🌵I love you🌵

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Con los nervios de punta se giró cuando empezó a sonar la típica música, tapó su boca liberando algunas lágrimas al ver a su hermoso novio caminando sobre la alfombra vino tinto siendo llevado por su padre y sujetando un pequeño ramo de rosas blancas y amarillas que reflejaban su inocencia y su alegría. Cuando ya estuvo a su lado no pudo evitar sollozar por lo bajo por la felicidad que tenía en aquel momento, tomó la mano de la persona que más amaba en el mundo y dejó un beso en su mejilla mientras este sonreía risueño.

— Te ves hermoso JeongIn.— Susurró.

— Tu igual SeungMin.— JeongIn se acercó para dejar un pequeño beso en los labios de su pareja.

La ceremonia pasó bien: en el momento de los votos ambos chicos se rompieron a llorar con el discurso del otro, cuando dijeron el "si quiero" y se pusieron los preciosos anillos de boda y el momento que más les conmovió fue el momento del beso. Las manos de SeungMin estaban en la cintura de su ahora esposo mientras este tenía sus brazos rodeando su cuello y sus labios en contacto con los del otro, las lágrimas de felicidad corrían por ambas mejillas y por fin se podían sentir aliviados de los nervios que habían acumulado desde que despertaron abrazados y con sus cabellos revueltos.

— ¿Vamos cariño?— SeungMin le ofreció su mano al chico y este rió para luego tomar la mano de su pareja y caminar junto a él hasta la salida.

Fuera le atacaron todos sus conocidos con abrazos y felicitaciones, todos estaban felices de que por fin la pareja se casase y es que ambos eran tan lindos juntos y se complementaban tanto que todo el mundo los amaba ver unidos. Sus amigos cercanos se acercaron a felicitarlos y estaban más felices que el reto de gente, abrazaban a aquellos dos chicos entre lágrimas que no paraban de salir.

Llegó la hora de celebrar la boda y la pareja fue llevada en una pequeña carroza llevada por caballos decorada de flores, JeongIn no podía estar más feliz en toda su vida. Apoyó su cabeza en el hombro de SeungMin mientras veía los anillos en sus manos entrelazadas, orgulloso de si mismo por soportar a ese escandaloso y tierno chico que le acompañaba.

— No recuerdo el momento exacto en el que me enamoré de ti, ¿puedes creerlo? Y es que fue hace mucho tiempo.— SeungMin miró la luna en el cielo oscuro.— No recuerdo el momento en que me alegraba por causarte una sonrisa, ni el momento en el que me quedé pasmado admirándote.

— Yo si recuerdo cuando me enamoré de ti.— Respondió el pelinegro mientras sonreía.— Era un 7 de marzo casi 8, una noche de luna llena. Me quedé a dormir en tu casa por la tormenta que me impedía salir, me dejaste dormir en tu cama y me prestaste algo de ropa cómoda, ¿recuerdas?— Suspiró mirando las estrellas.— Yo tenía miedo de los rayos y tú en vez de reírte te quedaste a mi lado cantándome y dándome mimos hasta que me quede dormido.— Giró a ver los ojos brillantes de su pareja.— Cuando desperté estaba envuelto entre tus brazos con mi cara en tu pecho. Cuando me di cuenta mi corazón se aceleró un montón y me separé un poco y vi tu rostro.— Puso una de sus manos en la mejilla del castaño.— Tenias la almohada marcada en tu mejilla, ojeras debajo de tus ojos por el cansancio, roncabas por lo bajo y tu pelo estaba todo desordenado... pero me di cuenta de que eres hermoso y no sólo por tu físico si no por tu personalidad, eres una persona estupenda y me sentía honrado de que estuvieses ahí a mi lado y no con otras personas a pesar de que yo no valía nada.

— Esa noche te vi llorar por primera vez en los dos años de amistad que teníamos, nunca te había visto tan vulnerable y aterrorizado.— Juntó su frente con la del contrario.

— Gracias por haberte quedado conmigo esa vez.

Llegaron al lugar y bajaron tomados de la mano, entraron al salón siendo recibidos por los aplausos de las personas invitadas cosa que hizo avergonzar a los dos por igual tapando su rostro tiernamente. La música empezó a sonar y bailaron su primer vals, luego oyeron a todos sus amigos haciendo sus discursos contando anécdotas graciosas con una presentación de fotos de ellos dos de fondo, luego llegó el turno de la comida  y por último la hora de la fiesta en la que todos se volvieron locos y empezaron a bailar dejándose llevar por el ritmo de la música.

I love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora