CAPITULO UNO

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11 de junio del 2015

Siempre digo que las cosas pasan por algo, por ejemplo, acabo de despertar con un dolor de cuello y se debe a que ayer me quedé hasta altas horas de la madrugada leyendo aún sabiendo que me tenía que levantar temprano para poder ir al trabajo.

Me enderezo en la silla de madera en la que me quedé dormida para después estirarme así como lo está haciendo en este momento el gato blanco que está afuera de mi ventana.

Después de levantarme y masajear mi pobre cuello adolorido, camino al baño que hay dentro de mi habitación pero antes de poner un pie dentro me detengo abrupta mente y me volteó para darle un vistazo a mi cuarto. Es grande, por lo tanto, tengo muchas cosas que no ocupo pero que tengo ahí "por si algún día lo necesito" ; la mayoría de las cosas innecesarias que tengo son cajas llenas de libros o pinturas que antes estaban puestas en el librero que está frente a mí o en mis paredes pero por una cuestión, o mejor dicho, por una persona, los quite y guarde en esas cajas que aún no eh podido poner en el sótano porque tengo esa sensación de esperanza de que algún día vuelva mi padre y me lea sus libros o me deje admirar las pinturas que hacía antes.

Doy media vuelta para, ahora sí, ingresar al baño y poder hacer algo por verme presentable para ir a la cafetería. Tomo una ducha de próximamente 10 minutos, me visto y ya estando frente al espejo de cuerpo completo de mi habitación, arreglo mi cabello un poco con el cepillo para poder desenredar lo y que cuando se seque no se hagan nudos, lo dejo suelto y con mochila y chamarra en mano bajo las escaleras.

Estando ya en el piso de abajo voy directo a la cocina y me encuentro con una señora tarareando una canción junto a una radio dónde proviene una melodía que por lo que se escucha es una balada.

--¿Quien es y que hace en mi cocina, señora?- digo con el ceño fruncido y los brazos en mis caderas

--Soy tu mamá, no "señora" y estoy haciendo el desayuno ya que tú no eres capaz de levantarte temprano y hacerlo.- contesta sin voltear y siguiendo en lo suyo.

-Me gusta esa respuesta madre- respondo con un intento de acento británico que hace que ella de la vuelta y me sonría.

--Siéntate, ya está listo y sí no te apuras se te hará tarde. Al señor Taylor no le gustará.

--Ya lo sé, pero ayer Noah se le declaró a Natalie y no quería dejar ese capítulo para hoy, así que dormí tarde. Y sabes que si como rápido la comida se quedará atorada en el cogote, ¿Quieres eso?.

--Tú siempre aplicando el "para que dejar para mañana lo que puedes hacer hoy"- me regala media sonrisa- y claro que no quiero que se atoré en el cogote, no seas exagerada, Nea.

Compartí, al igual que ella una media sonrisa y comencé a comer mi desayuno, pan tostado, huevos revueltos y jugo de uva, sin duda alguna el mejor desayuno.

Terminé de comer y puse los trastes en el lava platos, corrí al baño del piso de abajo para lavarme los dientes y ver que mi cabello estuviera decente. Ya estando todo en orden fui a la sala para recoger mi mochila y chamarra.

--¡Señora Mati!-si, se llama Mati, bueno, Matilde pero de cariño le decimos así- ¡Ya me voy, te quiero!.

--El día que me digas mamá caerán patos del cielo

--Moriría por ver eso- dije yo con una sonrisa- pero, ¿sabes que?, No sería lindo- cambié mi sonrisa por una mueca- ya que se lastimarían al caer y eso en definitiva no sería lindo- finalice con un puchero en mi boca, con el cuál, mamá solo rodó.

--Tienes razón, ¿Por qué no habré pensado en eso? - respondió con toda la ironía que podía- ya vete, con mucho cuidado y ...

--Me llamas por si pasa algo- la interrumpí ya sabiendo lo que diría- ya lo sé- concluí y escuché un "eso espero" de su parte antes de cerrar la puerta por completo para poder irme.

Estando ya en la acera de mi casa, acomode mi chamarra subiendo el cierre hasta mi cuello y comencé a caminar en dirección a la cafetería.

Hoy será un buen día.


Mi Rayo De OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora