ENCUENTRO

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Eran las 6:30 de la tarde, el celular sonaba y vibraba dando vueltitas sobre la mesa de noche, llegando a exasperarme con su sonido y zumbido, al fijarme en la pantalla brillante con fondo celeste, comprobé que era el negro Piero, seguramente para pedirme dinero o para hacer conjeturas de lo que podría ser la fiesta a la que nos invitaron nuestra amiga Olenka; como siempre su desesperación me incomodaba, su sobrenombre en el grupo era gelatina fina, temblaba sin que lo toquen, era demasiado apasionado para hacer las cosas, algo conchudo también...

En la calle, el frio se hacía sentir en los huesos, el suave murmullo de la gente que pasaba, se entrecortaba por las bocinas de algún chofer desesperado por vencer el tráfico, a lo lejos unos niños jugaban al fútbol en el parque, reclamaban si fue gol o córner; por mi parte yo recién salía de la ducha y mis pies mojados resbalaban del piso de porcelanato, casi brincando para no caer, llegue a mi cama cayendo sobre ella pesadamente, con el cuerpo húmedo buscaba la ropa que me pondría, hacia no mucho que había salido de juerga y no tenía muchas mudas de ropa, así que convenía elegir bien.

Las 6:45 y unos silbidos en la calle me indicaron que el negro Piero había llegado, además de las pequeñas piedritas que sonaban al chocar con el vidrio de mi ventana, que el negro arrojaba con maestría para no romper la luna; Saqué la cabeza por la ventana y le arrojé la llave para que pudiera entrar, ya casi había terminado, me faltaba escobillar a mis zapatos y darme un buen soporte con la colonia de moda...

De pronto, se abrió la puerta de mi habitación y el negro con su metro ochenta de altura, su cuerpo flaco hasta los huesos con una camisa de rayitas de colores, pantalón jean negro, zapatillas negras y sus ojos de loco aparecieron bajo el umbral:

-Miguel, apúrate que tenemos que recoger a Maricielo y su prima Natalia, ellas estarán en su casa y da vergüenza llegar tarde, es mejor que vayamos de una vez - dijo el negro, sin saludar...

-Negro de mierda, déjame que me termine de cambiar, - le dije riéndome - claro como tú nunca te bañas y no usas ni desodorante...

- Apúrate carajo, después aparece el papá de Maricielo y quiero ver tu cara, ya sabes que el don no te pasa ni con agua - dijo riéndose y mostrando sus dientes enormes

Salimos de la casa de alquiler y me puse a verificar mis pertenencias, tenía mis llaves, mi billetera, mis cigarrillos y por ahí que ocurra algo mi cajita de condones, siempre había que estar preparado..

Mientras atravesábamos la calle, el negro Piero, me dijo - Oe Miguel, préstame unos cuantos dolores, - refiriéndose a los billetes que parecían de dólar, pero que eran en moneda nacional, -tú sabes que ni bien me paguen en las practicas, te pago...

-Yo te dije negro, estudia otra cosa que te de plata, pero tu terco quieres ser profesor, nada te costó estudiar más, pero claro como eres terco y medio bruto...- dije con gesto de fastidio pero riéndome de su cara, - vas a ganar un sueldo de mierda...

-puta madre, ¿me prestas o no huevón? - dijo parándose en media vereda, moviendo los brazos hacia arriba como si me fuera a pegar...

-Si, te voy a prestar negrito, al veinte por ciento, si quieres...

-Te jodiste, ahora le diré a la Maricielo que me cobras, a pesar que te estoy llevando y tapando con su viejo...

-Que cabro eres negro...

-Cabro tú, que cobras, un día trabajare y ni te voy a llamar... jajajajajaa

-Ya weeee, - dije metiendo las manos a mi bolsillo, y dándole una parte de mi dinero, él era de confiar, siempre me pagaba y nunca fallaba, pero a veces me incomodaba tener que prestarle, bueno son cosas de la vida, ojala que se acuerde cuando trabaje...

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⏰ Last updated: Oct 09, 2019 ⏰

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ELLA VOLVIÓWhere stories live. Discover now