-¿Ya te vas a largar por fin?- Miyuki no era una persona de muchas palabras, al contrario, era una chica muy reservada, oscura y silenciosa, pocas personas conocían el lado cariñoso, infantil y hasta divertido por el que alguna vez fue conocida antes de ser capturada y arrastrada lejos de su familia.-Me enferma tu presencia ¿Entiendes?.
-Pero... estás sola.- insistía aquel relajado chico ojiazul de cabellos tan blancos como la nieve de nombre Yukio.
-¡Tsk...!- se quejaba la pelinegra siendo algo necia, realmente odiaba la compañía del ojiazul cara pálida ¿Era tan difícil lo que pedía? Solo quería volver a su hogar, ella no quería estar allí, no quería estar lejos de su familia, su antigua vida llena de risas...
Las palabras no cruzaban el puente en su garganta gracias al nudo que se le atravesaba con solo pensar en recuerdos pasados en los que se hallaba fuertemente aferrada.
-¿¡Y eso qué!? ¡No cambia hecho de que me fastidia tu compañía!- logró pronunciar con aspereza y dificultad aquella con una actitud bastante agresiva.
-Que con una voz tan chillona y tierna como la tuya es difícil tomarte en serio- respondió éste entre risas un tanto burlón esperando una reacción explosiva de parte de su contraria.
Aunque en un pasado no muy lejano aquella chica de actitud frívola y molesta actuaba de manera tierna y un tanto adorable, la frase "... con una voz tan chillona y tierna como la tuya, es difícil tomarte en serio..." estas simples palabras no lograron más que enfurecer a la fémina que se encontraba justo al lado del chico, justo a unos centímetros, justo en el lugar perfecto para regalarle un fuerte puñetazo iracundo a aquel que se atrevió a llamarla con tal insulto, al menos para ella era un insulto.
Aunque ganas le sobraron de armar un pequeño espectáculo de rabia y desenfrenada furia, para sorpresa de Yukio, ella solo se levantó del sillón donde estaba sentada dándose media vuelta lista para irse no sin antes decir en voz baja pero lo suficientemente fuerte para que éste escuchara.- Vete a la mierda y déjame tranquila- siguió su camino tras pronunciar éstas palabras con cierto desinterés repentino que solo ella entendía o... eso suponía.
Lo único en lo que podía pensar Yukio justo ahora era que al menos logró hacer que aquella chica de baja estatura intercambiara palabras con él ¿Eso fue posible? Aún parecía una idea lejana...
Los amigos del chico iban entrando por la gran puerta de hierro adornada con detalles bastante llamativos y complejos, puerta que permanecía abierta durante el día y cerrada durante la noche.
La fémina de ojos grises bastante intensos y claros sin importarle la entrada de aquellos idiotas egocentristas --como ella los llamaba-- siguió su rumbo a la salida del gran salón que aparentaba ser de oro de lo brillante y reluciente que era. Pasó de estos niñatos como si fueran nada golpeando hombro a hombro a aquel que se le atravesó en su camino.
-¡Hey, niña! ¿¡A dónde crees que vas!? ¡Ven de inmediato aquí y pide disculpas!.- demandaba aquel con quién había chocado la chiquilla.
-No es de mi interés disculparme contigo - respondió cortante y seca ésta, siguiendo su camino.
-¡Regresa ya mismo o sinó...!- las palabras del pelirojo quedaron completamente suspendidas en el aire al sentir una profunda sombra que hacía que el ambiente se espesara completamente, sin darse cuenta la chica estaba frente a él, sus manos se cerraron volviéndose puños los cuales estaban envueltos en cierta sombra extraña que hacía la ilusión de ser fuego.
-Sinó... ¿Qué...?- dijo furiosa, la sangre le hervía mientras que a sus contrarios le helaba.
Al ver esto, el pelirojo --llamado Takeshi-- prendió en fuego sus manos adaptando una pose de ataque solo esperando que su contraria lo atacara.
Justo antes de poder hacerle algo al engreído pelirojo, Yukio estiró sus brazos con algo de fastidio, en lo que éstas comenzaron a despedir una especie de escarcha blanca, brillante y muy fría, levantó algo parecido a una jaula de hielo que envolvía a Miyuki confundiendola y haciendo que la chica de cabellos negros con detalles blancos retuviera su ataque.
-Ya basta los dos, no tienen derecho de pelear en mi casa- decía el peliblanco dirigiendo una intensa mirada hacia el contrincante de la chica aunque, hablando de manera extrañamente pacífica.
Los demás al ver el espectáculo que se estableció en tan sólo unos poco minutos, no dudaron en correr del lugar sigilosamente, pasando desapercibidos como si no existieran en el mundo de aquellos tres quienes se enfrentaban, dejándolos completamente solos en aquel escenario.
-La tienes malcriada Yukio, tienes que pensar más de ella como la criada que es, en vez de tratarla como una hermana.- decía Takeshi con desprecio mientras cruzaba los brazos.
-Oye, sabes que no me gusta ser grosero pero, ella no te pertenece, no me digas cómo tratarla.- respondió un tanto ofendido pero tranquilo el peliblanco buscando defenderse.
-Parecen dos niños peleando por un juguete.
-¡No te entrometas niñita!.
-Takeshi... por favor, retirate.- interrumpió Yukio rápidamente intentando evitar un conflicto mayor entre su mejor amigo --y príncipe del reino del Dragón Rojo-- y la criada.
Realmente Miyuki había sido secuestrada de una ciudad muy singular donde personas de todas las razas y poderes viven en completa tranquilidad, claro está en que hay peligro al dejar que culquiera sea bienvenido por lo que muchos aprovechan esto para tomar el poder que consideren más valioso a la vista y tranformarlo en dinero fácil, como es el caso de Miyuki, quién fue vendida por 2.000 piezas de cuarzos psicodélicos --bastante extraños y difíciles de conseguir-- gracias a su extraño dominio sobre las sombras.
-No necesito que ne defiendas, me protejo sola.
-Meh, la idea de mantenerte en esa jaula me parece agradable ¿Qué dices tu?.
-Te odio...
[. . .]
Hola niños, es mi priner fragmento de historia, no espero que os guste y si os gusta... gracias.
Comenten qué os gustaría que pasara próximamente para tener ideas variadas, no solo de lo que yo quiera sinó de lo que vosotros también queráis.
Es todo, gracias de nuevo y bye.
ESTÁS LEYENDO
Elementos Inseparables
FantasyRealmente es una historia que voy escribiendo mientras se me ocurre algo para poner. Quisiera que se tratara un poco de drama y comedia entre Yukio y Miyuki, obviamente con romance y fantasía. Aunque sé que es difícil hacer una historia con un buen...