Bajo la estela de un cielo inexistente
nacen las almas enigmáticas,
un cúmulo de personas que ignoran
lo que les rodea; pero profetizan su camino.
Seres amorfos, de espíritus irredentistas,
casi convergen en la locura misma de vivir,
Algunos a ~Carpe Díem~ otros a ~Beatus Ille~,
que más da, nunca están satisfechos.
Parecen sollozar por dentro, como quien ríe por fuera y esconde el pesar.
Subsistir es solo uno de tantos caminos...
La vida del hombre del campo parece tener más sentido,
es uno con la naturaleza,
esa que la engendró y al final cobrará su cometido.
Los animales parecen estar hartos del larvario que llamamos "humanidad";
por ello expresan sus enojos, sus frustraciones y arrebatos, sensación natural.
Para aquellos que como yo, no encuentran el sentido aún,
nos queda solo preguntar: ¿Estamos saciados?