Ammy Red

Jared 2

La descripción de la muerte triple que cuenta Nathan no me cuadra para nada, ¿ Cómo es posible que alguien que fue degollado sea asfixiado?.

Mon tenía una cara de asco ante las diferentes teorías de cómo habían asesinado a la pobre chica de la estación. La cual realmente no puedo creer que no recordaba, ella siempre nos atendía de mala gana cuando íbamos a visitar a los abuelos a Londres y parábamos en esa estación a llenar el tanque.

-Mira la conmoción qué hay cerca de la cafetería solo por un paramédico guapo.

-Mon, ¿quieres ir ahí verdad?

- ¿Podemos ir por favor?-. Me miraba con su mejor carita de niña buena y cuando hacía eso no podía decir que no.

-Está bien, pero me vas a tener que comprar un bubble tea de mora.

Casi salta como una niña pequeña mientras me agarraba del brazo y me arrastraba hacia el círculo que rodeaba al chico. Cuando llegamos empujó a todos a un lado con sus grandes caderas para poder estar en la parte del frente e intentar obtener la atención de Jared, su nombre estaba bordado en su traje especial.

-Entonces lo mejor que puedes hacer es correr. ¿Alguna otra pregunta?-. Obviamente llegamos a mitad de la respuesta de alguna pregunta de las chicas que suspiraban por el.

- ¿Como se responde a una llamada de extorsión?-. Mónica puso su mejor voz y rostro de seducción, la he visto un par de veces hacer eso.

-Un claro ejemplo puede ser que cuando te pregunten "¿Con quien hablo?" Debes responder "¿Con quien desea hablar?" -. Sus ojos estaban sobre mí y me veían con intensidad haciendo que me ruborizara lo cual por mi pálida piel se nota de inmediato.

Por un momento me sentí incómoda pero era una incomodidad diferente que nunca había sentido antes, quería que no mirase así pero no quería que deje de mirarme.

Me volteé y salí de la muchedumbre con las mejillas aún encendidas por mi timidez y su mirada en mi, esa salida tan rápida ocasionó que me chocara con alguien haciendo que los dos caigamos al suelo de manera aparatosa, puse sentir que mi chaqueta, blusa y pantalón estaba mojados por alguno de los contenidos de la bandeja de comida que llevaba la otra persona.

Cuando pude quitar el cabello de mi cara vi a Jason totalmente empapado y tenía en su cuello el resto de alguna salsa de la cual yo también estaba cubierta.

- Jason perdón-. Me puse en seguida de pie y sentí como unas manos atrás mío mi ayudaban a levantarme.

Ignorando todo ayude a Jason a levantarse mientras intentaba secarlo torpemente con una servilleta que agarre del piso.

-No te preocupes-. Empujó mi mano y salió hecho una furia de la cafetería.

Me quede ahí parada con una servilleta mojada en la mano sintiéndome extremadamente torpe.

- ¿Estas bien?-. Los ojos del sexy paramédico Jared me miraban con preocupación y pude notar que eran de un tono extremadamente azul que hacían contraste con su cabello castaño.

- Si... si, gracias.

- Creo que te has hecho un pequeño corte-. Levantó mi mano y sentí un ardor en mi palma.- Vamos a curarte eso en enfermería.

Me llevo con él y me hizo sentarme en una silla acolchonada mientras me ponía un algodón sobre el fino corte.

-Gracias, aún que no es nada grave.

- Nunca está de más ayudar a alguien, y tampoco nunca está de más tratar una herida de la manera correcta por más pequeña que sea.

No sabía que más decir así que me quede callada contemplando su rostro ligeramente inclinado, podía ver sus largas pestañas que tapaban sus ojos, era realmente guapo y era muy alto, calculo que media más de 1,80, sus manos eran grandes y sus dedos largos y delgados. Siempre he tenido una fascinación por las manos de los chicos y siempre me han gustado las manos tal y como él las tiene.

-Y ya está-. Su voz me saco de mis pensamientos obligándome a sonreírle.

Susurre una especie de agradecimiento y me volteé para salir de ahí pero su mano se enrolló en mi muñeca.

- ¿Puedo saber tu nombre?

-Mi nombre es Ammy.

-Un gusto conocerte Ammy, espero verte pronto.

Esa noche al llegar a casa pase todo el tiempo distraída recordando las mirada que le dedico Jared, su sonrisa, su voz, sus manos haciendo contacto conmigo y como escribió su numero y lo guardo en mi chaqueta diciéndome que si gusto pudo escribirle.

Estaba tan distraída que cuando saqué a Susy mi perrita no noté que Jason se había acercado tanto a mi hasta que se puso a caminar a mi lado.

- Quería disculparme por mi actitud de hoy, sé que fue un accidente y no lo hiciste a propósito pero me sentí avergonzado.

Pude notar cierta tristeza en su voz, de seguro es su tono para pedir disculpas.

-No te preocupes, sé que puedo ser muy torpe a veces y literalmente te he dado la peor bienvenida al instituto y al vecindario.

Puedo escuchar su risa corta y ronca haciendo que yo también sonría de inmediato.

-La verdad he tenido mejores bienvenidas, pero puedo decir que la tuya es muy original.
Nadie me ha dicho idiota en un largo tiempo.

- ¿En New York nadie te había dicho que conduces mal ?

- No es mi culpa que aquí el asiento de conductor esté al otro lado, eso me confunde un poco a la hora de conducir.

- Mis padre también se quejaban mucho por eso cuando yo era niña.

Estuvimos caminando y sin darme cuenta llegamos a la entrada del pequeño bosque de nuestra ciudad. De manera inconsciente nos detuvimos ahí y nos quedamos parados.

-Es sorprendente como las cosas pueden cambiar.

- ¿A que te refieres?-. Lo miro con curiosidad esperando una respuesta.

Su mirada está perdida en algún lugar dentro del bosque.

- La chica que murió nos atendió cuando llegamos con mis padres a buscar una casa aquí, y ella se portó tan amable y nos recomendó lugares donde buscar y entre esos lugares la casa donde vivimos ahora.

- Vaya que diferente, cuando iba con Dencer a visitar a mis abuelos ella siempre tenía una mala actitud.

Se encogió de hombros como intentando justificarla.

-Supongo que ya hay que volver, en 15 minutos empieza el toque de queda.

-¿Hay toque de queda?-. Mi voz sale algo chillona.

- Si, empieza a las 8.

- No lo sabía.

-Bueno, si hubieras puesto más atención a lo que decía el policía antes que al chico paramédico seguramente te hubieras enterado.

Mi boca se abre intentado dar una respuesta coherente pero no puedo hacerlo.

-Tranquila, a todas las chicas les gusta mi primo.