Reencarnación

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Frente a mi ojos todo se estaba oscuro. Una relajante calidez me dio directo en el rostro. Una dura mano me acarició el cabello y la mandíbula. Lentamente abrí los ojos, el Sol me deslumbró pero pude reconocer el rostro de Bakugō frente al mío.

—Estás llorando imbécil. ¿Tuviste una pesadilla? —Después de lo que había visto escuchar la voz de Katsuki me dio una inesperada tranquilidad.

—No sé si sea una pesadilla, fue demasiado real. Moriste... —acaricié su rostro con las puntas de los dedos temblorosas. —Tuve miedo, estabas sangrando, todo a nuestro alrededor se quemaba.

—No digas estupideces. —Katsuki alejó mi mano bruscamente. —Levántate de una vez, debemos seguir viajando.

—No tengo energía para convertirme en dragón. —Difícilmente habíamos dormido un par de horas por culpa de unos cazadores. —¿Podemos seguir a pie? —Mi rubio me miró un par de segundos antes de suspirar y asentir, se ciñó la capa roja y comenzó a andar. Yo tomé nuestras pocas pertenencias y me acerqué a él rápidamente. Estábamos a unos días de llegar a nuestro destino, tal vez por mi capricho tardaríamos más, pero eso no parecía importarle mucho a Bakugo.

En cuestión de segundos nos vimos cubiertos por una inquietante neblina. Extrañas siluetas comenzaron a rodearnos. Estábamos bajo ataque. No podía distinguir si eran cazadores de dragones o cazarrecompensas tras la cabeza de mi acompañante. Agudicé los sentidos, no podía oler o ver a Bakugo, comencé a oír una melodía atractiva. Un segundo después todo se volvió blanco, brillante, cegador. La música no salía de mis oídos.

El olor a sangre y madera quemada inundó mi nariz. Mi respiración agitada era lo único que escuchaba. La vista se me aclaró lentamente. Me llevé las manos a la cara y la sentí mojada, era sangre, estaba cubierto de sangre, pero no era mi sangre. Levanté la vista asustado y el aire abandonó mis pulmones.

El bosque que Katsuki y yo recorríamos estaba reduciéndose a cenizas. En ese momento me percaté del escozor en mi garganta, no necesité mayor prueba para saber que yo había causado el incendio. No podía distinguir a alguien cerca de mí y no recordaba qué había sucedido lo que significaba que había perdido el control. Bakugo me había abandonado justo como lo había hecho prometerme.

—Kirishima... — se me congeló la sangre. —Eiji-... —voltee la vista lentamente y al instante las lágrimas limpiaron la sangre de mis mejillas. A unos metros de mí Bakugo estaba muriendo.

—¡Katsuki! —Corrí hacia el cuerpo del rubio lo más rápido que pude, lo tomé entre mis brazos y descubrí que su sangre me cubría el cuerpo. Mis lágrimas le cayeron en el rostro. Su cuerpo tenía rasguños demasiado profundos, su estómago estaba perforado y sangraba demasiado. —Perdón. —No podía parar de llorar, algo dentro de mí me decía que yo lo había lastimado. —Perdóname.

—Kirishima... —El corazón me dolía. —Kirishima... —El pecho se me oprimía. —Oye... —Las lágrimas no me abandonaban. —¡Kirishima! —Abrí los ojos al instante, frente a mí unos feroces ojos me inspeccionaban la expresión. Al instante abracé a mi novio y lo atraje a mi cuerpo.

No recibí un rechazo o protesta de parte de Bakugo lo que me motivó a estrujarlo aún más. Sus suaves manos se acariciaron la espalda y el cabello. Comencé a llorar de nuevo entre sus brazos. Pedí perdón como si mi vida dependiera de ello mientras le decía qué me había sucedido. No sé cuánto tiempo estuvimos abrazados, no sé por cuanto tiempo estuve llorando. Sólo sé que él nunca me soltó, no dejó de consolarme y decirme cuánto me amaba. Él dijo que yo nunca podría hacerle daño, porque nunca iba a permitir que yo dañara a alguien. 

Años después el hollín cubría mi cuerpo. Todo a mi alrededor estaba quemándose. A mi espalda las ondas de choque era cada vez más fuertes. Sin embargo la ceniza era tan densa que no se podía dispersar, tampoco veía más allá de un metro.

Entre mis brazos descansaba el inerte cuerpo de Katsuki. Su rubio cabello estaba manchado de sangre, su traje era un desastre de harapos y hollín, su expresión tenía una insospechada calma. Junté nuestros labios en un beso que supo triste. Escuché pasos cerca de nosotros. Los villanos nos habían encontrado.

Intenté moverme pero mi sangrado sólo empeoró y la vista se me nubló. Tenía que proteger el cuerpo de mi esposo así que me obligué a levantarme y hacerle frente a los villanos, era un héroe, ese era mi trabajo. No duré ni un minuto de combate cuerpo a cuerpo. La piel me dolía como el infierno y mi sangrado no se detenía. ¿Quién se supone que ayuda a un héroe en problemas?

...

Publicado apenas inicia el día. Inicia desde la perspectiva de cada uno xD. Actu más corta que la vez pasada pero ñeh...

Gracias por leer y a todos los que votaron en la historia. Me hacen feliz, cada que votan o comentan abro la app de inmediato. ¡Notaron mi otra historia KiriBaku/FatKiri! Gracias, estaba abandonada hace un buen rato.

Voy a seguir subiendo oneshots en el Mes.

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2019 ⏰

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Nuestro hermoso amor [KiriBaku Month - Agosto 2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora