Único.

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Pero si el híbrido no es aceptado por su alma gemela, el híbrido, le entregará su resplandor a la otra persona con la que está su alma gemela y volverá a su casa, sin poder convertirse en gato y sabiendo que su alma gemela existe, pero con otra persona.

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Chittaphon Leechaiyapornkul, él experimentó cuatro, el penúltimo de los experimentos, un niño que fue sacado del orfanato, solo para poder experimentar en él. Nacido en Bangkok, Tailandia, teniéndose que acoplar a un nuevo idioma, teniendo que aprenderlo a fuerzas, porque sí era muy chico y no sabía mucho de cómo funcionaba el mundo más haya de esas paredes y puertas.

Conforme fue creciendo sabiendo lo que habían hecho con su cuerpo, se dio cuenta de que no era el único que estaba así y se sintió feliz, por no estar solo.

Después de un tiempo se quedaron solos, en una casa, donde vivían solo los híbridos, la mujer que los había acogido había fallecido, pero la casa y la herencia se las había dejado a todos ellos, a sus cinco híbridos.

Los híbridos por fortuna fueron educados y enseñados por aquella mujer, les enseño a valerse por sí mismo y lo más importante, les dejo en claro que no tenían que estar de cupidos, que ellos merecían vivir y disfrutar de la vida.

Y así lo hicieron, pero Ten, como le había puesto aquella mujer. Había conocido a un chico en donde trabaja, el chico se mostró muy amigable y a Ten le alegraba mucho eso.

El chico de nombre Johnny había llegado de E.U., el chico le había comentado que se había querido venir a vivir a Korea, por asuntos familiares, y quería alejarse de todos esos problemas.

Ten había empezado a sentir algo en su pecho y había visto, como espesaba resplandecer, se asustó al principio, por lo que no dudo en decirle a los demás, el mayor de ellos, fue quien les recordó por qué habían experimentado en ellos y habían terminado así.

Estaba Ten tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando, Johnny entro junto con otro chico, el nuevo empleado.

"Buenos días, Ten-Ten." Saludo Johnny y Ten salto en su lugar.

Algo sonrojado saludo a Johnny, sí, porque cada que hablaba con el alto, siempre terminaba sonrojándose.

"B-buenos días, Johnny, no te vi llegar." Contesto Ten aún sintiendo sus mejillas algo calientes.

"Siempre estás en otro lado." Le sonrió y el corazón de Ten dio un brinco, porque las sonrisas de Johnny siempre lograban ese efecto en él.

Antes de Ten pudiera decir algo más, Johnny se apartó y fue por un chico, un chico al que nunca había visto Ten, pero se percató de que Johnny y él eran conocidos. Johnny se acercó con el otro chico quedando frente a él.

"Ten, él es TaeYong va a comenzar a trabajar con nosotros." El chico de cabellera blanca le sonrío.

"Mucho gusto, espero y seamos buenos compañeros." Ten le dio una cálida sonrisa, una de esas sonrisas que solo él puede dar.

Con el pasar de los días, TaeYong se había vuelto cercano a ellos o por lo menos a Ten, tenían charlas, el ambiente no era tan incómodo. Una de esos días en lo que Johnny no trabajaba, TaeYong y Ten eran los encargados de cerrar el lugar. Después de haber cerrado el lugar, ambos emprendieron caminos para ir hasta la estación del metro, mientras caminaba, noto a TaeYong algo raro.

"Tae... ¿Quieres decirme algo?" Pregunto Ten amablemente.

El chico péli-blaco, lo miro y después sonrió, para luego pasar a su modo tímido.

Híbrido, cupido o ¿algo más? |JohnTen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora