Capitana Marvel

Capítulo 1:El fin del mundo está más cerca de lo que creía.

Despierto muy temprano, podría jurar que la luna se ha borrado del cielo...

Cojo el móvil que se encuentra sobre la mesita de noche, tengo al menos una docena de mensajes de Jessica Drew, mi agente secreta favorita, quien ahora cuida a un niñato, bastante inútil cuando se trata de prever catástrofes.

Jessica: Cariño, las cosas se han vuelto bastante misteriosas por aquí. 11:45 P.M.

Jessica: Estamos en medio de una alcantarilla, todo es asqueroso. 11:50 P.M.

Jessica: Hay un tipo viviendo en estas alcantarillas. 11:48 P.M.

Al parecer las alcantarillas de esta ciudad no cuentan con red móvil, me ha enviado estos tres mensajes, muchas veces. Enciendo la tv, me dirijo al baño para cepillarme los dientes, la reportera habla sobre el duende verde regresando desde el mismísimo infierno y un Spiderman que una vez más ha salvado el día acompañado de Jessica Drew, la nueva chica ejemplar de la nación.

El duende verde volvió.

Jessica Drew es una buena chica.

Y el infierno se congelo... Probablemente el fin del mundo esté más cerca de lo que creía.

Acaricio a Goose, no es un gatito muy sociable aunque va y viene siempre que quiere, en mi ausencia organiza fiestas clandestinas con otros gatos, donde hay apuestas y venta de hierba gatuna al mayoreo.

Me doy una ducha, me distraigo al ver que Rhodey ha dejado su reloj junto a mi cepillo de dientes, esto será un muy buen pretexto para verle luego.

...

Leo su nombre en la ventana de cristal. Nada ha cambiado por aquí, hay una foto mía en uno de los muros, puedo ver a Tom tomando la foto con su primera cámara instantánea, en una de las oficinas, arreglada de forma improvisada para ser un pequeño estudio de fotos, bajo la vista hasta una pequeña placa que dice "Fundadora de la revista Girls" sigo las letras con las puntas de mis dedos. Han pasado al menos dos décadas desde entonces, daría mi alma por tener de nuevo a mi equipo de trabajo, eran lo máximo.

―Demonios, Danvers. Veo que ese tiempo en el ejército te fundió las neuronas, no comprendes el término "Despedida"― Hace las comillas con sus dedos, por un momento pienso que sus ojos saldrán disparados de las cuencas.

Se ha quedado calvo o ha dejado de usar ese horrendo peluquín que parecía un animal mutilado, al ver su bigote no puedo evitar pensar en la cola de una ardilla o en que tal vez si lo recortara un poco seria idéntico a Hittler.

―No, soy parte de la junta fundadora. Aunque toda tu vida dependiera de ello, no puedes despedirme, soy parte del espíritu de este lugar.

Me cruzo de brazos, Jessica me patearía el trasero al ver mis uñas, necesito una manicura acompañada de una piña colada.

― ¿Qué ocurrió con todo eso de salvar al mundo? ¿Te despidieron? Danvers, puedes encargarte de tu fallecida revista... hay recortes en el presupuesto, ahora todos leen sus noticias en Twitter, Instagram y Facebook.

― He visto lo que han hecho en mi ausencia, un verdadero desastre. ¿Trucos de maquillaje? ¿Quién eres Yuya?― No tiene idea de lo que le hablo, me cruzo de brazos y me siento en su escritorio.

Por un momento he olvidado todo lo que Jonah ignora, o sea todo lo que una chica quiere, cierta vez llevo a su esposa a una carrera de caballos para celebrar su aniversario número 30, cuando ella solo quería un picnic en una noche estrellada.

―Continuare con mi trabajo en la dirección de la revista, y tu podrás continuar haciendo lo único que sabes hacer... Ensuciar el buen nombre de Spiderman, Ironman y Hulk. Necesito un par de redactores, pon un anuncio en ese periódico de poca monta que manejas.

Cierro la puerta de golpe, escucho a Jonah hablando de lo costoso que sería remplazar esta puerta. En todo este tiempo no ha cambiado, sigue siendo el mismo viejo cascarrabias demasiado tacaño como para comprar una puerta nueva. Bajo las escaleras, algo se cruza en mi camino, hay una lluvia de papeles.

Por un momento creo haber chocado con una fotocopiadora descompuesta.

―Lo siento.

El chico es delgado, no ha ido a la playa recientemente, tal vez tenga deficiencia de vitamina D. Le a poner en orden todo su papeleo, no quiero ver una secretaria enfadada, porque el flacucho no entrego su papeleo anoche.

Veo un par de anteojos remendados con algo de cinta negra en el suelo, junto a una planilla con muchos sellos húmedos. Los tomo con la punta de los dedos, este chico está ciego como un topo.

—Soy Carol, es un placer conocerte― Le paso los anteojos.

―Gill, soy el secretario de Jonah por el momento. Antes era becario.

Gill tiene unos ojos muy bonitos, hay toda una galaxia en su pupila, volver aquí será bastante entretenido después de todo. Trabajar para J. Jonah Jamesson es como una muy corta visita al infierno.

Quien diría que viviría lo suficiente como para ver remake del filme "El diario viste de Prada" con chicos, la única diferencia es que el sentido de la moda de Jonah es inexistente, ha usado los mismos trajes acartonados por al menos dos décadas.

...

Al salir del edificio me encuentro con algunas llamadas perdidas de Jessica, le marco de vuelta, espero a que me conteste.

―Chica, estoy en tu departamento. Alguien ha puesto este lugar patas arriba, ¿Tienes problemas con una plaga de maleantes? Goose está gigante, me encanta este gatito.

Genial... Era lo único que me faltaba, sin darme cuenta le cuelgo a Jessica. Mis pies se despegan del suelo, sin darme cuenta he comenzado a volar, avanzo por algunas calles, veo un auto muy familiar estacionado junto a mi edificio, lo reconocería en cualquier lugar, tiene suficientes multas como para hacer una novela de George R. R. Martin.

Entro por la ventana, Jessica suelta un fuerte grito y me golpea usando un florero, todo se vuelve oscuro, por un muy corto instante creo ver un cielo estrellado a mí alrededor, él se aleja, intento alcanzarlo, no lo consigo porque todo se vuelve oscuro y caigo.