ONE SHOT

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The phantom of the opera (Dedicatoria especial para mi Moirial :3)

En algún lugar alejado de Beforus, una troll de sangre azul descansa tranquilamente en su colmena. Hay alguien afuera de su ventana otro troll que lleva la mitad de su cara cubierta por una extraña careta blanca. Una elegante capa se ondula con el viento. Los arboles opacan su existencia en aquella noche, un highblood, alguien con la sangre completamente real llama a la puerta de la aclamada colmena.

-Medeis! Haz venido, me alegra tanto verte después del espectáculo. El teatro estaba lleno, realmente… realmente tengo talento, me has visto? Has visto los dones que me ha dado el ángel?- Emocionada dio un pequeño salto mirando los ojos de aquel sangre rosa que tanto había idolatrado.

-Tal ángel ha de ser glorioso, tu talento, amada Oriala, nunca había oído una voz tan perfecta, tan melódica, tan apasionada, me ha llegado profundamente a mi vesícula vascular… y he descubierto que no puedo controlar estos sentimientos rojos que tengo por ti, realmente sería un placer que compartieras la intensidad de este cuadrante conmigo.- Abrió una pequeña caja mostrándole una elegante joya roja intensa con la forma que representaba el cuadrante que Medeis deseaba entablar con ella.

-No sería correcto aceptarlo… estoy realmente halagada y correspondo totalmente esos sentimientos, pero es demasiado lujo mi sangre no me permitiría lucir una joya tan exquisita y seguramente única.- Sus mejillas se colorearon de un hermoso tono azul que resaltaba el color de sus ojos y sus labios.

-La sangre no es importante no ahora que tu voz ha conquistado cada parte de mí, por favor Oriala, piénsalo mejor, tenla aquí contigo y piensa si realmente deseas aceptarla, aceptaras los sentimientos que no podemos negar y podemos construir un mejor beforus juntos.- Aquel apuesto troll de ojos rosados le dedicó su más tierna sonrisa a la señorita Upiere.

Afuera de esa ventana el rainbow drinker miraba con indignación la escena.

-Cómo es posible que ella crea en esos ángeles cuando ese talento es mi creación?! Ella debería de tener esos sentimientos rojos intensos por mí y no por ese idiota sangre rosa… Es obvio que a pesar de la sangre soy mejor que el yo cumplí el deseo de Oriala! Yo y solo yo debería estar a su lado!- Murmullaba caminando de un lado a otro entre los árboles.

-Bien , Medeis, lo tendré presente, muy presente pero debo descansar… no puedo estar muy tarde afuera debo cuidar mi garganta.- Sonrió de manera gentil y sumisa.

-Ten una linda velada Oriala, descansa bien.- El señor Caetus acarició la cara de su amada y con una reverencia dispuso a marcharse.

La señorita Upiere emocionada cerró la puerta de su morada , recostó su espalda a ella y observó una vez más aquella bella joya, sonrió y corrió emocionada a su habitación, su lusus el que siempre creyó en su talento le mandó a tomar un baño y luego de eso ella se recostó en su cama de slime, una vez que se hallaba profundamente dormida, la ventana de su habitación se abrió despacio… Lecabel entraba con la ligeresa que sus colmillos le permitían, nunca había bebido la sangre de Oriala, pero todas las noches al verla moría por probar tan solo una gota de ella.

Lecabel se había tomado demasiadas molestias por aquella joven troll , había asesinado a diestra y siniestra para conseguir lo que quería el hecho de que Oriala hubiese cantado esa noche no era más que otro regalo noble del amor que Lecabel en silencio sentía por ella.

El troll con la careta blanca se sentaba en un escritorio junto a la señorita Upiere. Y con su hermosa voz de barítono comenzaba a cantar.

-Canta de nuevo conmigo, en nuestro muy extraño dueto, Mi poder te atravesará y crecerá fuerte en ti. Y aunque me des la espalda, para brillar… El fantasma de la opera está aquí. Dentro de tu mente.- Su delicada mano acarició uno de los mechones de la bella Oriala.

