Recordar es vivir

Las miradas explican mas que las palabras

Que es la vida?

No es más que experiencias que uno obtiene a través de los días, que forjan nuestra propia existencia, forjan el carácter, las debilidades y nuestras fortalezas. Es aprender de cada situación, es tener la capacidad de decidir el rumbo que queremos tomar, nosotros decidimos qué vida vivir.

Esta es mi historia... De cómo mis decisiones afectaron de tal manera que me aleje de alguien que ni siquiera tuve cerca...

Me llamo Ivonne, y todo comenzó en febrero del 2014 cuando tenia 17 años, tenia complexión delgada, cachetona, piernas grandes, cabello chino y café. Solía ir a la preparatoria tomando el transporte público, pero en el tiempo en que empezó todo, tenía que realizar mi servicio social en un laboratorio clínico de 7 a 11 am y tardaba en llegar alrededor de 30 minutos. Mi padre siempre me acompañaba los primeros 15 minutos de la travesía, ya que él iba a trabajar en una empresa, y tomábamos el mismo transporte, era normal ver a trabajadores de la misma empresa donde trabajaba mi papá tomar el transporte a esas horas.

Siempre que tomaba el transporte al ser un poco temprano, tenía sueño y no estaba al tanto de lo que pasaba alrededor hasta que mi papa se bajaba, pero hubo cierto día de febrero que se nos hizo tarde y tuvimos que tomar otra ruta para después tomar la misma ruta de siempre, de cierto modo iba más rápido, pero me tuve que subir sola por donde trabajaba mi papá. Me subí y todo normal pero me di cuenta que alguien no me quitaba la mirada de encima, al principio no le di importancia, pero después sentí curiosidad por saber quién era, cuando gire para ver quien era, era un muchacho con el uniforme de la empresa donde trabajaba mi papá, él era alto, tez clara, cabello castaño, complexión mucho más delgada que la mía, tenia puestos unos converse negros, y llevaba una mochila tipo skate, el tenia los ojos mas hermosos que yo hubiera visto, eran color camel, y tenía una bonita sonrisa. Al momento en que lo vi, sentí esa chispa de chiveo y emoción de cuando ves a alguien que te gusta, pero con el fue diferente, mi corazón empezó a palpitar rápido y no sabia porque, el solo se volteo al igual que yo, pero no duro mucho cuando volví a sentir que me miraba, pero no quería que él notara que me había chiveado así que ya no voltee con él, unos minutos más adelante el se bajo, pero no volteo a verme así que le reste importancia.

Pasaron algunos días y me lo volví a encontrar, y esta vez fue gracioso, porque en cuanto se abre la puerta lo veo sentado justo enfrente de mi y al intentar subir por poco me caigo y el me agarro enseguida de la mano, y en ese momento nos volteamos a ver a los ojos, y sentí lo mismo que la vez pasada y le sonreí y dije gracias, y el solo me sonrió, pero no era cualquier sonrisa, se notaba demasiado que tenía cara de emoción, ya que me subí y mi padre también, note que no dejaba de verme disimuladamente y yo estaba emocionada y muy nerviosa, y fue así todo el camino hasta que se bajo, pero al momento de bajarse, me volteo a ver y me sonrió tan bonito como despidiéndose, que me sentí contenta de que lo haya hecho.

Pasaron los días y era casi a diario que me lo encontraba y sucedía lo mismo, pero hubo una ocasión en que morí de vergüenza, ya que el se sentó a lado de la ventana y yo en la contra parte, pero ese día note que no me volteaba a ver directamente, entonces como no me volteaba a ver, decidí examinarlo, y explorar su cualidades físicas, su bonito rostro, su bello perfil, su cabello lacio, eso sí, era muy delgado, pero de verdad a mi parecer era muy atractivo, pero comencé a pensar, cuál era la razón por la que esa mañana me ignoraba, debo admitir que me sentí un poco decepcionada, mientras yo pensaba eso, yo lo seguía observando, hasta que voltee a la ventana y me di cuenta que todo el tiempo me estuvo viendo en el reflejo, y nuestras miradas chocaron y sentí vergüenza porque él me vio mirándolo... me soltó una sonrisa burlona y me puse tan nerviosa que solo voltee al piso, intentando que no se notara mi nerviosismo y mi vergüenza, que hasta mi padre se dio cuenta, y me pregunto en voz alta, Que tienes? y me dio mas vergüenza... solo le conteste, NADA y el resto del camino no quise voltear y mirarlo, solo miraba el piso y de vez en cuando al lado contrario a donde él estaba, cuando se bajo me sonrió de la misma manera de siempre y por estar sonriendo mientras bajaba por poco se caía, yo solo sonreí más...