♡ Único ♡

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Ella adoraba tener siempre la atención de todos y la verdad es que todos adoraban prestarle atención a esa chica de cabello corto y sedoso, de piel blanquecina como la nieve, con ojos profundos y gatunos que te hacían flaquear y labios preciosos, ella era una chica pequeña pero no débil, siempre con esa cara de váyanse a la mierda todos, obteniendo siempre lo que quería. Esa descripción la hacia parecer perfecta, sin embargo, ella tenía un defecto y es que esa chica no era ''ella'', era ÉL. Era Min Yoongi, quien gustaba de ponerse faldas y brillo labial.

Él a sus 14 años descubrió que ese tipo de vestimenta le quedaba bien y a sus 16 años mandó a la mierda todo; literalmente le dijo a sus padres que prefería las pollas antes que un buen par de tetas. Yoongi tenía la suerte de tener amigos que no juzgaban su forma de ser y la gente que lo hacía, bueno, no era gente interesante como para prestarles atención.

- Yoongi joder, nos perdimos la primera clase - Jin, uno de sus mejores amigos realmente estaba enojándolo. No era su culpa, el realmente quería verse mejor que nadie en su primer día de clases en la universidad y se demoró lo necesario para arreglarse.

- Ya cállate Jin, es el primer día, no es como si vayamos a reprobar el año por faltar a una clase, donde te apuesto que solo se la pasaron presentándose.

Su pequeño cuerpo realmente la hacía lucir como una chica, llevaba una falda corta que hacia relucir sus delgadas pero bonitas piernas, su porte y aura arrogante hacían que los demás a su alrededor se fijaran en él. Y eso le gustaba. Su rostro tenía una sonrisa que solo significaba que estaba disfrutando toda la atención y su amigo quien lo observaba solo rodaba los ojos porque la actitud de Min siempre era así.

Cuando por fin entraron al salón donde se supone empezaría su tortura, las miradas cayeron sobre ellos, pero los ignoró completamente. Se sentó hasta el frente y su amigo a un lado. Mientras llegaba su maestro, se mantuvieron ocupados platicando de cosas triviales, hasta que un par de chicos demasiados guapos para sus bien se acercaron. Jimin y Taehyung eran sus nombres, Jimin y Jin platicaban e intercambiaron números. Yoongi fingía escuchar a Taehyung; y si, fingía porque el chico lo aburrió a los 5 minutos, era demasiado infantil.

- Entonces decidí ponerle Yeontan porque no se me ocurría otro nomb... - blah, blah, blah, ¿a quien le importaba su perro? ni siquiera lo conozco, pensaba Yoongi mientras el otro chico hablaba sin parar.

- Buen día jóvenes, por favor paren ya de hablar, después tendrán tiempo de seguir haciendo amigos - gracias al cielo el maestro llegó en ese momento porque juraba que ya estaba a punto de gritarle al chico que cerrara la boca de una vez por todas. Yoongi volteó hacia al frente para poder prestar atención, pero infiernos que no podría concentrarse en esa jodida clase nunca, pues cuando vio a su maestro se le hizo agua la boca de tanta perfección que observaba.

Su perfecto profesor era lo más caliente que alguna vez pudo haber visto, portaba un pantalón negro que le marcaban perfectamente bien las piernas y reprimió un gemido cuando se fijó en la entrepierna de su querido profesor - estaba bien dotado - su camisa tenía los dos primeros botones sueltos y podía ver su fornido pecho, quería dejar marcas allí, sus manos eran tan grandes que se imaginó siendo azotado con ellas, su rostro era de un hombre ya maduro, nariz perfilada, labios algo gruesos pero para nada toscos, su piel algo canela, cabello negro, lo deseaba y no iba a descansar hasta ser follado por Jung Hoseok, su maestro y ahora dueño de todas sus fantasías.

Una bola de papel lo sacó de sus pensamientos, tomo el papel y lo leyó, era Taehyung diciéndole ''Pásame tu número telefónico para que quedemos un día, preciosa'', que horror, ¿no podía pedírselo antes cuando estaba hablando de su mascota?, tomo una pluma y escribió:

Desidĭum [O.S HopeGa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora