Día 2. Cuentos de Disney

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Los pajarillos cantaban de manera armoniosa mientras el country limpiaba el piso, sus ojos se hallaban posados en el suelo pero su mente estaba en otro lado

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Los pajarillos cantaban de manera armoniosa mientras el country limpiaba el piso, sus ojos se hallaban posados en el suelo pero su mente estaba en otro lado.

Un hermoso baile se presentaba de sus recuerdos, aún recordaba aquel contacto tan cálido que provenía del príncipe, su sonrisa tan encantadora que era dedicada solo a él y un beso que se dio antes de la medianoche.

Había sido un sueño hecho realidad, su corazón había latido cual caballo desbocado al sentir aquellos labios sobre los suyos, era amor verdadero.

- ¡Rusiacienta! - Grito de nuevo el country de cincuenta estrellas cruzado de brazos, sacándole de su ensueño

- ¿Si Estados Unidos?

- Dice padre que termines de limpiar ese piso, el gran duque Inglaterra vendrá a buscar a la persona que bailo ayer con el príncipe y quiere la mansión presentable - Ordenó el más bajo - Probablemente seré yo quien se despose con el príncipe México - Alardeo con una sonrisa victoriosa que borro aquella sonrisa que tenía el country de vestimentas sucias, su hermanastro subió las escaleras mientras el veía sus ropajes.

Tenía la ropa sucia, con trozos de telas diferentes cocidos, sus manos estaban con algunos cortes por el gran trabajo que ejercía en la mansión y tenía la certeza que su rostro estaba manchado de las cenizas que había recogido anteriormente de la chimenea.

¿Cómo pensaba que el príncipe se fijaría en él con aquellas fachas?, él no era nadie a comparación de sus dos hermanastros que tan bellos ropajes llevaban de las más finas telas, sus rostros tan pulcros y aquellas manos tan suaves y limpias que mostraban el nulo trabajo que ejercían en la casa, así era como debía estar la persona desposada por el príncipe...como una muñequita.

Terminó la limpieza del piso y salio al establo donde tiro aquella agua sucia, borrando aquel pensamiento de algún día volver a ver a aquel príncipe que se había robado su corazón la noche anterior.

Terminó la limpieza del piso y salio al establo donde tiro aquella agua sucia, borrando aquel pensamiento de algún día volver a ver a aquel príncipe que se había robado su corazón la noche anterior

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- ... Y por dicho mandato, todas los jóvenes casamenteros del reino han de probarse dicho zapato de cristal, con el fin de hallar a la persona que le pertenece, la cual será llevada al castillo del Rey y será desposada con el príncipe México - Expresó el duque Inglaterra mientras se sentaba en aquel asiento que le proporciono Rusiacienta - Francia, el zapato al primer joven - Ordenó al country a lado suyo quien se acercó a Canadá y le coloco el zapato con cuidado, pero este no logro ingresar pues el dedo gordo no entraba

El country de dos colores suspiro decepcionado colocándose de nuevo su zapato y dándole el lugar a su hermano quien sonreía al igual que España, el padre de ambos

Pero, de la misma manera, su talón era demasiado grande y no entraba por más que el country de esforzaba en meterse, simplemente no entraba.

El duque bufo volteando a ver al mayor de la mansión - ¿Podría pasar al sirviente que está a lado suyo?

- Pero es solo un sirviente, gran duque - Replicó el contry pero el duque negó con su dedo índice

- La indicación era todos los jóvenes casamenteros, no hay distinción alguna

El country sonrió sentándose en la silla, se trató de limpiar de manera inútil sus ropajes mientras se quitaba su zapato, el duque dio un vistazo al pie, parecía ser el indicado pero no había que dar una conclusión si el zapato en su pie aún no ingresaba.

Pero el mayor no iba a dejar que aquello sucediera, claro que no, si sus amados hijos no habían logrado dicha hazaña, no daría siquiera la posibilidad de que aquel hijo de su ex-mujer usará el zapato. Francia estaba por ponerle el zapato cuando él, con su bastón, golpeo la zapatilla, aquello sucedió tan rápido que está terminó en el suelo en cientos de fragmentos de cristal, en los rostros del duque y su acompañante se podía apreciar el horror latente.

- El rey nos matará, cortará nuestras cabezas - Exclamó con terror el duque tomando los pedazos rotos de aquel zapato

- No se asuste señor duque - Dijo el ruso en gesto comprensivo, sus manos se metieron en el bolsillo de su delantal donde saco el zapato restante - Pues tengo la parte restante

La revelación sorprendió a España y sus hijos, pero género una felicidad en el duque quien tomó el zapato y se lo probó, quedando este a la perfección, era más que obvio que le pertenecía al ruso y que una boda se daría prontamente en el reino.

La revelación sorprendió a España y sus hijos, pero género una felicidad en el duque quien tomó el zapato y se lo probó, quedando este a la perfección, era más que obvio que le pertenecía al ruso y que una boda se daría prontamente en el reino

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Rusiacienta veía con ilusión el palacio real donde veía ingresar al príncipe México quien, con una sonrisa le recibió a pesar de sus ropajes tan horribles.

- ¿Qué fue lo último que hicimos antes de que salieras corriendo del palacio?

- Un beso fue lo último que sucedió entre nosotros su majestad - Respondió con seguridad - Se...se que no soy de ropajes finos y no tengo ninguna riqueza pero...en verdad lo amo su majestad

El country tricolor sonrió - Lo único que me importaba es saber qué eras tú, poco me importa si eres rico o no, lo que me enamoro la noche anterior fuiste tú tal cual y, si para ti no es apresurado, pido tu mano en matrimonio...

- Rusia, me llamo Rusia, su majestad - Interrumpió, trago saliva para evitar que las palabras que salían de sus labios sonarán entrecortadas - Y acepto desposarme con usted

- Entonces, ¿Qué esperamos?, las bodas no se dan por arte de magia y he de presentarte ante mi padre el rey

Después de aquello una boda se celebró, donde aquel country ruso se hizo el consorte del rey México, podía decir que todo el dolor que una vez le causo su padrastro y hermanastros era poco a comparación de la vida tan hermosa que vivía con su amado quien lo amaba tanto que le hacía llorar de felicidad

Fin

Fin

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