02 彡 un "muchacho" con educación

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Suspiré y observe mi taxi alejarse por la calle principal del camellón de la escuela. Tomé aire y comencé caminar hacia los edificios. Este iba a ser un buen año. A pesar de que sabía que no iba a llegar ni al mes en esta escuela.

Sentí que desfallecía cuando al fin llegué a los edificios.

Eran mucho más hermosos de cerca. Parecían ser antiguos, pero estaban bien preservados. Sonreí de lado. A Thomas le hubiese encantado estar allí y o pude evitar imaginármelo a mi lado saltando como un bebé al ver los edificios con los que tanto soñaba. No pude evitar sentirme un poco triste.

Examiné lugar en busca de una dirección a donde ir. Observe que en la puerta del edificio de en medio había una leyenda. Me acerqué a leerlo con mi maleta arrastrando detrás de mí.

"DIRECCIÓN"

Sin rechistar caminé por la banqueta apedreada hacia la puerta, en donde muchos más niños se acercaban a entrar.

Empujé la puerta de madera de lo que parecía roble y en un instante un aire fresco con olor a pinos y lavanda me invadió. Entré y cerré la puerta detrás de mí. Era una habitación preciosa, me quedé unos segundos observándola. Parecía muy elegante y algo antigua, pero con un extraño estilo rustico. Había varias puertas de madera con leyendas sobre cada una de ellas.

"ENFERMERIA"

"PSICOLOGÍA"

"CONSEJERO"

"BECAS"

"UNIFORMES"

"DIRECTOR HANDERSONN"

"ORIENTACION (los de primer año pasar aquí)"

Supuse que yo debía de ir a esa puerta.

La dirección estaba bastante llena. Había una sala de espera llena de padres y muchos chicos gritando. Supuse que era la euforia de los primeros días de clase. Ignorando el ruido y las personas atravesándose frente a mí comencé a caminar hacia la habitación de orientación.

Justo cuando iba a girar la perilla para abrir la puerta un chico se me adelanto. Era lindo, tenía el cabello castaño y rizado un poco largo, su piel era morena y en su nariz respingada tenía unas bonitas pecas que lo hacían lucir adorable. No era más alto que yo y llevaba una sudadera Nike naranja y unos vans de chekboard. Tampoco parecía haberse dado cuenta de que se me había atravesado.

Bufé ante el chico y entré detrás de él.

Había un caos mundial. Pensé que el salón de orientación iba a ser una pequeña oficina, pero no. Era un gran salón lleno de mesas en plan biblioteca pública. Estaba lleno de chicos que supuse eran de mi año. Todos gritaban a las personas que parecían estar trabajando.

Divisé a una mujer que miraba aterrada la escena y se mordía el labio con preocupación. Parecía estar muy estresada. Llevaba un uniforme de la escuela así que supuse que era trabajadora. Nadie parecía hacerle caso así que me acerqué a ella a paso lento.

—Hola, buenas tardes— le dije. Ella pareció sorprenderse de mis palabras y me miró con ojos soñadores.

—¡Dios mío! ¡Un muchacho con educación! ¿Los has visto? ¡Son salvajes!— la mujer apuntó con euforia y desesperación a los chicos haciendo alborotó. Solté una risa y asentí.

—No sé muy bien lo que tengo que hacer así que supuse que me puede ayudar— le dije. Ella asintió.

—¿Cómo te apellidas? Hay una fila para cada grupo de letras y allí te dan tu uniforme; luego tienes que buscar tu nombre en aquellas listas para ver cuál es tu dormitorio— mencionó. Su manera de hablar era rara, anticuada. Pero no parecía ser muy vieja, no aparentaba más de 30.

𝐦𝐲 𝐥𝐢𝐟𝐞 𝐚𝐬 𝐚 𝐛𝐨𝐲Where stories live. Discover now