casualidades del mundo

YO CREO QUE NO

La sangre recorre por la suave baldosa. Solo esta mujer, un hombre en el piso y una 38, además de eso, millas de evidencias que pueden hacerla culpable en cuestión de segundos.

Su rostro aterrado, pero a la vez consciente de la escena frente a ella, la cual a sido causada por sí misma, tubo la claridad de lo que tenia que hacer si quería salir inocente de  la casa, sin pensarlo dos veces, busco la manera de limpiar El espacio en el cual el crimen se llevó a cabo. 

No era de extrañarse que después de escuchar 3 disparos, Los vecinos llamaran a la policía. estos llegaron al lugar de los hechos casi de inmediato. 

Como si del mismo castigador se tratara, un policía soltaba varios gritos de furia y ley de esos que sientes como se le desgarra la garganta a la persona que los esta dando –abra la puerta, si no lo hace  entraremos por la fuerza, y le aseguro que se arrepentirá de no haber tomado nuestra primera advertencia. 

Ella, una chica desesperada y atemorizada, pero decidida, toma la decisión más difícil de su vida. Morir o revivir el pasado de su madre, la cárcel. 

Después de muchos intentos para entrar en una manera pacífica en la vivienda, y que nadie dentro de esta respuesta, las autoridades deciden usar el método más eficaz que existe en la humanidad, el acto barbárico.

Sin más retrasos, los uniformados derrumban la puerta, y cubriéndose uno con el otro, rodean cada esquina de la casa. Después de unos minutos llegan al segundo piso y es allí donde se da cuenta que han llegado demasiado tarde -Soy libre, hay libre albedrío, o acaso piensan  arrebatarme mi libertad por cometer el pecado del Antepasado Caín ... no, yo creo que no.

Así como si fuera el guion de una mala película, ella solo apretó el gatillo, el tiempo pareció detenerse, ya que cuando la acción tomo lugar, solo bastaron milésimas de segundos para la bala traspasara su cráneo y el piso se volviera un rió rojo, la sangre se esparció como si de un chorro a presión se tratara, y el cuerpo callo como si la muerte liberara el alma condenada de una cárcel de carne.