#5 Nada es verdad

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Subió a la cima del edificio más alto de la ciudad y estudió el relieve citadino con detenimiento. "Nada es verdad...", iniciaba el Credo al que había dedicado su vida. Se irguió y la capucha le ondeó al viento. Tras saltar como un águila se percató de su error: estaba drogado.

Historias de TuitWhere stories live. Discover now