dáltonica- adaptación camren♡

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Para todos aquellos que siguen leyendo esto: gracias jajajaj. Ha pasado tanto que no me acuerdo de algunos nombres alv, disculpen alguna incoherencia.

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Todo había comenzado cuando ella cumplió quince años de edad, estaba en su habitación viendo algunos vídeos en el ordenador mientras hablaba con su mejor amiga, era una buena noche, pues sus padres no estaban en casa y su hermano estaba con su novia en quién sabe qué parte de la ciudad mientras ella estaba en su cama escuchando a sus bandas favoritas junto a su nueva mejor y única amiga. Podía recordarla a la perfección.

Todo estaba tan bien, hasta que ella decidió hablar.

"Lauren, ¿puedo preguntarte algo?" susurró Normani desde el suelo con su mirada fija en el techo.

"Habla."

"Alguna vez... ¿has tenido dudas sobre tu orientación sexual?" inquirió la mayor soltando un sonoro suspiro. La pelinegra sintió sus mejillas arder ante aquella pregunta.

"Mmh, no lo sé... me da curiosidad besar a alguien de mi mismo sexo." admitió sin alguna pena, a lo que Normani sonrió.

"¡¿En serio?!" se levantó del suelo para mirarle con un brillo en sus ojos.

"Sí, ¿cuál es la emoción?" rió al ver el rostro sonriente de su mejor amiga.

"¿Puedo besarte?"

Lauren le miró impresionada al escuchar aquella pregunta salir de la boca de su mejor amiga, jamás había deseado darle un beso a una persona y ahora que su amiga lo pedía, su corazón le pedía que unieran sus labios pero estaba mal, ¿no? Su papá desde que tenía cinco años le había explicado que el hombre y la mujer nacieron para estar juntos, no mujer con mujer. Él le había dicho mil veces que no estaba bien ver a dos chicas besarse, ni siquiera tomarse de la mano.

Su papá le había dicho que era un acto repugnante que una mujer besara a otra.

Pero aún así, Lauren acepto creyendo que su padre no se enteraría de aquel beso.

"Bésame." aceptó, con una gran sonrisa en sus labios.

Normani se levantó del suelo emocionada, subiendo a la cama y tomando el ordenador para colocarlo en un lugar algo lejano. Y besó a Lauren.

Ése fue su primer beso, y la primera vez que decepcionó a su padre pues este llegó a su habitación, encontrándolas en una escena no tan agradable para él. Amablemente esa noche el señor Jauregui le pidió a Normani que se fuera a su casa, y esa noche, fue la primera vez que golpeó a su hija por ser una desagradable, por tener curiosidad sobre las mujeres a sus quince.

Por ser una deshonra para él.

Lauren faltó tres días a la escuela después de aquel día.

Y a pesar de aquellos golpes, cuando regresó a clases, ella tuvo un contacto más cercano con Normani, no eran sólo amigas después de esa noche, sino algo más, la ojiazul comenzó a salir a escondidas con su mejor amiga al darse cuenta que lo que sentía por su amiga era más que una simple amistad, fue cuando entendió todas aquellas palabras que su padre decía sobre el noviazgo homosexual era mentira, que no porque besara a una mujer entonces iba a ser un chico, que no por amar a alguien de su mismo sexo sería el ser más despreciable o repugnante de toda la tierra.

Pero Lauren no era tan valiente como pensaba, porque el miedo de ser odiada por su padre le invadió el cuerpo a las semanas de compartir besitos con Normani.

Y allí fue cuando su mente creó el plan "perfecto" -según ella- para hacerle creer a su padre que no le interesaba Normani.

Lauren sacudió su cabeza, alejando aquellos recuerdos no tan felices de su adolescencia. Se sentía mal, aún cuando ya habían pasado cuatro años de haber hecho tanto daño, su corazón aún no le permitía avanzar sin recordar todo lo que hizo. Había sido una mala persona por jugar con la primera chica que la amó, con su padre y sobretodo con Ally, quien también fue parte de su pasado no tan armonioso.

Salió de sus pensamientos al sentir como la pierna de su compañera rozaba la suya. Suspiró, algo rendida mirando de reojo a la persona que se encontraba a un lado de él haciendo apuntes de su clase de química.

"Lo siento..." dijo Camila.

"¿Por qué lo sientes?" murmuró Lauren seria fijando su atención a la gran pizarra.

"Por tocarte, no fue mi intención." susurró la latina con un ligero sonrojo en sus mejillas.

"Ah, son cosas que suceden." respondió la ojiazul con la intención de terminar la incómoda y rara conversación en ese momento.

Aún mantenía su plan de alejarse de Camila y lo cumpliría.

Lauren realmente quería cambiar por aquella dulce chica de ojos cafés. Quería ser mejor persona, tanto para ella como para sus amigos y las personas que le rodeaban, pero si se mantenía cerca de la menor, aún sintiéndose arrepentida, sabía que no lograría cambiar.

"Lauren..." susurró Camila corriendo sus libros en cuanto sonó la campana de salida.

"¿Hmmm?" le miró fijamente, haciendo que la menor apartara la mirada al instante.

"Tus ojos, hoy no tienen aquel verde tan brillante que me gusta..." dijo pegando sus libros a su pecho con fuerza, sintiendo su mirada cristalizarse. "Pero aún me gusta su color."

"Oh, gracias."

"Lauren..." repitió nuevamente su nombre, haciendo que la mencionada frunciera el ceño.

"¿Qué sucede, Cabello?" preguntó bajando la mirada hacia sus manos entrelazadas encima de su escritorio.

"También me sigues gustando tú, aunque tú te quieras alejar de mí." habló antes de darse la vuelta y salir del aula junto a sus demás compañeros.

"Estúpida daltónica..." susurró Lauren sintiendo sus mejillas ruborizarse y su corazón acelerado.

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Ola, jej ha pasado mucho tiempo, pero en fin... ojalá les guste y disculpen cualquier error.

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