Yo amo las bicicletas. Me encantan, son uno de los inventos más maravillosos que han existido en la historia de la humanidad. O al menos eso fue lo que le dije que pensaba a Alberto Mateo Piedruna, uno de las mentes más maravillosas de la historia de la humanidad y mi amoroso pero distante padre.
Fue increiblemente asombroso ver como un cientifico de su calaña el cual como padre es muy divertido pero en muchas ocasiones siento muy difícil seguir en sus pensamientos, acentia a mi afirmación.
No solo es un gran invento es superantiguo me dijo. La primera bicicleta es un artefacto con dos ruedas y una barra que existió en el antiguo Egipto (1800 AC). Hay registros en la civilización china (1085 AC) de la existencia de un tipo de carreta con una forma similar al de una bicicleta que servía para mover grandes cantidades de materiales militares. Sin embargo, el primer registro oficial es del siglo XVIII en plena revolución francesa, donde se empezó a utilizar un aparato al que llamaron Celerífero.
Y de esta forma mi padre el gran científico, Alberto Mateo Piedruna continuaba y continuaba con más detalles detallados de como la bicicleta había existido en tiempos inimaginables y yo pensaba. Para que tanta palabra, si cuando algo te gusta es solo de disfrutarlo y ya. Que manía tiene esta gente de adornarse la personalidad con tanta palabrería.
... en fin. Concluyo finalmente el excelentísimo Sr. Padre y Dr. Piedruna: ¿Sabes cuál es la ventaja de que sea un aparato que haya existido desde miles de años en el pasado de la humanidad y que además sea tan apreciado?
Poniendo los ojos en blanco ante la pregunta repentina de mi estimado ilustre amigo. Que me quede mudo, bajando de mis enajenaciones y finalmente volviendo a ponerle atención.
Lo siento. ¿Qué es lo que me has preguntado? Le digo.
Ahh muchachito. A dónde va la civilización de este tiempo. Déjame que te explique. Si contamos con un aparato que a lo largo de la historia de la humanidad con ligeras modificaciones siempre existirá y que además es un buen medio de transporte. Eso lo convierte en el aparato perfecto para un salto en el tiempo. Ya sea hacia el futuro o hacia el futuro. ¿no te parece?
Mi padre, científico respetuoso, trabajaba en colaboración con otros científicos. Leticia Salvatierra, bióloga reconocida que trabaja en conjunto con programadores y mecatrónicos con el fin de crear material biónico, que quizá en algún momento en el futuro podría sustituir partes pérdidas o degeneradas en seres humanos. Y por otro lado, el hermano por supuesto el doctor Luis Salvatierra un científico que precisamente trabajaba con maquinaria y programación. Perfecta combinación para dos hermanos. Ellos en conjunto habían planeado una noche entre copas y bromas crear una maquina especial, un artefacto que cumpliera con una función más allá de la de simplemente transportar en espacio y que se extendiera a algo más... algo de lo que todos siempre estamos ansiosos, algo que todos queremos retener y manejar como un objeto precioso, pero ni el más poderoso o millonario del mundo puede controlar... el tiempo.
Sin embargo, como debía ser esa máquina. Debía ser algo que pudiera camuflajearse, si se viajaba al pasado y al mismo tiempo no fuera considerada como una viejera extraña si se viajaba al futuro.
De copa en copa, las ideas fueron volando.
Una burbuja cristalina... sugería Leticia. De esa manera se podrá ocultar en cualquier sitio. Además si la descubrieran no causaría sorpresa pues hay registros de trabajo con vidrio desde el 3500 AC en las culturas Naqada, predinasticas de Egipto.
Y luego como la encuentras tú. Además, como impulsarías la esfera para alcanzar una rapidez mayor a la de la luz? Necesitaríamos tuercas, motores, todo eso no puede construirse transparente.
Bueno y que te parece un auto... Sugería Luis. Esos si tienen motores fuertes.
Mmm seria genial... hacer realidad nuestro sueño de las películas de volver al futuro. Ya estaría yo en primera fila para comprar un Nissan, Delorian y convertirlo en mi juguete favorito del tiempo. Pero el primer auto no va más antes de 1880. Entonces como lo podríamos camuflajear antes de esa fecha. Replicaba Leticia.
Bueno... respondía Luis. Lo podemos disfrazar de carroza e ir unos cuantos siglos atrás.
Una carroza sin caballos y veloz. Jajaja, mira lo que se le ocurre a Luis, Alberto.
Pero Alberto ya no respondía estaba inmerso en sus pensamientos. Una idea había aflorado en su cabeza. De pronto como si una avispa le hubiera clavado su aguijón dio un solo salto y se incorporó sin mediar palabra, corriendo más bien tambaleándose debido al efecto de las copitas hacia la librería personal donde tenía una colección de libros inmensa. La más grande que jamás hubiera existido según sus hijos. Era tan grande que cubría dos pisos de la habitación y había que subir con escalera.
Ahí, revisando acá y allá saco, dos, cinco, luego subió y saco otros tres libros.
Bajo, los abrió ante la mirada curiosa de sus amigos que ya lo conocían y sabían que no debían interrumpirlo cuando tenía una gran idea.
Con gran ansiedad, y como si conociera los libros de memoria, abrió diferentes páginas en los libros y dijo: Eureka!!!
Hay una invención muy vieja y sencilla. Tanto que no se sabe en realidad cuando se creó. En Egipto existían maquinas como estas muy simples. Recientemente se han encontrado en excavaciones de la edad media en Château-Gaillard alrededor de 1188 restos que sugieren la existencia de esta maquina.
Abriendo y volteando todos los libros a su vez, mostró esa maravillosa maquina. Con increible detalle
Se mostraba en un libro las partes obtenidas en una excavacion.
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Bicitempo
Science Fictionun cientifico crea una bicicleta que sirve para viajar a traves del tiempo y el espacio. Se la muestra sus hijos Valeria y Mateo sin embargo lejos de unirlos los separa.