Son las 00 horas y no he dormido nada,
ya no es hoy es ayer
lo que ronda por mi mente,
afuera de mi casa unos grillos cantan
cantan una sinfonía que me inquieta mucho más que el silencio ausente.
No puedo dormir,
los pensamientos y sensaciones olvidadas me gobiernan.
Todos aquellas ideas que decidí hacer a un lado vuelven.
Pienso en Nietzsche,
pienso en aquella vez que decidí morir para volver a nacer,
pienso en Kafka,
pienso en la piel tan equivocada en la que me encuentro.
Pienso en las cárceles, en Arguedas y el sexto.
Pienso en la familia y en el universo.
En agujero negros y en esos ojos que observan.
Pienso en ser juzgada y en lo que representa.
Representa la opresión de quién diferente piensa.
Pienso y pienso y al fin dejó de pensar.
La noche se hace tan larga, es momento de respirar.
Inhala, exhala. Los grillos no se callan.
Inhala, exhala. Unos perros ladran.
Ya es la 1:00, las 2:00 y falta poco para las tres.
Uno, dos, tres. Uno, dos, tres.
Es hora de parar.