El Viaje Inesperado

Capítulo 7: Planes incompletos

Jiang Cheng sintió que alguien le movía con insistencia, se sentía cansado y con sueño, por lo que solo gruñó y le dio la espalda a quien fuera que le estuviera tratando de despertar. Por un momento pensó que era Wei WuXian, solo él podría ser tan persistente y molesto.

–Wei WuXian, detente de una vez – gruñó sujetando su almohada con fuerza – quiero dormir.

Pero Wei WuXian seguían insistiendo, y esta vez con mayor ahínco, hasta que harto abre los ojos y se incorpora con energía.

– ¡Ya para de una vez, grandísimo idio----!

Su oración murió en sus labios al sentir un dolor de cabeza punzante y fuerte que le mareo. Unos brazos firmes impidieron que cayera de vuelta a la cama donde estaba.

–Tranquilo – con paciencia la voz que definitivamente no era de Wei WuXian le dijo – Despacio abre los ojos. – siguió las instrucciones abriendo lentamente sus ojos, viendo todo borroso.

Sintió una repentina nausea y la necesidad de volver a cerrar los ojos, mas, se detuvo de hacerlo. Se sentía confundido y perdido, quería saber que era ese mal sentimiento que tenía en su pecho. Pasó su lengua por sus labios sintiendo su boca terriblemente seca.

–Bebe, es un poco de agua.– la persona que aún no reconocía, pero cuya voz se le hacía conocida, le ofreció lo que parecía ser un pocillo con agua fresca, que el recibió gustoso, bebiendo tan rápido que llegó a atragantarse. Su desconocido compañero con suma paciencia le palmeo la espalda para aliviar su tos.

Poco a poco fue recobrando la compostura mirando a quien fuera que lo despertó. Posó la vista sorprendido sobre Asuf, decepcionado de que su presencia no fuera la del otro alfa. 

Sin notar la decepción en los ojos del omega, Asuf lo miraba preocupado, su atractivo rostro presentaba algunos signos de pelea, con moretones y heridas mal curadas.

Estas heridas fueron como un balde de agua fría para Jiang Cheng a quien los recuerdos le inundaron. Para ser más exactos recuerdos del ataque, de aquellos bandidos comandados por esa extraña mujer, cómo fueron superados en número y rodeados. Y peor aun cuando lanzaron aquel artefacto que los dejó inconscientes.

Su mente le trajo la memoria de lo último que vio; su mano tratando de alcanzar con desesperación y necesidad la de Lan XiChen antes de que la oscuridad lo envolviera.

Inmediatamente trató de levantarse de la especie de cama en la que estaba recostado, pero no pudo, aun sentía su cuerpo entumecido producto de aquella neblina. Se maldijo por su debilidad, ignorando la parte racional que le decía que no era débil, que solo era efecto secundario de ese artefacto y su neblina.  Aun así, sintió el picor en sus ojos que amenazaban con soltar lágrimas de la impotencia.

–A-Cheng quédate quieto, – el alfa suavizó lo más que pudo la voz al ver la lagrimas que luchaban por salir de los bellos ojos del omega – aun tienes parte de la droga en tu cuerpo. – Jiang Cheng pasó de él, ignorándolo y tratando nuevamente de levantarse.