Primer día

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Suena el despertador a las seis en punto. Mi cabeza esta a punto de estallar debido al ruido. Me levanto torpemente a apagar el despertador, salgo de la cama y tropiezo con un mueble. Intento recordar la noche anterior, pero es imposible, todo es borroso y confuso tal y como suponía.

-Carajo, no debí aceptar ese último trago anoche.

Me dirijo al baño, prendo la regadera y el ruido del agua llena la habitación. En serio odio las mañanas. Entro a la ducha y cierro la cortina de baño. Hoy es el día, recibí un trabajo por parte del viejo Toni, lo mismo de siempre, trabajo sucio y muy bien pagado. Sabía que esa vieja rata tenía contactos, pero no sabía que eran tan buenos. Esta vez trabajaré en Specialité Corp, una empresa de manejo y desarrollo de tecnología y software o algo así. El trabajo es sencillo, mantener un perfil bajo, formar buenas relaciones de trabajo, ganar confianza y obtener información que después pasaré a los gorilas de Toni. Lo de siempre.

Salgo de la ducha y me dirijo al espejo. Cabello negro rebelde, unas ojeras enormes y una barba de 4 días me saludan. Tomo la maquina de afeitar y comienzo a rasurarme. Salgo del cuarto de baño y me dirijo a mi habitación. Me visto para el trabajo, saco una caja de pastillas del botiquín, cojo el maletín y las llaves y salgo del departamento.

De camino, entro a la primera cafetería que encuentro y ordeno un americano y un sándwich para llevar. Hecho un vistazo al menú de la tarde, probablemente pase después del trabajo. Recibo mi orden, pago y salgo. Tomo un par de pastillas y las trago con ayuda de un sorbo de café. Camino un par de calles hasta llegar a las escaleras de un edificio de treinta y dos pisos. Subo las escaleras y atravieso la puerta de entrada. Inmediatamente una señorita me aborda detrás de un mostrador.

-Buenos días, ¿tiene cita?- una chica pelirroja de ojos café claro me miran amablemente al otro lado.

-Buenos días, vengo a ver al señor Espinoza.

-Un segundo, por favor- la chica observa por un momento el monitor frente a ella. -¿señor Navarrete?

-Puede decirme Mike- respondo con una sonrisa digna de un comercial de pasta dental.

La señorita tras el mostrador se sonroja al tiempo que responde con una sonrisa juguetona. -Mucho gusto, Mike. Pasa por favor, el señor Espinoza le espera, piso cuatro, en la oficia del fondo. Vera su nombre en la puerta.

-Gracias, señorita...

-Lorely, puedes llamarme Lory

-Señorita Lory- extiendo mi brazo hacia ella y estrecha mi mano con delicadeza. Sonrío una vez más y me encamino al elevador. Suena una campana y las puertas se abren. Subo abordo y presiono el numero cuatro. Levanto la vista y veo a Lory mirándome desde el otro lado de la recepción, ella sonríe y yo alcanzo a saludar con la mano antes de que las puertas se cierren.

Llego a la oficina de Espinoza y se presenta. Me muestra el equipo que trabajara conmigo, me presento frente a los que serán mis nuevos compañeros y ellos me dan la bienvenida. Da el típico recorrido de novato antes de llevarme a mi oficina y por fin marcharse. Cierro la puerta y comienzo a instalarme. Mi teléfono celular suena.

-Diga- respondo de forma seca.

-Chico, tenemos a tus padres secuestrados. Quiero 30 mil dólares en 15 minutos o juro por Dios que le corto un brazo a ella y haré que él se lo coma- una voz juguetona y bonachona me aturde por un momento.

-Vieja rata caprichosa, ¿Qué hay?- una sonrisa se dibuja en mi rostro al escuchar la voz de Toni.

Una carcajada resuena del otro lado -Hijo, ¿qué tal la oficina?, le dije al imbécil de Lalo que te consiguiera el mejor puesto que tuvieran o le diría a su esposa sobre su amiguita del bar.

-La oficina esta bien, pero ¿Navarrete?, me siento como el protagonista de una telenovela de bajo presupuesto, ¿a quien se le ocurrió ese nombre?

-Supongo que fue una pequeña broma de parte del equipo, no te lo tomes personal.- una última carcajada suena antes de que la voz de Toni se torne seria -No solo hablo para saludar, chico. Quiero asegurarme de que hagas bien tu trabajo. Espero que sepas muy bien la posición en la que te encuentras, el puesto en el que estas no es igual a los anteriores. Un error y todo se acabará, y esta vez yo no podré salvarte. Estas solo.

De pronto el ambiente se torna tenso -Lo sé.- pasa un par de segundos antes de que Toni regrese a su estado risueño y bonachón.

-De acuerdo, hijo, sabes que hacer.- la llamada termina, dejándome un mal sabor de boca.

El día transcurre tranquilo, conozco a un par de personas más y me dedico más que nada a ponerme al día. Dan las tres y media de la tarde y me dirijo al área de café. Un par de chicas conversan en un rincón de la sala. Me sirvo un café y tomo una rosquilla.

-Mike- una de las chicas me llama, miro con más detenimiento y me doy cuenta de que es Lory.

-Lory, nos encontramos de nuevo- estrecho su mano nuevamente, no sin antes sonreír.

-Te presento a Mia- una chica de cabello castaño claro y ojos acuosos me mira con recelo -ella es líder del mismo equipo de trabajo en el que estas.

-¿En serio?, creo que no estabas hace rato durante la presentación- me acerco dirigiéndome a Mia -Soy Mike Navarrete, mucho gusto señorita Mia- extiendo el brazo y ella estrecha mi mano firmemente al tiempo que se acerca peligrosamente a mí.

-Trabajamos juntos, no para ti, que te quede bien claro. Mi equipo es uno de los mejores de la compañía, así que tendrás que trabajar duro y demostrar que vales la pena. No dejaré que un niño bonito que cree su sonrisa es suficiente pagar su sueldo arruine todo lo que mis chicos y yo hemos construido. Tus conexiones no te servirán en este piso, ¿comprendes, novato?

-Vaya, la liebre enseña los dientes al lobo. ¿Qué sabes de conexiones, niña?- esta vez mi sonrisa es para burlarme de la chica frente a mí.

Estrecha con más fuerza y sonríe fríamente -Lo suficiente para haber llegado hasta aquí entes que tú, teniendo la misma edad.- suelta mi mano y da media vuelta, dirigiéndose a la salida. -Nos vemos más tarde, novato.- ella sale de la habitación.

Azurite DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora