La madre de los pequeños se desmaya mientras ellos la observaban en shock. No sabían con exactitud qué ocurrió, o al menos cuatro de ellos no estaban al tanto.
—¡Mamá!—gritaron los cinco corriendo junto al cuerpo de su madre.
John vió la sangre de su madre, se asustó e intentó, en vano, mover los enormes pedazos de escombro que la aprisionaban. Desesperado vió que no cedían, no podría hacer nada, solo ver a su madre morir.
—Mamá—sollozó John mientras caía de rodillas—, no pude salvarte, lo lamento.
Aferrandose al brazo izquierdo de su madre, empezó a llorar mientras repetía la frase; —Pude haberla salvado, pero no lo logré.
Sus hermanos lo miraban confundido, y este solo se limitó a repetir la misma frase, una y otra vez decía que no logró salvarla.
—¿De que hablas John?—Dijo Axel mientras sollozaba tomando con firmeza la mano de su madre.
—Pude haberla sal...
A media frase, John cayó al suelo, noqueado por el shock.
—Ahora quedamos huérfanos y sin uno de nosotros—Gritó Sam mientras se aferraba a su madre.
—Mamá no está muerta—le respondió Will con miedo en su voz.
—E-Exacto Will—Dijo algo nerviosa Lauren, tratando de calmar a todos— Mamá estará bien.
O de eso quería convencerse, pero al ver a su madre en ese estado, no estaba tan segura.
—No lo estará—Gritó Axel— mírala, está aplastada y herida.
Will, Sam y Axel se aferraron al cuerpo de su madre mientras lloraban, no querían soltarlo, creyeron que su madre moriría si hacían eso.
—Mamá estará bien —dijo Lauren intentando ocultar el hecho de que estaba aterrada— y John solo se desmayó por el miedo, si no fuera por su broma, todos estariamos muertos, seguro eso le afectó aún más.
Se quedaron viendo a su hermano sin soltar a su madre.
—Es como si—Dijo Sam con voz temblorosa—, como si supiera que iba a pasar...
Todos quedaron en silencio, el shock de haber evitado la muerte por poco era más grande aún, sumado a que su madre apenas se salvó, y todo se lo debían a su hermano mayor, aunque aún no lo sabían.
Mientras los pequeños Hellfrost estaban confundidos y asustados, en el banco todo era terror. Usaron una bomba algo pequeña para apenas hacer volar parte de este, si hubiera sido un ataque terrorista, habrían puesto una bomba enorme que dejaría incluso la calle hecha polvo.
Los guardias estaban aturdidos y los clientes chocaban unos con otros en su intento por huir, los empleados abandonaron de inmediato sus puestos, no les interesaba tanto su trabajo en ese momento. Todos estaban desesperados por escapar y ponerse a salvo. El caos reinaba en el lugar.
Un empleado pasó cerca de los niños pero les ignoró y se fue hacia la salida.
«Con algo de pánico—Pensó Lauren— cualquiera se vuelve salvaje, que vulgar»
Claro que ellos no tenían tiempo de pensar en terroristas, su madre estaba en peligro, no sabían que hacer, estaban desesperados por salvarla, si es que aún podían.
—Busquemos algún teléfono público—Atinó a decir Lauren— llamemos a una ambulancia para que lleven a mamá y a John al hospital.
—Pero no sabemos usarlo—Respondió Sam desesperada.
—Y estos adultos no nos harán caso—Dijo Will—solo corren como locos.
Observaron como su madre agonizaba frente a ellos y no podian hacer nada para ayudarla, se sentían impotentes.
—¿Y-Y si buscamos a alguien de afuera?—Sugirió Axel— tal vez nos ayude alguien un poco más calmado.
Lauren se quedó pensativa un momento frente a la sugerencia de su hermano. No creía que hubiera alguien calmado en varias cuadras a la redonda, pero debía buscar, era mejor a ver a su madre morir sin intentar salvarla.
