Habían pasado varios años desde que se graduaron de la escuela, él era un gran empresario multimillonario, ella una científica de renombre mundial, pero ninguno de los dos se había olvidado.
Como dos niños pequeños, se conocieron en el parque, él cuidando de su hermano, ella columpiándose.
Él veía a su hermano jugar, creyéndose el mayor, cuando en realidad ambos tenían casi la misma edad, estaban juntos desde que tenían memoria.
Ella jugaba sola, pues no había nadie en ese momento que la acompañara, ella sólo quería divertirse como no lo había hecho desde mucho tiempo atrás.
Su hermano lo llamaba, quería que jugaran juntos, pero él no le hizo caso, aunque moría de ganas por jugar con los demás, pero sí vio cómo su hermano se acercaba a los columpios.
Ella vio cómo otro niño se le acercaba corriendo, lo que la asustó e hizo que se soltara del columpio, provocando una inevitable caída.
Él vio a una niña caerse, pero no hizo nada, se quedó mirando. Mientras, su hermano trato de atraparla, pero sólo consiguió que le cayera encima.
Ambos rieron durante un tiempo, después de tallarse por el golpe que se habían dado.
Él le dijo a su hermano que ya se tenían que ir, mirando a aquella chica de manera despectiva e, incluso, diciéndole a su hermano que se alejaran. Su hermano, le preguntó su nombre, pero ella decidió no contestar, pero él le dijo el suyo.
Ella nunca lo olvidaría, alguien que la tratara bien y que no veía su apariencia. Regresó al lugar al que llamaba hogar, no había nadie, aun.
Éllos gueron a su casa y hablaron acerca de ella, él le dijo a su hermano mayor que era realmente bonita y agradable, aunque sólo hubieran reído, su hermano mayor sólo se limitó a decirle de manera seca que no siguiera hablando de ella, él sólo calló, pero su mente estaba gritando.