1. Desobediencia a mamá.

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1.

Ponyville, 2002


En una tarde tranquila, una pequeña potranca observaba desde su habitación la cálida tarde que el día le otorgaba. La pequeña pony tenia un semblante triste, mientras miraba con recelo a los otros ponys jugar entre si a las afueras de su calle. La pony cerró su ventana y se recostó en su cama perdida entre sus pensamientos

Ella era Nerea, una pony de 7 años de edad de piel amarillo limón, cabello naranja y ojos verdes. Quien a su corta edad ya presentaba cuadros de depresión al no ser una niña como todos los demás, su madre regia sobre ella una estricta enseñanza. No la dejaba juntarse con otros ponys, la obligaba a obtener buenas notas, y no era para nada amorosa con ella. Su padre quien se marcho poco después de que ella naciera, jamas tuvo contacto con ella desde entonces. Por lo que viéndose en esa toxica situación, prácticamente no tenia a nadie mas en el mundo mas que a ella misma.

—¿Por que no he de tener amigos? —dijo la pelinaranja al hacerse bulto entre sus cobijas.

—Has algo de comer niña, voy a salir con unas amigas —grito su madre desde el primer piso antes de que se escuchara un portazo cerrándose.

La potra solo se limito a observar desde la ventana como su madre se reunía con  un grupo de amigas y emprendían camino a una discoteca.

La astuta pequeña razono por unos momentos la ausencia de su progenitora para escaparse e ir al parque que se encontraba a unas casas de la suya.

—Creo que es un buen momento para salir de esta jaula —dijo para si misma mientras un pequeño brillo iluminaba sus pupilas.

Salió con cautela de aquella casa que por años hacia sido su jaula personal y como todo potro vivaz y feliz corrió hacia el parque como si no hubiese un mañana.

Al llegar al parque observo muchedumbres de niños jugar entre si y a padres de familia conversar alegremente entre ellos.

Ojala mi madre se llevara tan bien como ellos lo hacen.

Su mirada cambio repentinamente a una de euforia al mirar a un grupo de niños que jugaban al escondite, corrió hacia ellos y la que al parecer era la líder; una unicornio de cabello verdoso y piel amarilla la observaba con recelo.

—¿Tu quien eres bicho raro?

—Ah... Mi nombre es Nerea, vivo a unas calles de aquí... —agacho la vista al notar la mirada penetrante de todos—. ¿Me preguntaba si yo podría...?

—¡Ah si! ya te recuerdo... Eres el bicho raro que no dejan salir de su casa, la potra rara que recibe clases en casa y nunca sale a jugar.

—¿Qué? No soy lo que ustedes piensan —levanto la mirada.

—De seguro tu mami no te deja salir porque no quiere que nos contagies de tu idiotez. ¡Ha!

—No es así... Yo solo quiero jugar con ustedes... ¡No soy para nada tonta!

—¿Sunny la dejaras unirse a nuestro grupo? ¡Asco, no! ella no es como nosotros, es un bicho raro —dijo uno de los ponys del grupo.

—Tienes razón, nadie se juntara contigo bicho raro —respondió Sunny.

—¡Déjala en paz Sunny! —gritó una potra de cabello blanquecino y piel oscura.

La pequeña potra pelinaranja agachó su vista mientras los demás comenzaban a reír.

—Quédate con el bicho raro Lucy, al cabo tú eres igual —burló mientras dejaba al par solas.

—Oye ¿Estas bien? —preguntó con evidente preocupación la peliblanca.

—Mi mamá tenia razón, todos aquí son malos, jamas debí salir de casa... —se lamentó al borde del llanto.

—¡Oye, no todos son malos! Yo estaría encantada de ser tu amiga.

Nerea alzó la mirada y la observó sorprendida.

—¿En serio? —sonrió esperanzada.

—¡Claro! Yo no soy como esos malos ponys —la pelinegra le tendió el casco a Nerea.

La pequeña potra sonrió y aceptó gustosa la amistad de la pelinegra. El resto del día se la pasaron jugando en los juegos del parque mientras eran observados por la madre de Lucy.

—¡No se alejen mucho Lucy! —gritó una pony de miel amarilla y cabello rojizo.

—Si madre —respondió a la distancia la peliblanca.

Mientras la tierna madre de Lucy les dedicaba una sonrisa al dúo, fue empujada abruptamente por una pony de cabello amarillo y color de piel pálida que pasaba de prisa en dirección al dúo.

—¡Nerea! ¡Qué te he dicho! —grito con furia la madre de la potra.

—Oh no.... Madre... —susurró al ver que su progenitora se acercaba.

—¡Va monos de aquí! Es la ultima vez que me desobedeces pequeña granuja.

—Madre déjame despedirme, solo eso... —imploró al borde del llanto.

—¡Oiga usted! ¿Quien se cree que es? —reclamo la madre de Lucy.

Mientras las dos adultas discutían, Nerea aprovecho la oportunidad para despedirse de su única y primer amiga.

—Lo siento tanto Lucy, me he divertido hoy. Gracias por todo —dijo la potra a la vez que derramaba unas cuantas lagrimas.

—¡Ni que lo digas Nere! La próxima vez yo me cuelo a tu casa, será un secreto... —le susurró Lucy al oído.

—Basta de esto joder. Vamonos.

La madre de Nerea se la llevo a la fuerza mientras ella le dedicaba una ultima y traviesa sonrisa a Lucy.

—¿Esa loca es su madre? —preguntó la madre de Nerea.

—Si madre, ese monstruo lo es.

Al llegar a casa, Nerea sin escuchar los sermones de su madre se encerró en su cuarto. Se tiro sobre la cama sonriendo, y observo la imponente luna recordando su feliz tarde.

—Hoy he hecho mi primera amiga —rió sola.


D E S O B E D I E N C I A   A   M A M A

Parte 1


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⏰ Last updated: Jul 23, 2019 ⏰

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