3. Sus deseos son ordenes

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Corrí hacia la puerta lo más rápido que pude, hoy no será el día de mi muerte. Estaba apunto de abrirla y escapar del horror que se avecinaba y justo en ese momento sentí una fuerza en mi abdomen que me impulsaba hacia dentro de la casa. Estoy jodida.

Forcejee tratando de lograr que Zach me dejara irme en paz pero mi esfuerzo fue inútil así que decidí gritar.

-AYUDA- al segundo siento como una de sus manos se posa sobre mi boca haciendo algo de presión para que me callara así que lo mordí.

-AGH Mierda!- gritó alejando su mano de mi boca y no puede evitar reír, pero aún me sostenía fuerte con su brazo.

De repente mis pies no tocaban el suelo y estaba siento levantada y pegada al cuerpo de Zach y podía sentir como el caminaba con prisa alejándome cada vez más de la puerta.

-Haré tu tarea por lo que queda del año y me bajas- fue lo primero que se me ocurrió al querer escapar. No podría rechazar esto.

-Mmm déjame pensarlo- me bajo al suelo liberándome de su agarré. Me arreglé la la blusa y espere su respuesta.

-Creo que no quiero reprobar- ni término de decir esas palabras cuando ya me tenía cargada sobre sus hombros sosteniendo mis muslos dejando mi cabeza caer en su espalda.

- No es justo bajame!- exigí moviendo mis piernas rápidamente en forma de forcejeó. No tuvo reacción alguna, sólo siguió caminando hasta llegar a la sala de recreación de su casa.
La casa de Zach fue un regalo de sus abuelos a su padre, era realmente enorme, exageradamente para 3 personas.

- Alexis deja de comer chatarra, quieres? Mi pobre espalda está sufriendo- se quejó.

- Pues bájame- dije con seriedad

- Sus deseos son órdenes- de repente caí en un mueble de cuero color marrón que se encontraba en la sala y justo cuando pensé que me dejaría tranquila el cuerpo de Zach se abalanzó sobre mi casi matándome.

-ZACH QUÍTATE YA- este chico se queja de mi pero vaya que no es para nada liviano. Lo empuje haciéndolo quedar en el suelo y me causo mucha gracia.

- Con una condición - arco una ceja y me miro con picardía, sabía bien de que hablaba.

- Zach ni lo pienses- en mi rostro se notaba el miedo y adivinen que, mi esfuerzo no valió.
Zach se giró subiendo al mueble para así posarse en mi abdomen, sostuvo mis brazos sobre mi cabeza con una sola mano y con la otra procedió a hacerme cosquillas.

-Zach b-bas- bastaa- el solía hacer esto cuando éramos niños y yo trataba de escapar, somos muy raros pero lo extrañaba.
Al no recibir respuesta lo pateé en su estómago y me zafé de su agarre. Ahora era yo quien estaba posada sobre su abdomen. Punto para moi.

- Esas clases de karate dieron resultado- pronunció Zach mostrando dolor en sus expresiones faciales.

Le mostré mi dedo anular acompañado de una sonrisa. Zach negó con la cabeza mientras sonreía de lado y yo solo me quede allí observándolo. Era tan tierno e indefenso me causaba confusión verlo de esta forma, cada vez que estamos así de cerca me es imposible verlo como "mi mejor amigo", ya no somos niños y las cosas cambian.

-Ey Alex?- mostró preocupación en el tono de su voz. Acaso tome un viaje temporal entre mis pensamientos.

-Ah si, en dime?- estaba muy perdida en mi propia crisis hormonal.

- Estás muy aérea en estos días, te sucede algo?- me movió con cuidado hacia un costado del sofá y se sentó a mi lado. ya la cague.

- NO - mierda mierda mierda. - me refiero a que está todo bien, d-de verdad - no me salía muy bien esto de mentirle a Zach, somos totalmente honestos entre nosotros.

- Me ocultas algo, te conozco- sostuvo mi mano entrelazando sus dedos con los míos, dándome seguridad.

-Bueno es que...- ya no sabía que inventarme, me conocía demasiado bien como para decir lo típico de el periodo o de no haber dormido.
- Está mañana luego del almuerzo escuche algo interesante- no podía decirle como me sentía, arruinaría todo.

-Continua- me miraba a los ojos con mucha curiosidad. A este si que le gustaba un buen chisme.

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Creo que alguien está empezando a perder el control aquí..

H E A R T B U R NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora