Hola, me llamo Sandy Williams. Hace poco empecé mi carrera de medicina,empezando fuerte y dándolo todo.
Solo me importaba la carrera hasta que apareció Jim.
Apareció en mi vida como una novela americana. En el insti, se me cayeron un par de libros que llevaba hacia mi taquilla y él los recogió, dándonos la oportunidad de conocernos.
El era el típico "bad boy" con su americana negra de cuero, su sombrero con su pelo tan oscuro como el ébano y sus hermosos ojos dorados con matices verdes.
Yo, era la típica empollona, pero sin gafas. Castaña (pasando a pelirroja), rostro alargado y ojos azules verdosos (pero que quede claro, tenía estilo al vestir).
En el primer momento de conexión visual, nos quedamos embobados, y con una tonta sonrisa en la cara. Nos dimos el número para conocernos. Parecía un cuento de hadas.
Conseguimos quedar y nos conocimos. Para mi era perfecto. Y al cabo de tres meses nos declaramos oficialmente novios.
Eso no modificaba mis notas, al contrario, las mejoraba.
A seis meses, el se iba a mudar para proseguir sus estudios y conseguir nuevas oportunidades. En un arrebato de amor y tristeza, nos besamos, lo cual el no se mudó y seguimos saliendo.
Algunas veces se metía en juegos de apuestas en los cuales, con su ironía, conseguía problemas y de los cuales, salia victorioso (yo era el 70% de posibilidad de que lo sacaran de una pieza, pero no me importaba). El parecía que lo hacía para hacerse mas hombre al lado mia, pero era otra causa por la que lo hacía, el orgullo.
Los mejores 11 meses de mi vida. No me aburría teníamos para entretenernos el uno al otro. No me llameis prostituta, porque yo todavía seguía siendo virgen.
Ibamos a conciertos, botellones, fiestas.... Estaba más viva que nunca.
Estabamos en un concierto a las 2 de la noche, de una banda cuyo nombre no me acuerdo. Seguíamos bailando al son de la musica rock. Perdí a Jim de vista. Empecé a buscarlo y esa curiosidad fue la que partió mi corazón.
Mi Jim estaba besando apasionadamente a una rubia sexy. Ni se había dado cuenta de que estaba alli, era como su sombra. Aturdida, salí del pabellón, donde cogí un taxi mientras me dirigía a mi casa. Acabe por la mañana con los ojos rojos e hinchados. Encendí mi móvil y mire... 10 mensajes suyos preguntandome donde estaba.
Le contesté de que me encontraba mal y que me había ido de la fiesta y que hablaríamos. También le pregunté que donde había estado cuando le perdí de vista. El me respondió que había ido al baño. Maldito cerdo. Sus palabras sonaban huecas, sin sentimiento.
En ese momento llegué a comprenderlo todo. Era todo demasiado perfecto. Es como si él contara un chiste y todo el mundo se riera, y en ese momento me di cuenta de que el chiste era de mí. Había sido todo demasiado perfecto como para no darme cuenta.
Aclaramos todo al día siguiente. Se lo dije lo cual le delató. Se arrepintió de haberlo hecho (ja, ese idiota no se arrepiente de nada, el orgullo se lo impide) corté con él, tras cual con sus gran dotes de teatro hizo que me fijase en su cara de tristeza y desolación. Con una punzada en el corazón, me alejé de él para siempre.
Me pregunté: ¿ Y si realmente me amaba? Pero tras recordar al el besándo a esa perra, tomando el la iniciativa, no dudé, el había estado jugando con mi corazón y lo había hecho pedazos.