Deacon acababa de ser contratado por Hernán Cortés para conquistar El Nuevo Mundo. Pensó que todo sería fama, gloria y fortuna, pero jamás esperó encontrar el amor en aquella ciudad flotante y entre aquellas Chinampas que se usaban para sembrar...