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Era Viernes por la mañana, Ken se acababa de levantar y se disponía a desayunar con sus padres. No obstante, no iba a ser tan fácil. 

El sonido del timbre al ser tocado repetidamente por alguien y el rostro de quienes se encontraban detrás de la puerta, le pilló por sorpresa; sus amigos habían venido a visitarle… más o menos. 

—Coge tus cosas Ken, tenemos una misión que cumplir —ordenó Wakiya, sin dar explicaciones y confundiendo aún más al chico de las marionetas. 

—¡Vamos a invadir el Área 51! —informó Rantaro con una sonrisa y gran entusiasmo. 

—¡Y a salvar aliens! —agregó Valt. 

—Entonces… ¿te unes? —inquirió Daigo, teniendo algo de consideración por Ken, que parecía más confuso que Valt en mitad de un examen. 

—Es una larga historia, luego te lo explicamos —añadió Shu.

[...]

Tras reunirse nuevamente en el avión privado de Wakiya e informarle de todo a Ken, lograron convencerle con gran facilidad. 

Además, poder hacer algo más junto a sus amigos, como en los viejos tiempos, era algo que le emocionaba bastante.

Y la idea de conseguir un alien era demasiado tentadora; Ken siempre había querido un alien pequeño y cabezón, de esos que salían en vídeos bailando. 

—Y, ahora que estamos todos, es hora de comenzar el entrenamiento —prosiguió Wakiya.

—¿Entrenamiento…? —dudó Valt—. ¡¿Con nuestros beys?! —continuó, sacando a Valtryek.

—No, idiota, vamos a hacer prácticas de rescate de aliens —respondió el niño rico, llevándose una mano a la frente. 

—¿Y eso cómo funciona? —inquirió el joven de cabello azul. 

—¿Tú crees que los aliens sepan jugar beyblade? —cambió de tema Rantaro, fantaseando con que el alien que pretendía robarse fuera todo un profesional en el beyblade. 

—¡Sería alucinante! —admitió Valt, iluminándosele los ojos al imaginárselo. 

—¡Dejaros de tonterías, esto es serio! —interrumpió Murasaki, perdiendo la paciencia. 

—Creo que dejó de ser serio cuando comenzamos a hablar de aliens —comentó Daigo. 

—En fin —suspiró Wakiya, intentando volver al verdadero tema principal—. Shu, échales tú una mano a estos dos, por favor —prosiguió, cerrando los ojos y señalando con el pulgar a Kiyama y Aoi. 

—Eh… claro —dudó el albino, aceptando pero sin saber de qué manera—. ¿Qué debo hacer? 

—Ponerte esto —respondió el rubio rico, sacando de a saber dónde un disfraz de alien completamente verde—. Vamos a aterrizar en uno de los gimnasios privados que tiene mi familia en el estado de Nevada. Allí simularemos rescates de aliens. 

—¡Oh, ahora lo entiendo! —razonó Valt, por primera vez en mucho tiempo—. ¡Entonces Shu será el alien! 

—…

Era demasiado tarde para negarse. Shu Kurenai tenía que disfrazarse de alien para ayudar a entrenar a Valt y Rantaro.

[...]

[...]

[...]

Tras días, semanas y meses de entrenamiento, todos estaban preparados para el 20 de Septiembre. Y, así, llegó el deseado día. 

—No te preocupes, Ryota —tranquilizaba Daigo a su hermano, sentándose a su lado—. No dejaré que descubran lo que eres realmente —finalizó, dispuesto a hacer lo que hiciera falta para mantener en secreto la verdadera identidad de su hermanito. 

—Gracias, Daigo —murmuró con una sonrisa y mirándole con esos ojos tan grandes y negros—. ¿Entonces te veré pronto? 

—Sí, no tardaré. De todas formas, dudo mucho que el plan de Wakiya funcione. 

[...]

Por otro lado, en la casa de los Aoi, cierta mujer acababa de preparar una exquisita comida para llevar. 

—Bueno, hijo, aquí tienes el almuerzo —se podía escuchar a la madre de Valt—. Y, ¿a dónde decías que ibas a ir con tus amigos? 

—¡A salvar aliens! —exclamó con una gran sonrisa. 

—Oh, vale —respondió la mujer, esbozando una leve risa al pensar en cuánta imaginación tenía su hijo. 

—¿Y nosotros no podemos ir? —se quejaban Nika y Toko, queriendo seguir a su hermano mayor. 

—Wakiya ha dicho que puede ser peligroso —advirtió—. ¡Y es una operación de alto secreto! 

—Ya habéis oído a vuestro hermano —aplicó la madre—. ¡Que te diviertas! 

—¡Gracias, mamá! —finalizó, despidiéndose y saliendo de casa con una gran mochila. 

Pero lo que Chiharu no sabía era que, de verdad, Valt iba a ir al Área 51 a por su propio alien. 

[...]

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Imágenes filtradas del entrenamiento—

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Área 51 [ Beyblade Burst ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora