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— ¿Por que sigues siendo tan tierno, Jen?— Los dos chicos a la edad de trece años se encontraban en la casa de Jaemin jugando videojuegos como los mejores amigos que eran.

—Nana, dices que soy tierno desde que nos conocimos. —Jeno deja de lado la consola despues de terminar la partida de Marios Bros y haber ganado.

—Ha pasado mucho tiempo Jen, y seguimos siendo mejores amigos. —Jaemin también deja su consola a un lado y salta hacía donde se encuentra Jeno y lo abraza fuertemente. —No sabes lo que me alegra tenerte de mejor amigo Jen, eres muy especial para mí.

—A mi también me alegra tenerte conmigo Nana, eres muy dulce. — Jeno toma las tiernas mejillas de Jaemin, ya era una costumbre desde que se conocieron.

Luego de conocerse cuando eran unos niños pequeños, empezaron a pasar mucho tiempo  juntos apoyándose mutuamente y brindando mucho cariño entre sí. Jaemin podía pasar horas en la casa de Jeno, y Jeno podía pasar horas en la casa de Jaemin, y así fue que juntos construyeron una relación de amistad muy sana.

Aquella vez que regañaron a Jaemin por cometer una travesura muy grave, quien estuvo para él fue Jeno.

Cuando Jeno se hizo una fractura en el brazo y tuvo que pasar un mes de reposo en su casa, Jaemin lo visitaba todas las tardes y hacía dibujitos en su yeso para animarlo, y cabe destacar que los fines de semana pasaba todo el día en su casa jugando y subiendo el ánimo de su amigo.

En fin, una amistad que creció con los años y cada día se hacía más fuerte.

— Jen, deja de verme así.

Sin darse cuenta los dos chicos se perdieron en sus miradas y se quedaron por varios minutos observándose y fundidos en un abrazo, casi como esperando una acción pero que a la vez desconocían. El momento fue incómodo, así que Jaemin decidió romper el contacto visual.

—Y-Yo lo siento, Jaemin. —Jeno se alejo apenado al igual que Jaemin, este último quien portaba un lindo rubor en sus mejillas.

¡Niños vengan a comer!

El llamado del padre de Jaemin desde el primer piso fue lo único que hizo que los chicos olvidaran ese incómodo momento que habían pasado, pero que quizá solo decidieron olvidar porque no sabían como tratarlo ni como enfrentarse a ello.

—¿Bajamos Jen-Jen?— preguntó Jaemin mientras trataba de peinar un poco sus hebras castañas.

—Si, vamos. 

Y así fue que los dos salieron de la habitación sin ningún otro tipo de contacto.

Desde ese momento empezaban a latir ambos corazones frenéticamente.

❝ Latidos − Nomin.❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora