Prompt: (Intento de) Mucho fluff en la trama hasta que duela.
Sinopsis: Un par de niños ponen manos a la obra para darles un delicioso regalo a sus padres en un día muy especial.
Nota 1: Puede leerse como continuación del día anterior.
Nota 2: El título de este oneshot es un verso de la canción de mis put... Eh... Digo... de una canción del grupo de J-Pop, Kanjani∞, “tte!!!!!!!”, que es la canción #120 ubicada en la página 5 del sitio cuyo link está a continuación (y no, en YouTube no está porque la agencia borra todo -_-;).
https://musiclib.org/artist/%E9%96%A2%E3%82%B8%E3%83%A3%E3%83%8B%E2%88%9E
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—¡Dum-E! ¡Así no! —una voz infantil retumbó en la cocina acompañada del sonido de cucharas y tenedores siendo utilizados. Un niño la miraba, sentado no muy lejos suyo, aburrido. Él quería ayudarla, pero reconocía que era algo torpe. Volteó una de de sus manos y acarició la pequeña cicatriz que tenía en medio de la palma, sonriendo al sentir una extraña sensación al hacerlo, una sensación de alegría. Claro que al hacer memoria hasta aquel día en que obtuvo esa marca por haber tocado algo que no debía, hizo que su rostro se arrugara hasta el borde del llanto. Pero, no. Si lloraba, llamaría la atención de aquella niña que, con total diligencia y ayudada de las instrucciones de un video que se reproducía a través de una pantalla holográfica, intentaba incursionar en el mundo de la cocina. Un par de manos robóticas hacían el trabajo pesado, claro. Sonarían alarmas por todo el lugar si él o ella se acercaran a artefactos o lugares peligrosos. De repente, la niña se volteó, enseñándole un delantal que en una vida anterior había sido de color rosa con corazones blancos, pero que ahora estaba lleno de harina, chocolate, mermelada, y demás cosas que en medio del enchastre no lograba identificar. Ella se acercó a sus espaldas y corrió la silla donde él estaba sentado de forma estrepitosa a la mesa donde ella estaba trabajando—. ¡U! —exclamó señalando una mano robótica a su derecha—. Dale un recipiente.
El robot le entregó un recipiente de plástico al niño. La pequeña le extendió una cuchara del mismo material.
—¿Quieres que te ayude? —le preguntó con el ceño fruncido.
—No voy a llegar a hacer todo si lo hago sola —reconoció la niña, tratando de quitarse el cabello que le cubría el rostro—. Así que, sí, puedes ayudarme.
El rostro del pequeño pareció iluminarse y llenarse de alegría. Su llegada a ese hogar había sido especial. Así se lo habían informado sus padres. Pero esa niña que al lado suyo revolvía el contenido de un recipiente circular, parecía saber algo más. Nunca le había demostrado que lo odiara, pero pocas veces accedía a jugar con él. Él era como un extraño, y no quería que ella le fuera distante. Algo en lo profundo de su alma lo impulsaba a protegerla, aún cuando ella le doblara la edad. Esa era una de las razones por las que él siempre terminaba con algún raspón o herida. Aún cuando se caracterizara por su torpeza, también lo hacía por su vehemencia, así que no le importaba salir herido si era por proteger a esa niña.
—¿Así está bien? —le preguntó, esperando su visto bueno para empezar a mezclar los ingredientes dentro de su recipiente.
—Mhh… Sí, así está bien —respondió ella, husmeando el contenido del recipiente del niño—. Cuando esté todo mezclado, pídele a U esos moldes de allá y tira el contenido dentro de cada uno. Luego los acomodas sobre esta placa como están esos que se están enfriando allá arriba, ¿de acuerdo?
—Está bien.
—Y por nada del mundo te acerques al horno o a la placa. Van a saltar todas las alarmas si lo haces, y todavía falta el café. Dum-E, ¿y eso cómo está?
La mano robótica se cerró y se abrió, moviéndose de un lado a otro, como un girasol, generando la melodiosa risa del niño.Faltaban exactamente dos minutos para que sonara la alarma. Lo habían logrado.
Ambos niños llegaron a la habitación acompañados de Dum-E y U que cargaban las bandejas mientras cada uno de los pequeños agitaba una bolsita en su mano. Cruzaron la puerta de entrada y se acomodaron estratégicamente a ambos lados de la enorme cama que estaba en medio. Le hizo una seña al niño ubicado al lado contrario y gritaron al unísono.
—¡Feliz aniversario!
Los adultos dormidos en la cama se despertaron alertados por los gritos. Al hacerlo, las cortinas de las ventanas se corrieron y fueron salpicados por una lluvia de papel picado. Cuando volvieron en sí, sus alarmas internas se apagaron y se centraron en las risas de esos niños. Al levantar la vista vieron a Dum-E y U con una bandeja de desayuno cada uno y con unos bonetes festivos encima de ellos.
—Casi me infarto —Peter volvió a acostarse mirando el techo mientras se llevaba una mano al pecho. Ladeó su cabeza y le sonrió a la niña que ya había vaciado el contenido de su pequeña bolsa.
—¿Qué me queda a mí entonces? —le preguntó Tony agarrando al pequeño para subirlo a la cama y recibiendo del resto del papel picado justo en medio de la cara—. A ver, ¿qué significa esto?
—Les hicimos un desayuno de aniversario —respondió la niña, sentada sobre la cama, quitándose las pantuflas de Iron Man.
—¿Es nuestro aniversario? —preguntó Peter.
—Es nuestro aniversario —respondió Tony—. ¿Acaso lo olvidaste? Ese anillo que tienes ahí tiene la fecha de nuestro casamiento, ¿sabes?
—Lo siento, pero no suelo andar quitándome el anillo para saber la fecha en que nos casamos —dijo el castaño—. Quince de julio.
—¿Qué?
—Fue un quince de julio. ¿Ahora tú lo olvidaste?
—¡Vamos a desayunar! —exclamó el niño, siendo sus palabras una especie de directriz para Dum-E y U se acercaran a la cama. Tony le entregó una bandeja a Peter y él se quedó con la otra. El niño sentado sobre sus piernas lo miraba con sus enormes ojos, esperando que por primera vez, algo hecho por sus manos, estuviera bien.
—¿Ustedes hicieron todo esto? —preguntó Peter mirando a ambos niños, un poco preocupado porque hubieran resultado heridos en el proceso.
—Ellos nos ayudaron —dijo la niña, jugando con su cabello, en referencia a las manos robóticas al lado de la cama.
Peter y Tony se miraron y sonrieron.
—No nos queda otra más que probar estas delicias, ¿no? —Tony miró a su esposo, esperando una negativa de su parte. No es que no se viera bien, es que no tenía demasiada fe en las habilidades culinarias de sus hijos. Sin embargo, Peter respondió agarrando una de las galletas de su bandeja, una que parecía ser de vainilla y chocolate, regada por chispas de colores vibrantes. Le dio una mordida… Y la expresión que hizo ocasionó que la sonrisa de Tony se ensanchara—. Riquísimo, ¿no?
Peter digirió la galleta y le dio un sorbo al café preparado por sus asistentes robóticos.
—Está delicioso. ¿Por qué no pruebas el tuyo? —lo desafió el menor, eligiendo de entre las galletas que estaban sobre la bandeja de Tony para darle a probar una de ellas—. Ten, come este —le dijo, entregándole un cuadrado parecido a un pedazo de bizcochuelo que se desarmaba entre los dedos. Tony lo observó desintegrándose poco a poco, investigándolo al derecho y al revés antes de tomar valor y metérselo en la boca. Era un bocado que con el café, pasó fácil, pero eso no evitó que sintiera una indescifrable mezcla de ingredientes.
—Ben, Morgan, ¿qué tenía eso que comí? —les preguntó a los niños.
—Ben lo hizo.
—Tiene jalea, y chocolate, y chispitas, y… ¡ciruelas! ¡Porque papá dijo que tenemos que comer cosas saludables! Y también banana, y más chocolate, porque a ti te gustan mucho el chocolate, ¿no, papi?
Si tenía que responderle en forma sincera… era horrible. Tony no quería tener que comer otra cosa de esa bandeja ni bajo tortura. Pero esos ojos enormes, ese cabello enrulado todo alborotado sobre su cabeza… ¿Cómo podía negarse a él? Volvió a agarrar uno, y luego otro.
—Está delicioso, cariño —le respondió, revolviendo sus rizos.
—¿Y tú, papi? —le preguntó Morgan a Peter—. ¿Está rico?
—Lo está, claro que lo está —respondió el aludido, acariciando una de las mejillas de la niña con ternura.
—Papi —dijo Morgan, mirando a Tony.
—¿Qué pasa, cariño?
—Nunca nos dijiste cómo se conocieron —agregó, acostándose sobre las piernas estiradas de Peter.
Los aludidos se miraron.
—Es una larga historia —suspiró Tony.
—¿Tienes algo mejor que hacer el día de hoy? —le preguntó Peter, bebiendo su café. Tony le sonrió. No importaba el tiempo que pasara desde la primera vez que lo vio. No en un video por internet, sino cuando fue a buscarlo a su casa, y en medio de tartamudeos caía en cuenta que Tony Stark estaba en su living, conversando con May—. Como CEO de Stark Industries, el día de hoy lo tienes libre —agregó.
—Todo comenzó… ¿Recuerdan a su tío Steve?
—¡Sí! —respondieron al unísono los niños.
—Hubo un momento en que nos peleamos-
—¿Y quién ganó, papi? —le preguntó Ben.
—Yo, por supuesto.
Peter revoleó los ojos y negó con la cabeza.
—Tony, Tony, Tony… Yo lo hago.
—¿Qué? Él quería saber.
—Su papi no estaba bien cuando nos conocimos.
—¿No estaba bien? Estaba perfectamente bien —murmuraba Tony con su taza sobre sus labios.
—Conocernos —Peter sostuvo la mano de Tony, él lo miró—… fue lo mejor que nos pudo haber sucedido.
—¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! —exclamó Morgan, aplaudiendo, siendo acompañada luego por Ben.
Moviendo la cabeza de un lado al otro al principio, los aludidos se negaron, pero un par más de solicitudes, sellaron su amor con un dulce beso que los niños celebraron vitoreando.
—Pero, aunque papá y yo nos amemos mucho, mucho, mucho. Ustedes —Peter tardó en encontrar lo que quería expresar. ¿De qué forma le diría a un par de niños lo que significaban en su vida y en la de Tony?—… Ustedes son mi todo. Ustedes son nuestro todo.
Con cuidado para que las bandejas no terminaran en el suelo, los niños se acercaron a sus padres y los abrazaron, comprendiendo y correspondiendo a ese amor que no podía describirse con palabras, y que les entregaban con cada amanecer.
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Starker Week 2019
FanfictionFics basados en los prompts traídos por el Tumblr: Starker Week y traducidos por la página: Starker Paradise. - Día 1: Reunión. - Día 2: Universo alterno sin poderes. - Día 3: Dorado, rojo y azul. - Día 4: Mucho fluff en la trama hasta que duela. ...