Así había sido cada noche hasta esa misma, pero Lecabel estaba decidido… Al día siguiente en el camerino de Oriala, la elegante figura del rainbow drinker con brillantes ojos verde menta se deslizo por la puerta y la cerró con llave.

-Oriala… soy el fantasma de la ópera, te quiero mostrar tu ángel… ese del que hablas tanto, al que ameritas tu talento.- Engreído y con la frente en alto pronunció con total claridad.

-No! Me rehusó a ir, dentro de un par de horas es el espectáculo, aparte no puedo confiar en un fantasma.- Replicó con cierto miedo.

-Tan solo ven, prometo no robar demasiado de tu tiempo.- Intentó ser más amable.

-Esta… bien… Pero debo estar aquí al menos 15 minutos antes de la función solo solo porque realmente quiero agradecer al ángel.- Oriala se puso en pie.

Lecabel tomó su brazo se escurrieron por ahí, pasaron por los laberintos que Lecabel al haber construido el teatro conocía a la perfección. Para llegar a la entrada de su propia colmena donde los cadáveres de muchos trolls podían verse descomponiéndose aún. Oriala quiso huir, estaba aterrada con la escena pero Lecabel insistió convenciéndola de entrar en aquella lúgubre morada… Las manos de Lecabel se posaron sobre el clavicordio y una vez más volvió a cantar.

-Canta de nuevo conmigo, en nuestro muy extraño dueto, Mi poder te atravesará y crecerá fuerte en ti. Y aunque me des la espalda, para brillar… El fantasma de la opera está aquí. Dentro de tu mente.- Al detenerse sacó con cuidado la careta, revelándole por fin su cara a la señorita.

-No puede ser… no puede ser el descendiente de Trollcula, eres un criminal, déjame ir! No quiero estar aquí! No importa si lo que dices es verdad o no… no quiero saber más de esto… Rainbow Drinker… te lo suplico… déjame ir.- Dijo a punto de llorar por la impresión que todo esto causaba en ella.

-Si vuelves… si vuelves por tu propia voluntad, puedes marcharte, pero puedo hacer de tu talento algo mejor, tengo muchas habilidades Oriala Upiere, yo hago todo esto por la intensidad de mis rojos sentimientos… Puedo ser un criminal… puedo ser lo que quieras… pero gracias a mi… tu eres lo que eres.- Atrevidamente le abrazo…

-Lo sé y solamente por el agradecimiento que te tengo… volveré Lecabel… lo prometo.- Dijo soltando al fantasma, al ángel.

Y así fue… La señorita Upiere volvió a la morada del joven Ayperos y juntos practicaban en hermosos duetos.

-Todos aquellos que han visto tu rostro, retroceden con mucho temor… Yo soy la máscara que utilizas- Cantó Oriala con aquella hermosa voz de soprano.

-Soy yo a quien oyen.- Replico en tonos más graves Lecabel.

-Mi espíritu y tu voz.- -Tu espíritu y mi voz.- Al unísono.

-En una se combinan.-  Resonaban  aquellos tonos hermosos.

-El fantasma de la opera está aquí en tu mente.- -El fantasma de la opera está aquí en mi mente.- Continuaban juntos.

Una pausa de sus voces no fue  incomoda, rellenada por los bellos sonidos que emitían los dedos del rainbow drinker al presionar cada tecla del clavicordio.

-En todas tus fantasías, tu siempre sabias, que ese hombre con misterio.- Cantó el troll de ojos verde menta.

-Estaban los dos en ti.- Complementó la sangre azul.

-Y en este laberinto, donde la noche es ciega, El fantasma de la opera esta aquí.- Se unieron ambas voces de nuevo estremeciendo sus almas.

-Dentro de tu mente.- -Dentro de mi mente.-

-Canta mi ángel musical!- El último verso del joven.

La canción continuaba con algunos sonidos más.

Después de tantas canciones cantadas juntos… Oriala estaba en una encrucijada a cuál de los dos trolls correspondería? Quién sería su matesprite? El elegante Imperator, Medeis Caetus. O El fascinante Rainbow Drinker Lecabel Ayperos? 

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⏰ Última actualización: Oct 14, 2014 ⏰

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