Uno.

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"No juzgues, o tú también serás juzgado. Porque de la misma manera que juzgas a los demás, serás juzgado, y con la medida que utilices, se te medirá.''

[Matthew 7:1-2]" 


Estaban, el pequeño niño con una sonrisa más que linda, con labios carnosos que toda mujer quisiera besar y morder, ¿pero él podría corresponder de la misma manera? la respuesta de esos mismos labios será un rotundo ¡no!, a Esteban le dan asco las chicas, no le parece interesante jugar a las princesas y hacer el caballero que las rescata, o a ser el padre de los hijos de peluche de sus esposas, ¿porqué nunca él puede ser la mujer?, tal vez era porque el tenía pene y las mujeres vagina, tal vez ese era el problema. 

Ahí se encontraba, abriendo paso en el pasillo como si de una estrella se tratase, amaba los halagos de las chicas que parecían derretirse al verlo, él era arte.

¡Un arte enmarcardo! 

¡Un arte hecho con las pinturas de óleo de Picasso! 

¡Un arte elaborado por las manos de un artista indebido!

Pensaba, mientras cerraba sus ojos color café solo para dejar volar su ego con las palabras hechas eco en el pasillo casi hecho de brillo, su gran tranquilidad se acaba cuando suena la campana, deja de imaginar cosas fantasiosas y se pone en marcha, listo para comportarse como un patán en las clases, y ser grosero con los maestros. 

¡Un arte hecho en un lienzo desgastado!

!Un arte hecho con las pinturas secas!

¡Un arte hecho con las manos llenas de lujuria!


─ Esteban ─Hizo aparición una voz femenina que venía atrás del pasillo, hacia sonar sus tacos tan rápido que podían confundirse con una corrida de caballos.─ ¡Me alegro de volver a verte!─Toco el hombro de su amigo con confianza.

─ Hola Jazmín, igualmente de verte de nuevo. ─Respondio Esteban sin interés, sabía que Jazmín gustaba de él, le estresa saber que lo vigila hasta en sus redes sociales.

─ No pareces tan feliz de verme, ¿he hecho algo malo? ─Cuestionó la pelinegra mientras sujetaba su mochila pesada.

─ Estoy realmente algo cansado, ¿se supone que sería obvio no? ─Giró su cabeza hastiado a ver a la mujer.

─ ¡Pero no haces nada, eres un vago inepto! ¡No entiendo de que te quejas!─Jazmín parecía apunto de gritar, de no haber sido interrumpida por el dedo en sus labios de parte de su amigo.

─ No me amargues el primer día de clases, anda a fastidiar a tus amigas.─ Alejo sus dedos de los labios de Jazmín para poder irse al aula correspondiente de ese año lectivo.

¿Qué podría esperar este año? ¿Nuevos problemas? ¿Pubertad?, sólo en eso podía pensar, su interesante y lujosa vida se ha vuelto muy aburrida, nada interesante, a demás de besar a cualquier chica sin su consentimiento y que no le reprochen su acto.

Arte.Where stories live. Discover now