Don't do it, please! [Deku]

[01]

No puedes ser un héroe.

«Cállate.»

Deberías rendirte.

«Por favor, cállense.»

¡Lo siento Izuku, lo siento!

«¡Basta!»

¡Tirate de la azotea y quizá en tu otra vida tengas un buen quirk!

«¡Basta! ¡No quiero oírlos!»

Mi mente no dejaba de darle vueltas a aquellas frases, que al repetirse se volvían filosos puñales que se empecinaban en clavarse repetidas veces en mi cuerpo. Las lágrimas ya habían dejado de caer hace bastante, y mi rostro se había vuelto vacío, inexpresivo. Ya no era el mismo chico alegre de antes, y no volvería a serlo.
La tarde caía a medida que deambulaba por las poco atiborradas calles japonesas. A mi alrededor se extendían diferentes mundos, uno diferente dentro de cada persona que caminaba por allí. Mundos que solían asemejarse al mio. Llenos de esperanza y felicidad. Mundos frágiles, como el que había tenido.
Tras pasear por otro par de minutos, diviso un edificio que alguna vez se intentó que fuera un hotel, pero ahora yacía abandonado. La idea cruzó mi mente de forma fugaz. Solo fue un segundo de vacilación y luego me encontré en marcha.

«Voy a hacerles un favor»

Al llegar a la edificación, entré y subí por las escaleras con calma. Después de todo, sólo era cuestión de minutos para poner fin a mi historia. Una vez arriba, me dispuse a sacarme los zapatos cuando una figura captó mi atención. Alguien había llegado antes que yo. Un chico de gafas estaba del otro lado de la baranda mirando al suelo. Fue entonces cuando sin saber cómo o por qué, mis labios dejaron escapar un grito.

- ¡Hey, no lo hagas!

Él me miró sorprendido.

Un segundo, ¿Qué dije? No podría importarme menos.

Para ser honesto, estaba un poco molesto. Era una oportunidad perdida.

El joven de gafas cruzó la baranda y, jugando con sus dedos, me habló de sus problemas. Probablemente ya los oíste antes.

- Creí que estabamos hechos el uno para el otro. Sólo quería gustarle también.

- ¡Por favor! ¿Es en serio? Simplemente no puedo creer que por una estúpida razón llegaras antes que yo. ¿Estas triste porque no puedes tener todo lo que quieres? ¡Al menos no te han robado algo!

El chico bajó la mirada y sonrió con tristeza.

- Muchas gracias por escucharme.

Y el chico con gafas entonces se esfumó.

Decidí que hoy no era buen día.