noches de verano;

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"hai messo il mio mondo sottosopra."

A JaeBum le gustaba ir de vacaciones en verano, sobre todo por que siempre se dirigían al mismo lugar cada año, a una pequeña villa en Italia, le gustaba como las calles estaban adornadas, el ambiente viejo y romántico que desprendía el lugar, la mayoría de su tiempo era aprovechado para crear letra para su música que subía a páginas desconocidas con el fin de solo compartir lo que le gustaba hacer.

La familia Tuan siempre los recibían con los brazos abiertos, era una familia muy cálida y amorosa, con sus cuatro hijos, aunque en casa siempre estaban tres de ellos, recordaba vagamente al cuarto de sus hijos, Mark, sus padres solían hablar en algún punto de las vacaciones, diciendo que su hijo estudiaba en el extranjero y siempre se disculpaban con él, como si aun le importase, sí, recordaba que cuando eran niños se llevaban bien y que el primer año en que no lo vio se puso un poco extraño, porque claro JaeBum se había enamorado, su primer amor, y no estaba mal, solo había sido un flechazo de un niño de catorce años, ahora tenía dieciocho y apenas recordaba a ese chico.

-¿Qué planeas para estas vacaciones?- preguntó su madre en el asiento del copiloto del coche que habían rentado.

-Lo mismo de siempre.

-Parecer un tipo antisocial.- respondió su padre burlándose de sus hábitos vacacionales.

-Sí.- respondió en seco.

-Será lindo.- habló la mujer mientras miraba a la ventana, admirando los bellos paisajes por los que pasaban, los campos verdes, los lugares llenos de sembradíos, los colores cálidos, los árboles, el sol iluminando, el sonido tranquilo de la naturaleza combinado con el suave ronronear del motor, sí, algo que le gustaba demasiado a JaeBum.

Italia era su ligar favorito en el mundo, no sólo por la inspiración que le traía con aquellos lugares románticos y las parejas paseándose de lado a lado, dándole inspiración, no, era mucho más que eso, y el camino era prueba de ello.

Los señores Tuan estaban en la entrada de su casa, a los Lim les encantaba venir cada verano con ellos, sobre todo porque siempre llegaban en tiempo de cosecha, eso volvía entretenida la estancia, y les provocaba olvidarse de las cosas banales de las que eran parte en Corea.

-¡JaeBum te ves muy guapo, cuánto has crecido!- el mencionado apretó los labios e hizo una especie de sonrisa, un poco avergonzado del cumplido.

-¡Verdad! ¡Esta dejando de ser mi pequeño!- dijo su madre apretando la mejilla de su hijo, haciendo que alejara su rostro y se sintiera aun peor.

La casa siempre lucía igual, siempre estaba la misma cantidad de gente trabajando y parecía una pequeña familia formada por desconocidos, le gustaba ese tipo de sensación que brindaba el lugar, lo hacían siempre sentir en casa.

Las paredes blancas, la casa llena de pinturas, las cuales nunca sabía en que año habían sido hechas, la chimenea, los muebles viejos, era realmente hermoso.

-Jae.- habló la señora Tuan.- pequeño ¿no te molesta si compartes habitación?- nunca entendía le afán de que le dijeran pequeño, aunque nunca decía nada le parecía gracioso porque ya no era un niño de diez años, pero le sorprendió la pregunta porque tan de pronto le cuestionaban aquello.

-No...

-¿Compartir?- preguntó su madre, a veces le gustaba esa cosa que tenían las mamás para tener el valor de preguntar el porque de las cosas, por no decir que a veces lucían chismosas.

-Sí, es que no te he contado pero...

-¡Mamá no encuentro mi camiseta!- interrumpió una voz un tanto dulce y fuerte la conversación de las mujeres, JaeBum frunció el ceño, no recordaba a nadie con esa voz.

nuits d'été; markbumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora