Aquél triste día en el castillo | KookV |

ℰ𝓁 𝓊́𝓃𝒾𝒸ℴ 𝒸𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁ℴ

Nací y crecí en un reino donde mi padre era él único gobernante, todas las personas lo adoraban y respetaban porque siempre fue noble y bondadoso con ellos; yo nunca lo fui.

Cuando él murió, el reino pasó a ser gobernado por mi, me veía tan bien con una corona.

A diferencia de mi padre, yo nunca me toqué el corazón por nadie, jamás fui amable y mucho menos noble. A mí me cansaba todo el ruido de todas las personas hablando, por eso me volvía peligroso cuando daba órdenes.

Todos en el reino decían a mis espaldas que debería dejar de ser tan malo, pero cuando pasaba frente a ellos todos se inclinaba uno a uno para recibirme.

Siempre moví las cartas a mi favor sin importarme las personas a mi alrededor, hasta que él llegó.

Lo vi sentado en mi trono mientras me miraba con desprecio.

Su nombre era Jeon JungKook, él no era un heredero al trono como yo, era un chico del reino que estaba cansado de mi.

No sé cómo ni cuándo se había ganado a todas las personas con su carisma y humildad.

Desde ese día lo vi trabajar día y noche para hacer del reino un lugar mejor y lo logró.

Mejoró la economía promoviendo el turismo, le entregó una educación digna a cada uno de los niños y adolescentes que habitaban el lugar, hizo tratos con empresarios extranjeros y modernizó todo.

Logró cosas que yo jamás hubiera pensado siquiera realizar.

...

Ahora caminaba por las calles que un día yo goberné.

Miraba con tristeza a las pocas personas que creyeron que yo podía ser un buen rey, no podían creer como había terminado.

Al dejar mi trono aquel triste día en el castillo olvidé toda la fortuna que me perteneció.

Comencé a trabajar por mi cuenta aprendiendo a seguir órdenes, sólo allí supe lo mucho que le costaba a las personas ganarse la vida, en ese momento conocí la humildad.

Allí supe lo que fue ser un rey.