Capítulo 1

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Un pequeño niño de 6 años llegaba a Seúl, Corea desde Busan. Su familia había decidido mudarse luego de que lo diagnósticaron, para que pueda resivir el mejor tratamiento. Eso era muy difícil en Corea, las enfermedades mentales siempre fueron complicadas de abordar sin que ningún suicidio aparezca de por medio, pero aún así, al pequeño lo atendieron muy buenos especialistas que lo acompañaron en todo su desarrollo.
A los 7 años, el niño empezo la primaria. No tenía muchos amigos, más bien, no tenía ninguno. Todos eran muy amables, pero para el joven eran toda una amenaza, por eso llevaba a su primer y único amigo, el adorable shooky , un oso de peluche que le regalaron sus hermanos cuando empezó el colegio. A él le contaba todos sus secretos, creía que él lo ayudaba a combatir todos los males y así fue por mucho tiempo, hasta que shooky termino en la mesita de luz al lado de la cama del preadolescente, el cual ya no jugaba con peluches, si no que se ahogaba en la música y las pastillas. La enfermedad del muchacho nunca empeoró, tampoco mejoro, siguio igual. Pero aún así, nadie pudo evitar que saliera a la realidad, y cuanto más se daba cuenta que horrible era el mundo que lo rodeaba, más música escuchaba, más pastillas se tragaba.
  Sí debo catalogar las etapas de vida de este niño, creo que lo peor fue cuando entro a la secundaria, siempre quiso tener a su primer amigo de carne y hueso, por lo tanto eligió a uno. Un muchacho alto de pelos teñidos, en un principio tenía mechas verdes, luego se lo cambio a rubio, luego a gris, luego a negro, también paso por el rosa, el rojo, y el azul, se dejó el pelo más largo y más corto, y también repitió varias veces algunos colores de tinte, lo más gracioso, es que nuestro protagonista los recordaba todos. Nunca se animó a hablarle, por lo tanto tardo varios meses en descubrir su nombre, no fue hasta que el torpe muchacho se calló en las escaleras, que la profesora por fin dijo en voz alta su nombre...

-"¡Kim Tae hyung!, ¿¡Ahora que hiciste!?

Pobre niño, se quedó estático en ese momento, por fin sabía el nombre de su amigo. Porque claro, aunque nunca hayan hablado, el solitario niño siempre estaba a su lado. Como cuando TaeTae, el apodo que le había puesto, desaprobó su primer examen y encontró un misterioso chocolate en su pupitre luego del recreo, o cuando tuvo a su primer novio, cuando terminó con él, cada vez que se caía o lástimaba, nuestro amistoso y educado señorito estaba ahí, atrás de una columna viendo que estuviera bien y feliz.
Y asi llegamos hasta el día de hoy, nuestro par de amigos están en 4to año de secundaria, ambos están fuertes y saludables. El pequeño niño que llego desde Busan, el solitario compañero de primaria, el dulce preadolescente, el soñador adolcente y ahora mismo el escritor de estas palabras está sentado en una esquina de la cafetería, con sus cómodas prendas, con su pelo negro algo despeinado. Su amigo, al cual nunca le hablo, está sentado a tres mesas de él, con su perfecta sonrisa en labios, su grupo de amigos y su grisáceo pelo sobre sus ojos.
  Detuve mi vista ahí por unos segundos, sus ojos, son muy bellos, son marrones como los míos y brillantes, pero lo que los hace bellos es como mira, parece la mirada más cálida, amable, inocente y torpe que haya notado ¿Siempre miro asi? O acaso es a quién mira, ¿A quien mira?, ¿Ese niño del otro curso? ¿¡Acaso Tae se volvió a enamorar!?

-"Disculpa". Dicen detras mío, luego de una nerviosa tos. -"Soy Min Yoon Gi, soy de otro curso"

Nunca había visto a ese chico, aún así era el segundo nombre de todo el colegio que conocía, Min Yoon Gi...

-"¿Puedo sentarme?".

Tuvo la intención de correr una silla para tomar asiento, tomé mi libreta y me levanté rápidamente antes de que comenzará a faltarme el aire... Pero el tomo mi brazo y me obligó a sentarme nuevamente.

-"Quedate por favor, hablemos"

Mi mano comenzó a temblar, sudor frío por todo mi cuerpo, no respiraba, mi corazón latía demaciado rápido, empeze a tambalearme en mi silla, conté hasta 10, hasta 20, hasta 30, no servía, sabía que no iba a morir, pero les prometo que estoy al borde del limbo ahora mismo. Mejor que el colegio llame una ambulancia, mejor a mis papás, mejor que alguien me traiga mi mochila, mi shooky, mi libreta, su mano... Su mano estirada hacia la mía, nunca nadie que no sea de mi familia estuvo tan cerca, me ofrecía una pastilla, la conocía "Clonazepam" ¿Quién era este chico?

-"Tómala, te hara bien" y la dejo sobre la mesa.

Automáticamente trague la pastilla, luego de unos 10 minutos en los que el chico no se movió de mi lado mientras anotaba en una libreta, como la mía, me calme lo suficiente como para que el intruso con medicación se sintiera seguro de volver a intentar un acercamiento.

-"Perdón si te asusté, dime tú nombre"

Lo miré, raíces negras oscuras, pero el pelo estaba descolorido a un rubio Barbie, ojos profundos, nariz delicada, labios finos, piel pálida, llevaba pantalones negros, una remera de una banda y una chaqueta de cuero algo grande. La primera persona con la cual hablo y la segunda de la cual conozco su nombre... Pero aún yo no hable.

-"Me llamo  Park Ji min". Sentía que iba a desmayarme, creo que es la primera vez que digo eso.

-"Hola Jimin, no te preocupes, soy inocente".

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