—Iré a buscar, quedense aquí—Dijo Lauren mientras se limpiaba el polvo— volveré con ayuda y todo estará bien, cuiden a mamá y a John.
Ahora solo le quedaba actuar como John, él siempre calmaba a todos, era el mayor así que le tenían confianza, y Lauren quería inspirar esa confianza ahora. Si nadie calmaba a sus hermanos y hacía algo, no saldrían bien parados de esta situación. Corrió hacía afuera, ya no quedaban muchas personas dentro así que no chocó con nadie en el camino.
En la calle, volteó a ver a todas partes y no vio a nadie que no estuviera corriendo o gritando.
Caminó recorriendo un par de calles sin mucho éxito. Nadie le prestaba atención, estaban demasiado ocupados temiendo por sus vidas.
De pronto, Lauren escuchó un sonido ensordecedor que parecía estar por reventarle los tímpanos, se tapó los oídos y cayó de rodillas, apenas podía concentrarse.
Observó a su alrededor en busca del lugar donde provenía, todos seguían corriendo, nadie más parecía prestarle atención a aquel sonido.
Era tal el ruido que no podía creer que a nadie más le afectara, ni siquiera la explosión anterior se escuchó así.
—Si alguno... los 5... sigue vivo..., matenlo..., solo necesitamos... restos..., y recuerden..., la madre... más peligrosa...
Entre todo el ruido, escuchó una voz entrecortada, se oía como estática. Lo que le aterraba era el mensaje de la voz, si esas personas llegaban (o al menos parecían ser varias), matarían a sus hermanos y a su madre. No sabía por qué o quién, pero sí que querian lastimarlos.
«Acaso... ¿Esto mismo le pasó a John?»
Se preguntó si su hermano se anticipó al peligro de esta forma. Pero él no se retorcia en el suelo por el dolor, no era eso, similar pero distinto.
Entonces un tercer ruido.
Eran pisadas, pisadas lentas, al menos más lentas que el resto de las personas invadidas por el pánico.
Lauren supuso que de donde provenieran las pisadas tendría ayuda. Más que suponerlo, lo presentía, reconocía las pisadas de algún lado.
Se levantó y con gran esfuerzo trató de identificar al dueño de las pisadas. No vió a nadie alrededor.
Caminó bastante rato, se fijó en cada persona que podía y no encontró a nadie. Las pisadas se escuchaban más cercanas pero no sabía en que dirección.
Siguió caminando, soportó el ruido lo mejor que pudo, cada segundo que pasaba escuchando la tenía al borde de la locura.
El sonido estruendoso, las amenazantes voces y las pisadas. Cada sonido la tensaba. Hasta que llegó a su limite, se cayó de rodillas y después quedó postrada en el suelo boca abajo.
«No... puedo... rendir... me...»
Pensó en su madre y sus hermanos. Si John logró salvarlos, ella también lo haría.
«Todavía... puedo... hacerlo...»
Levantó su vista hacia enfrente y estiró con todo su esfuerzo uno de sus brazos hacia enfrente y comenzó a arrastrarse lentamente por el sólido concreto de la banqueta, poco a poco avanzaba. Quería llegar, debía llegar, no iba a defraudar a su familia.
Siguió arrastrandose hasta que el cansancio, las heridas en sus dedos por tanto arrastrarse, y el ruido pudieron más que ella.
—Mamá... John... les fallé...—Una lágrima escurria por su mejilla a la vez que sus ojos se cerraban.
No logró estar a la altura de su hermano, creyó que su madre estaría avergonzada de ella.
Y mientras el mundo se hacía oscuro para ella, las pisadas llegaron a la pequeña.
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Five sense - El Devorador
Science FictionVista, oído, olfato, gusto y tacto, los hermanos Hellfrost poseen la habilidad de burlar a la muerte anticopando el peligro a traves de uno de sus sentidos, pero no lo sabían hasta que a la edad de 6 años sus habilidades despiertan evitando que sus...