Un dia como otro cualquiera

7 1 0
                                    

<<Hoy he despertado, el dolor de cabeza de ayer se me fue, últimamente tengo molestias similares muy de seguidas y no entiendo por qué, ayer no salí a la calle, supongo que será por eso asi que hoy he quedado con mis amigos, a ver si así pienso en otra cosa.>>

Acto seguido me levante de la cama y dejé el diario sobre mi escritorio para luego ir al armario a cambiarme de ropa para salir.

Como siempre, tengo costumbre de ponerme camisetas anchas ya que son las más cómodas. Elegí una blanca en concreto con mi apellido escrito en negro: Aroi. Me vestí mis pantalones vaqueros cortos, negros y desgastados y me hice una coleta alta como siempre.

Salí del cuarto y me dirigí a la cocina para picar algo, abrí los armarios y el frigorífico y no había lo que buscaba.

— ¿Donde están mis napolitanas? - Le dije a Hanako.

— ¿No te acuerdas? - Me dijo desde el sofá.

— ¿De que hablas? - Dije temiendo lo peor.

— Creo que volviste a ser sonámbula - En efecto, eso era...

— Hmm - Dije en todo enfadado. - Voy a salir con ellos, volveré tarde.

— pero si son las dos, ¿donde vas a comer?

— Ya he comido...

— ¿Segura?... no te he visto.

— S-Si, anoche me llevé comida al cuarto... - Mientras me dirigí a la entrada a coger mi bandolera.

— Te voy a creer... luego nos vemos, ten cuidado.

— Si, tranquila... - Dije ya saliendo de la casa.

Si, no he comido, últimamente tampoco tengo hambre así que tengo que fingir que he comido para no preocupar a Hanako ni a mis amigos.

Fui bajando las escaleras y al acercarme la portal pude ver la silueta de uno de mis amigos... Abrí la puerta.

— Hola Grey - El es Grey Evans, es el más nuevo del grupo por así decirlo, le conocimos hace casi tres años, viene de Nueva York asi que tuvimos que ayudarle con el idioma, y hoy en dia hay casos en los que aún le seguimos enseñado. Es el típico emo con dinero que puede permitirse de todo. Siempre viste de oscuro y es muy callado, menos con nosotros porque nos tiene confianza.

— Hey Seika - silencio -

— ¿Pasa algo? - ya que se me quedó observando...

— ¿Que ha pasado?

— No entiendo a que te refieres. - Mientras Grey bajó los escalones del portal.

— Has estado desaparecida dos días... ¿estás bien?

— Ah si si, lo siento, solo me encontraba un poco mal - A esto Grey contestó con una muestra de desaprobación. - ¿No me crees?

— Si te creo, vámonos, llegamos tarde - Hizo un gesto con su cabeza para decirme que fuera tras él y eso mismo hice.

Fuimos hasta el centro comercial en total silencio, ahí nos íbamos a reunir con los demás.

En realidad ese silencio era culpa mía que ya apenas hablé un poco... Me sentía sin fuerzas y Grey lo notó al instante, por eso que no se fio de mis palabras porque tampoco quiero preocuparle.

Mientras esperábamos sentados en un banco él decidió romper el silencio porque vio que yo no podía:

— Cuéntame ahora que no están ellos.

— ¿Contar el qué? - trate de evitar el tema.

— No me mientas Seika, se que no quieres preocuparme pero... ya lo estás haciendo, se que algo te ocurre porque se te nota. No eres buena guardando secretos.

— Pues si... no soy buena.

— ¿Entonces me vas a contar lo que te ocurre? - en ese momento pensé que si le contaba los superficial no pasaría nada así que decidí hacerlo.

— ¿Sabes ese momento en el que estás harto de la vida y de todo?

— Si -suspiro-.

— Estoy con constantes dolores de cabeza y no duermo por culpa de unos extraños sueños. Solo es eso.

— ¿No serán recuerdos dormidos? De antes del accidente...

— No, imposible.

— Entonces no te comas la cabeza con eso, no te ayudará.

— Si... mira ahí vienen - la verdad me vinieron a suerte, gracias a ellos pude interrumpir la incómoda conversación, fui hacia ellos y Grey se quedó sentado mirándome como si yo le estuviera tomando el pelo.

— Realmente eres un caso... - dijo para el mismo.

Nos fuimos con los demás adentro y subimos a la planta de arriba para comer algo, fuimos al burguer y había una cola enorme así que me fui con Yumeko a una mesa de al lado mientras los dos esperaban. entonces Yumeko aprovechó para hablar:

— que tal? -medio susurrando para evitar que los otros dos nos oyeran-.

— no susurres, es imposible que nos oigan... creo -dirigí la mirada hacia ellos para confirmar mi hipótesis-.

— por qué no habéis hablado? -me dijo mientras ella miraba a Grey... tsk, ya me huelo sus intenciones...-.

— quienes? - tratando de hacerme la tonta-.

— idiota! quien si no? -me miró esperando una respuesta, pero al ver que yo no dije nada fue ella la que terminó hablando- Grey -suspiro-.

— oh, que raro -sarcasmo-.

— Ha sucedido algo? -dijo preocupada-.

— no, tranquila, solo que estoy agotada, ya está.

- ¿Segura? - le miré seria y volví mi mirada hacia los chicos que estaban viniendo con cuatro granizados. Dai acercó uno hacia mi, supongo que era una invitación pero la rechacé.

dai: ¿No quieres?

yo: No gracias, no tengo hambre. - Todos dirigieron sus miradas hacia mi y me puse algo nerviosa - ¿Que? - Todos se acomodaron y pegaron un sorbo, aún mirándome. Me levanté sin más y cogí mi móvil-.

yumeko: ¿A donde vas?

yo: Al baño. No me tardo. - Fui al baño y dejé a ellos ahí. estaba triste, me apoyé sobre el lavabo y se me cayeron algunas lágrimas. abrí el grifo y me lavé la cara. Me miré al espejo y pude ver como mi expresión era mas notable de lo que pensaba. Quería irme a casa, pero ellos se lo tomarían mal, y en parte... tampoco quería. estuve confusa, no sabía que pensar ni que hacer.


mientras tanto los demás estaban en la mesa hablando sobre qué pudo hacer ocurrido:

Yumeko: Grey, ¿ella ya estaba antes así? - este asintió. - ¿Que le pasará? - dijo preocupada.

Dai: 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 16, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora