~ᴄóᴍσ ᴛєʀᴍíɴαʀá єsᴛα ʜísᴛσʀíα~ |《 ᴘαᴜʟσ ʟσɴᴅʀα 》

Trabajo al fin

Después de recomponerme tras la discucion que tuve con mi madre me dirigí a paso rapido intentando no recordar las duras palabras que me dijo y asi llegué al local a los poco minutos de retomar mi camino al local, el cual tenia una fachada pintoresca y agradable a la vista en su interior era igual pero no poseia gran decoracion me dirijo hacia la chica que se encuentra en la barra limpiandola y la saludo de forma cordial.

—Buenos dias— entonando una leve sonrisa, la chica con una apariencia bastante joven me contesta tambien con un buenos días— vengo por el puesto de camarera— dije de forma un poco tímida.

—Dale, estará acá un minuto que voy a buscar al dueño— me contesto de forma animada y agradable esbozando una hermosa sonrisa que me deslumbró, para después marcharse, era una chica bastante bonita que seguro tendría pareja o por lo menos alguien que estuviera dispuesto a estar con ella toda la vida.

La verdad que siempre he relacionado la belleza con la felicidad, esta relación la aplico en mi aspecto y vida; aunque siempre me recuerdo que no he sufrido nada para quejarme y no conformarme con lo que la vida me da; aunque no conformarme me ha hecho estar acá en uno de los muchos países que deseo visitar.

Él que supongo es el dueño sale de la puerta en la que posterior mente había entrado la señorita, era un señor alto y algo musculado que traía un bigote estilo hipster, me sorprendió su aspecto ya que pensaba que iba a ser alguien un poco más senil. El señor me visualizo de arriba a abajo, cosa que me incomodó un poco— Mucho gusto, mi nombre es Luisa Martínez, tengo 18 años, poseo experiencia en el trabajo y me encantaría trabajar para usted— le dije de forma rápido agarrando su mano, que se encontraba previa mente extendida, para después darle un apretón firme pero suave como me enseño mi papá.

— ¡¡Hahahaha!!— me sorprendió su rítmica y agradable risa— Tranquilizate un poco que todavía no ha comenza la entrevista— me dijo con una sonrisa que me agradó— ¿Tan joven y ya laburando? ¿De dónde sos?— me preguntó curioso por mi situación mientras se dirigía a la habitación de la que salió.

— Toca salir adelante — contesté con un poco más de confianza— soy colombiana y llegue hace muy poco a Argentina y mi intención es trabajar de cualquier cosa, la verdad es que no tengo muchas expectativas— le contaba mientras lo seguía.

— Estás re joven para estar probando suerte en un país que no conoces— comentó mientras hacía una seña de que me sentara en la silla frente a su escritorio— pero contame, ¿Tenes experiencia?.— pregunto con mucha curiosidad.

— Si tengo experiencia, mi madre y mi padre tienen un restaurante tradicional en colombia y yo ayudaba como camarera los fines de semana, los ayudaba desde los 14— le conté con un poco de nostalgia.

— Bueno... te contrataré, fuiste la primera que ha venido a la entrevista apenas lo anuncie hoy; lo malo es que el puesto es temporal, solo será por uno o dos meses— me comentó a la espera de una respuesta.

— La verdad es que me viene a la perfección, me gustaría saber el horario de finde, es que el domingo tengo un evento— abrir la boca intentando calmar mi emoción por conseguir el trabajo, lo del evento era verdad no quería que supiera muchos de mis intereses así que decidí dejarlo como un simple evento.

— Dale... espera reviso el horario— expusó mientras leía una serie de hojas que en su mayoría eran números y nombres— te tocará el turno de día 7:30 a 16:00 de lunes a sábado y cobrarás 20 mil pesos— reveló mi horario y la verdad que me pareció bastante elevado el sueldo, aunque todavía no me había hecho muy bien con la moneda de aquí, pero podía adivinar cuánto seria en pesos colombianos y eso lo ganaba yo en en 2 o 3 meses— pues empezas hoy y tienes que utilizar una camisa negra y un jean, pero eso lo puedes traer mañana— la elección de el vestuario no me molesto, aunque la camisa negra no contraste mucho con mi piel.

— Pues... muchas gracias por darme el trabajo intentare ser una trabajadora al nivel de su local señor...— revelé con una sonrisa mientras me extendía su mano a la espera de que me dijera su  nombre.

— Llamame Matías a secas— expresó mientras me daba un apretón de manos.

— Matías entonces— le sonreí perdiendome lentamente es su mirada, este hombre me daba la misma sensación que la chica de la barra, era guapo y seguramente está casado o con pareja estable; deje de perderme en su mirada para después salir de su oficina.

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He tardado diez mil años en actualizar pero es que no tenía nada de inspiración, pero trataré de actualizar todos los domingos a las 7 pm Hora Epañola, como recompensa por tantos semanas de espera puede que incorpore a más personajes de la FMS argentina y haga una maratón  de 3 capítulos. Comentarme que debería mejorar en la historia y que os parece.