Extraños En Casa

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Me levante, todo normal como si nada hubiese pasado aunque me levante cansado. Revise mi teléfono y vi que tenia un chingo de llamadas perdidas de mi madre.

Intente llamarla de nuevo, pero no contestó, tenía miedo normal estaba preocupado por mi madre pero me preguntaba ¿Dónde estará? ¿Estará aún con vida?
Ya me tenía muchas preguntas en mi cabeza, pero no podía hacer nada, intente pensar en el bien.

Pero luego pensé, ¿Por qué me habrá llamado? Tal vez puedo conseguir salir o no no quise reventarme la cabeza con eso.

Baje a la cocina para encender la tele y ver las noticias, espere a encontrar algún canal informando sobre lo que pasa, pero nada mas muerto que mis sentimientos por mi ex.

Pase todos los canales disponibles y en ninguno daba señal, tomé mi celular y aún tenía señal de Internet trate de checar un periódico en línea y solo decía que se declaraba cuarentena por infectados, ya solo que no intente llamar a mi mamá.

Salí de casa con un bastón de pelota purépecha en mano por si las dudas para ir por algo de comida, así que me fui directo a una tienda de paso, de seguro que habría todo lo que necesitaría comida, agua , todo lo que fuera posible.

Pase por 2 locales y estaban saqueados pero siempre dicen que la tercera es la vencida, hasta que encontré uno que estaba vacío, era el típico supermercado de parada, y entre sin hacer mucho ruido, solo lo que escuchaban eran mis pasos con las luces encendidas , ni un gruñido u otra cosa que fuera yo.

Me dirigí hacia donde está la comida enlatada y tome lo que puede llevar, después pase por agua (no se les olvide tomar agua o les pego con mi bastón) y al final lleve unas linternas recargables y pilas nunca se sabe cuando se puedan necesitar, todo lo lleve en una cesta de compras.

De pronto me acordé de algunos de mis compañeros. ¿Estaran bien? No tenia forma de saberlo así como si nada, me llene de mucha tristeza de recordar los bellos momentos que tuve con ella digo es mi mejor amiga, una de las mejores personas que puede haber conocido en toda mi miserable vida. No pasaron ni 5  minutos en los que lloré por ella.

No pasó mucho tiempo hasta que pasó un chico corriendo por toda la calle, se veía a lo lejos que tenía miedo, me acerqué un poco para ver si podía platicar mejor con él.

-No me llevaran con vida putos cabrones- dijo el chico gritando

Asintió con la cabeza y se secó las lágrimas, se levantó y trató de irse  a un lugar seguro.

El grupo le se estaba pisando los talones, fui por mi cesta y les seguía el paso a lo lejos, no me quería arriesgar hice una promesa.

El chico corrió todo lo que pudo hasta que un infectado embistió contra una camioneta.

- Si te vas a meter con alguien, mejor metete con alguien de tu tamaño maldita putrefacción- dijo el chico forcejeando con el infectado

Los zombies empezaron a rodear, el chico los empujó como pudo pero cada vez venían más a por él, pero de pronto escuché al chico gritar.

-¡Ayúdenme!- gritó el chico con desesperación

Quería hacer algo por él pero el miedo no me dejaba, no pude moverme. de pronto el chico se levantó para seguir corriendo

- Tú corre, tu puedes- dije con esperanza de que sobreviviera 

Muchos zombies se acercaban, no me podía quedar y tuve que tomar una difícil decisión arriesgarme y salvarlo o irme sin más. Me marché corriendo con mis cosas sin mirar atrás, le notaba que le habían mordido era muy tarde para él.

-Eres un asco- me dije a mí misma

A lo lejos se puede ver un zombie, en mi interior estaba cagado de miedo, no podía arriesgarme a que me suceda lo mismo que al chico así que fui por otro camino.

Cuando estaba delante de mi fraccionamiento, pude ver como alguien había forzado la portón de nuevo. Primero pensé que sería mi madre, que por fin volvió a casa , pero ella no se dejaría el portón abierto como Pedro por su casa. Estuve pensando durante unos largos segundo si entrar o sacarme a la verga. Al final decidí entrar hasta mis casa.

Habiendo un chingo de casas para escoger y tuvo que ser la mía.

Entre con bastón en mano, silenciosamente me escondí por detrás de las escaleras, habían 3 personas una mujer, un señor y una chica como de mi edad más o menos, estaban rebuscando por toda mi casa.

-¿Quienes chingados son y qué hacen en mi casa?- dije enojada

-¿Está es tu casa?- dijo el hombre -Lo sentimos de verdad, pensamos que ya nadie vivía nadie e iba a ser un lugar seguro, por favor déjanos quedarnos una noche, no queremos estar afuera con esos seres otra noche-

-Si por favor, no tenemos donde pasar la noche, cuando sucedió nosotros estábamos en el coche, no somos de aquí, somos de la Veracruz- dijo la mujer al borde del llanto

-No se quienes vergas son, casi rompen mi puerta y rebuscaron por toda mi casa- dije firme

-Somos buenas personas, no queremos problemas solo pasar una noche- dijo el hombre

La chica me miró con tristeza, notaba el miedo en sus ojos, no los podía echarlos

Algo dentro de mi me decía que no los podía dejar con los infectados ahí fuera así que toma la decisión de que se quedaran  

-Vale, pero mañana por la mañana no los quiero ver aquí y devuelvan todo lo que tomaron- dije

La verdad no me podía confiar de ellos, no sabía quienes eran, podrán ser prófugos de una cárcel y hacerle pasar por una familia, pero confío que sean buenas personas como dicen ser.

-Fui a buscar comida enlatada, si quieren pueden tomar- dije intentando de hacer conversación

-Si, gracias- dijo la mujer con una sonrisa

-¿Cuáles son sus nombres?- pregunte sonriendo

-Yo me llamo Diana, él es mi esposo Luis y ella es mi hija Yaiza- dijo Diana

-Vale mi nombre es Dania- lo dije con una pequeña sonrisa

-Venimos de la Ciudad de México para ver a mi hermano que estaba en el hospital, cuando estábamos de camino cuando de pronto se aparecieron esas cosas y nos hizo volcar- contestó José

-Mi mamá se quedó en el  trabajo cuando todo esto sucedió, la verdad espero que logre llegar pronto- dije triste

Estuvimos hablando un rato mientras comíamos, cuando llegó la noche estuvimos hablando en el comedor, explicando nuestras vidas.

Aunque parezca tener algo de compañía viene bien, me produjo más seguridad, no importaba si eran desconocidos pero empezaba a saber un como más de ellos.

-Y dime Dania, ¿Cuántos años tienes?- me pregunto Yaiza

-Tengo 18 y tú ¿cuántos tienes?- le pregunté

-Yo 17, pero dentro de poco cumpliré los 18- me contestó Yaiza sonriendo

Llegó la hora de irse a dormir así que subí a mi cuarto, cerré la puerta y me tumbé en la cama llorando.

Me desperté temprano, me levanté y vestí, hoy hacía frío dentro de lo tolerable, me quedé mirando por las ventanas de mi cuarto todo lo que había fuera.

Se podía ver todo que estaba normal no tanto ya que es una zona medio transitada bueno al caso , se escuchaba un ambiente sin ruido exceptuando al rio, a lo lejos pude ver un coche aproximarse, bajé como burra sin mecate para avisar que alguien venía.


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lo único que no van a estar parejos serán las reglas y la moral es la razón por que les dejo quedarse 

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2020 ⏰

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