único

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Dedicado a -dainorex

Eva corre hacia la vitrina del local que está apunto de cerrar, emocionada por conseguir aquel perfume que solo hace unas semanas atrás se lanzó al público. Sus fosas nasales se expanden lentamente apreciando el artículo perfectamente guardado en una especie de caja transparente al cual un lazo azul eléctrico lo envuelve.

"tómalo"

Su sonrisa acrecenta a medida que va acercándose al joven que está tras el mostrador, en la sección de perfumes. Sus manos le tiemblan por tenerlo ya en sus manos y la fragancia en su piel, quiere sentirse amada.

Saluda escondiendo la emoción y excitación en sus ojos al joven frente a ella. Debe mantener la compostura, se explica.

-Buenas noches, ¿desea alguna muestra?

Aquel joven vestido formalmente y con el cabello lleno de gel peinado hacia atrás, le ofrece con una sonrisa agradable.

Eva asiente pero de su boca no sale ninguna palabra, ni siquiera un sonido.

Él le da un pequeño cartón con el nombre de la tienda escrito en él con letra cursiva.

Sus ojos se dirigen con rapidez al perfume que ella tanto desea y el chico toma uno de ellos, uno ya abierto y ella siente ansiedad por no haber sido la primera en olerlo o siquiera en abrirlo.

-Tome, extienda esto y lo moverá lentamente, así se apreciará mejor el aroma. Aunque personalmente no me gustó mucho este perfume, señorita.

Eva quiere enterrar sus uñas esmaltadas de color rosa en el rostro del joven. En su mente le está haciendo tragarse sus propias palabras de una manera no muy sana y natural.

No dice nada y solo espera en silencio a que el muchacho rocíe el líquido sobre el carton de muestra y pueda sentirlo ya, lo anhela y el hombre inmaduro ante ella no hace nada más que tontear y agregar opiniones no solicitadas.

Su celular vibra pero no hace caso, piensa en que quizá es nuevamente el casero llamándola para cobrar el reparo del elevador, el cual ya ha pagado tres veces seguidas.

El sonido del botón siendo apretado le eriza los vellos y siente una corriente eléctrica terminarle en las mejillas, produciendo la elevación de estas y tornarlas de un color muy bonito.

Acerca su nariz mientras agita muy lentamente el papel.

Inspira hondamente y con los ojos cerrados mantiene una sonrisa de satisfacción.

En su mente los colores y diferentes aspectos van creciendo y produciéndose, dándole la idea de que con solo un poco de aquel perfume, logra sentir a los ángeles y dioses susurrarle al oído y peinarle sus largos cabellos.

Abre los ojos y ve la sonrisa burlona de aquel joven- Me lo llevo.

Tajantemente habló y se guardó la muestra con sumo cuidado dentro de una bolsa transparente, intentando no hacerla chocar con nada que interrumpa aquel puro olor.

Fue directo hacia la caja, a paso apresurado pero no había nadie más que los mismos trabajadores y una que otra persona. Eran casi las 10 de la noche cuando se decidió por comprar aquel perfume. Lo decidió apenas recibió su primera paga.

Opere Pigmentarii |o.s| ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora